Continúan los bombardeos en la Franja de Gaza. Diversas organizaciones juveniles peruanas realizan plantón de rechazo en la Embajada Israelí.
Hoy martes 30 de diciembre a las 6 de la tarde se realizará un plantón frente a la Embajada de Israel, ubicada en la Plaza Washinton (cuadra 5 de la avenida Arequipa), en rechazo a los bombardeos israerlíes en la Franja de Gaza que ya han causado más de 300 muertos y alrededor de mil heridos. Así lo informó Hernán Núñez, dirigente nacional de la Juventud del Partido Socialista.
Nuñez señaló que el crimen que esta cometiendo Israel contra el pueblo palestino no puede quedar impune. "Frente ante este bombardeo vil que está costando la vida de centenares de hombres, mujeres, niños y ancianos, además de la destruccion de puentes, hospitales y centros urbanos, los jóvenes de todas las tiendas políticas y sectores sociales no debemos permanecer callados, el silencio es complicidad", enfatizó. La cita es a las 6 de la tarde, todos son bienvenidos.
martes, 30 de diciembre de 2008
lunes, 29 de diciembre de 2008
La poesía de Huarmey
Ornitorrinco Editores anuncia para el 5 de enero próximo el lanzamiento del último libro de poemas del artista plástico Teófilo Villacorta Kawide, acto cultural a desarrollarse en el auditorio de la Municipalidad Provincial de Bolognesi (Plaza de Armas de Chiquián, Áncash) en el marcop del XVII Encuentro de Escritores y Poetas de la citada región. Los comentarios del libro estarán a cargo de Pedro López Gambini. El ingreso es libre. Ahí nos vidrios.
viernes, 26 de diciembre de 2008
Bibliotecario en su laberinto
Gracias a Roberto Angulo García, voraz lector de culturales y puntual comentarista de algunos de los post de este blog, me entero de esta noticia publicada en El Tiempo, de Bogotá:
Hace 10 años José Alberto Gutiérrez recorre las calles de Bogotá con su camión con dos objetivos: separar los desechos y encontrar libros para que su biblioteca pública crezca. "Siempre imaginé que el paraíso sería algún tipo de biblioteca" es la expresión tomada del escritor argentino Jorge Luís Borges que está impresa en el piso de la entrada de su biblioteca.
8.000 ejemplares de literatura colombiana, hispanoamericana y universal, que estaban condenados a morir enterrados entre miles de toneladas de basura, encontraron refugio en 'La fuerza de las palabras', la biblioteca de Gutiérrez ubicada en el barrio La Nueva Gloria, en la localidad de San Cristóbal, en el sur de la ciudad. Cientos de niños y jóvenes de esta comunidad, quienes han sido los principales beneficiados , acuden a este lugar, que además es la casa de Gutiérrez. Desde pequeño, Gutiérrez ha sido un devorador de libros, cualidad que ha tratado de infundir a sus 3 hijos, a su esposa, y a sus vecinos. Curiosamente, pese a estar rodeado de libros tiene tres predilectos.
"Son de esos que uno debe leerse en la vida: 'El general en su laberinto' de Gabriel García Márquez, 'El padre Sergio' de León Tolstoi y 'Siddhartha' de Herman Hesse".
Evolución de 'La fuerza de las palabras'
Gracias a las donaciones particulares, la biblioteca cuenta con dos computadores que tienen conexión a Internet, clases gratuitas de francés e inglés, tertulias, charlas, conferencias sobre un tema o para analizar a un escritor.
"A esta labor le dedicaría 25 horas al día, los libros son el mayor tesoro de una sociedad, por eso no deberían estar en la basura, siempre habrá alguien que esté dispuesto a recibirlo, a leerlo", asegura Gutiérrez mientras observa sus libros desde una de las improvisadas salas de lectura de la biblioteca. Confía en que la idea se expanda por otros barrios de Bogotá, por lo que adelanta conversaciones con Juntas de Acción Comunal (JAC) de otros lugares de la ciudad para repetir su modelo y extender el proyecto en aras de aumentar la lecturabilidad de los ciudadanos, al menos a nivel local.
Hace 10 años José Alberto Gutiérrez recorre las calles de Bogotá con su camión con dos objetivos: separar los desechos y encontrar libros para que su biblioteca pública crezca. "Siempre imaginé que el paraíso sería algún tipo de biblioteca" es la expresión tomada del escritor argentino Jorge Luís Borges que está impresa en el piso de la entrada de su biblioteca.
8.000 ejemplares de literatura colombiana, hispanoamericana y universal, que estaban condenados a morir enterrados entre miles de toneladas de basura, encontraron refugio en 'La fuerza de las palabras', la biblioteca de Gutiérrez ubicada en el barrio La Nueva Gloria, en la localidad de San Cristóbal, en el sur de la ciudad. Cientos de niños y jóvenes de esta comunidad, quienes han sido los principales beneficiados , acuden a este lugar, que además es la casa de Gutiérrez. Desde pequeño, Gutiérrez ha sido un devorador de libros, cualidad que ha tratado de infundir a sus 3 hijos, a su esposa, y a sus vecinos. Curiosamente, pese a estar rodeado de libros tiene tres predilectos.
"Son de esos que uno debe leerse en la vida: 'El general en su laberinto' de Gabriel García Márquez, 'El padre Sergio' de León Tolstoi y 'Siddhartha' de Herman Hesse".
Evolución de 'La fuerza de las palabras'
Gracias a las donaciones particulares, la biblioteca cuenta con dos computadores que tienen conexión a Internet, clases gratuitas de francés e inglés, tertulias, charlas, conferencias sobre un tema o para analizar a un escritor.
"A esta labor le dedicaría 25 horas al día, los libros son el mayor tesoro de una sociedad, por eso no deberían estar en la basura, siempre habrá alguien que esté dispuesto a recibirlo, a leerlo", asegura Gutiérrez mientras observa sus libros desde una de las improvisadas salas de lectura de la biblioteca. Confía en que la idea se expanda por otros barrios de Bogotá, por lo que adelanta conversaciones con Juntas de Acción Comunal (JAC) de otros lugares de la ciudad para repetir su modelo y extender el proyecto en aras de aumentar la lecturabilidad de los ciudadanos, al menos a nivel local.
miércoles, 24 de diciembre de 2008
Habla Gucho (entrevista de Ricardo Ayllón)
El domingo pasado La Industria de Chimbote publicó en su página cultural la entrevista que el poeta y editor Ricardo Ayllón me hiciera la segunda semana de diciembre en un café de Miraflores. A continuación, una suscinta edición de la misma. Gracias por todo.
Premiado recientemente con el primer lugar en el Concurso Nacional de Periodismo CVR+5, organizado por el Consejo de la Prensa Peruana y el Movimiento Ciudadano “Para que no se repita”, el escritor y periodista chimbotano Augusto Rubio Acosta conversa en exclusiva con “La Industria de Chimbote” para darnos mayores alcances de este triunfo tan significativo y su opinión particular sobre la tarea periodística en el Perú.
¿Por qué la crónica, Augusto? Me parece que te estás involucrando casi exclusivamente en este género debido a que te produce un sentimiento especial, quizás en él te sientes más cómodo o auténtico.
Yo estudié periodismo en San Marcos y desde ese tiempo ya hacía crónicas; mi aproximación a la literatura creo que se produce como una consecuencia de ello. Sin embargo, durante los últimos años la literatura ha permitido desarrollar mucho mejor mi labor como cronista, llegando a hacer lo que se conoce como periodismo literario, es decir la crónica enriquecida por las herramientas de la literatura, como el usar la ruptura de los tiempos o los narradores simultáneos; elementos en los que un periodista que no tiene que ver nada con la literatura, no se fija.
¿Realmente crees que le vendría bien al lector de diarios el que se haga más periodismo literario?, ¿no te parece que se corre el riesgo de confundir al lector al ponerlo en el delgado hilo que separa la información real de la ficción?
No, al contrario. Me parece que es necesario el periodismo literario porque cada vez menos gente lee periódicos y, en esa medida, este género periodístico enriquece y hace más sabrosa la lectura. No me cabe la menor duda de que esto salvaría a los periódicos de quedarse sin lectores.
Siento que hay una característica específica en tus temas, el universo de lo marginal cuando se trata de Chimbote; y por otro lado, el de la violencia política que has plasmado en parte de tu narrativa y ahora en este premio. ¿Coincides con ello?
El hecho de que haya escrito cuentos, crónicas y hasta poemas sobre espacios marginales y sobre gente desposeída o que no tiene voz, es de algún modo solo una coincidencia, pues no es el único tema, manejo otros. Actualmente, por ejemplo, estoy concluyendo la segunda edición de mi libro de crónicas “Mundo cachina” y allí se verá cómo he diversificado mi temática. Además estoy preparando una selección de cuentos, crónicas y relatos sobre violencia política en Áncash, donde notarás que hay numerosos autores que han escrito sobre este tema en nuestra Región, y que la gente no conoce.
Hablemos de la crónica con la cual has ganado este premio. ¿Cómo conociste al personaje y qué te llevó a escribir sobre él?
Conocí a Hernán Mayhua cuando yo tenía dieciséis años. Era 1990, recién llegaba a Lima a estudiar, y me instalé cerca de una pensión de muchachos de provincias en el distrito de Pueblo Libre, en una calle llamada General Clement. Fue en ese lugar donde conocí a Hernán, un joven que recién llegaba de un caserío que se llama Aranhuay, en Ayacucho. Él trabajaba en esta pensión limpiando los servicios higiénicos y haciendo todo tipo de mandados. Se trataba de un tipo bastante callado y su característica era que usaba unos enormes mocasines regalados por la familia de la casa, por eso le pusimos el sobrenombre de “Zapatazo”.
En esos años Sendero Luminoso había comenzado a entrar con fuerza en Lima y los famosos apagones eran permanentes. Mi amistad con Hernán fue muy intensa porque conversábamos continuamente, y como su vida me pareció interesante, comencé a tomar nota sobre ella en una libreta. A él lo conocí en el 90, pero lo dejé de ver unos años, tiempo en el que trabajó en una bodega, luego él puso su propia bodega, en la calle Cueva de Pueblo Libre, donde lo volví a encontrar y a conversar nuevamente de las atrocidades que había vivido en su pueblo: cómo fue que su madre desapareció, cómo su hermana fue violada y cómo le cortaron una oreja. Sentía que todo aquello era material que en algún momento me iba a servir, y mantuve guardada esta libreta de apuntes durante todos estos años; cuando se presentó la oportunidad del concurso la recordé, me puse a buscarla entre mis papeles viejos y, cuando la hallé, decidí darle forma a esta crónica.
Fue como exhumar un tema enterrado de tu juventud...
Así es. Aunque en lo personal fue también una situación interesante en la medida en que así como Hernán fue un desplazado por la violencia, un desarraigado viviendo en Lima, yo me sentía en cierto modo igual porque venía de Chimbote, donde en ese tiempo no había universidad, y me asumía como un trasplantado en otro lugar.
Este premio junto con el anterior, y esta suerte de bagaje que comienzas a obtener como cronista, ¿hacia dónde crees que te está llevando?, ¿qué planes o qué perspectivas ves para tu carrera periodística?
Tengo muchas cosas por hacer. Libros, crónicas, cuentos y poemas que están en la cabeza y que deben salir a luz pronto. Quiero aprovechar esta conversación, Ricardo, para agradecer a mi familia que es pequeña pero que siempre ha creído en mí. Agradecer a mis escasos lectores, y decirles que voy a seguir escribiendo porque la vida que tengo me la he forjado así, escribiendo...
* Ilustra este post la fotografía que Pepe Reyes tomara hace algunos meses en el malecón de Chimbote en una de esas tardes de vagancia creativa. Hasta la victoria siempre...
Premiado recientemente con el primer lugar en el Concurso Nacional de Periodismo CVR+5, organizado por el Consejo de la Prensa Peruana y el Movimiento Ciudadano “Para que no se repita”, el escritor y periodista chimbotano Augusto Rubio Acosta conversa en exclusiva con “La Industria de Chimbote” para darnos mayores alcances de este triunfo tan significativo y su opinión particular sobre la tarea periodística en el Perú.
¿Por qué la crónica, Augusto? Me parece que te estás involucrando casi exclusivamente en este género debido a que te produce un sentimiento especial, quizás en él te sientes más cómodo o auténtico.
Yo estudié periodismo en San Marcos y desde ese tiempo ya hacía crónicas; mi aproximación a la literatura creo que se produce como una consecuencia de ello. Sin embargo, durante los últimos años la literatura ha permitido desarrollar mucho mejor mi labor como cronista, llegando a hacer lo que se conoce como periodismo literario, es decir la crónica enriquecida por las herramientas de la literatura, como el usar la ruptura de los tiempos o los narradores simultáneos; elementos en los que un periodista que no tiene que ver nada con la literatura, no se fija.
¿Realmente crees que le vendría bien al lector de diarios el que se haga más periodismo literario?, ¿no te parece que se corre el riesgo de confundir al lector al ponerlo en el delgado hilo que separa la información real de la ficción?
No, al contrario. Me parece que es necesario el periodismo literario porque cada vez menos gente lee periódicos y, en esa medida, este género periodístico enriquece y hace más sabrosa la lectura. No me cabe la menor duda de que esto salvaría a los periódicos de quedarse sin lectores.
Siento que hay una característica específica en tus temas, el universo de lo marginal cuando se trata de Chimbote; y por otro lado, el de la violencia política que has plasmado en parte de tu narrativa y ahora en este premio. ¿Coincides con ello?
El hecho de que haya escrito cuentos, crónicas y hasta poemas sobre espacios marginales y sobre gente desposeída o que no tiene voz, es de algún modo solo una coincidencia, pues no es el único tema, manejo otros. Actualmente, por ejemplo, estoy concluyendo la segunda edición de mi libro de crónicas “Mundo cachina” y allí se verá cómo he diversificado mi temática. Además estoy preparando una selección de cuentos, crónicas y relatos sobre violencia política en Áncash, donde notarás que hay numerosos autores que han escrito sobre este tema en nuestra Región, y que la gente no conoce.
Hablemos de la crónica con la cual has ganado este premio. ¿Cómo conociste al personaje y qué te llevó a escribir sobre él?
Conocí a Hernán Mayhua cuando yo tenía dieciséis años. Era 1990, recién llegaba a Lima a estudiar, y me instalé cerca de una pensión de muchachos de provincias en el distrito de Pueblo Libre, en una calle llamada General Clement. Fue en ese lugar donde conocí a Hernán, un joven que recién llegaba de un caserío que se llama Aranhuay, en Ayacucho. Él trabajaba en esta pensión limpiando los servicios higiénicos y haciendo todo tipo de mandados. Se trataba de un tipo bastante callado y su característica era que usaba unos enormes mocasines regalados por la familia de la casa, por eso le pusimos el sobrenombre de “Zapatazo”.
En esos años Sendero Luminoso había comenzado a entrar con fuerza en Lima y los famosos apagones eran permanentes. Mi amistad con Hernán fue muy intensa porque conversábamos continuamente, y como su vida me pareció interesante, comencé a tomar nota sobre ella en una libreta. A él lo conocí en el 90, pero lo dejé de ver unos años, tiempo en el que trabajó en una bodega, luego él puso su propia bodega, en la calle Cueva de Pueblo Libre, donde lo volví a encontrar y a conversar nuevamente de las atrocidades que había vivido en su pueblo: cómo fue que su madre desapareció, cómo su hermana fue violada y cómo le cortaron una oreja. Sentía que todo aquello era material que en algún momento me iba a servir, y mantuve guardada esta libreta de apuntes durante todos estos años; cuando se presentó la oportunidad del concurso la recordé, me puse a buscarla entre mis papeles viejos y, cuando la hallé, decidí darle forma a esta crónica.
Fue como exhumar un tema enterrado de tu juventud...
Así es. Aunque en lo personal fue también una situación interesante en la medida en que así como Hernán fue un desplazado por la violencia, un desarraigado viviendo en Lima, yo me sentía en cierto modo igual porque venía de Chimbote, donde en ese tiempo no había universidad, y me asumía como un trasplantado en otro lugar.
Este premio junto con el anterior, y esta suerte de bagaje que comienzas a obtener como cronista, ¿hacia dónde crees que te está llevando?, ¿qué planes o qué perspectivas ves para tu carrera periodística?
Tengo muchas cosas por hacer. Libros, crónicas, cuentos y poemas que están en la cabeza y que deben salir a luz pronto. Quiero aprovechar esta conversación, Ricardo, para agradecer a mi familia que es pequeña pero que siempre ha creído en mí. Agradecer a mis escasos lectores, y decirles que voy a seguir escribiendo porque la vida que tengo me la he forjado así, escribiendo...
* Ilustra este post la fotografía que Pepe Reyes tomara hace algunos meses en el malecón de Chimbote en una de esas tardes de vagancia creativa. Hasta la victoria siempre...
lunes, 22 de diciembre de 2008
Negar todo y otros cuentos
El libro inédito que dejó Roberto Fontanarrosa, cuya publicación está trabada por una demanda judicial, se titulará Negar todo y otros cuentos. El editor histórico de Fontanarrosa y propietario de De la Flor, Daniel Divinsky, le contó a Clarín que el volumen de veinticinco cuentos inéditos le parece tan bueno "como todos los de él, quizá mejor". El dibujante y narrador rosarino lo escribió (y en su mayoría dictó) durante el último período de su vida.
Roberto Fontanarrosa murió el 19 de julio de 2007 debido a una enfermedad neurológica degenerativa que en los últimos tiempos le impedía dibujar, aunque no seguir imaginando tiras gráficas o historias que dictaba. Según Divinsky, el libro póstumo de Fontanarrosa cuenta con veinticinco "cuentos surtidos, más surtidos que de costumbre". Entre ellos aparecen el fútbol, la gastronomía o el turismo, temas habituales en su obra. Divinsky también adelantó que el cuento que le da el título al libro, "Negar todo", es la "historia de un adulterio recíproco".
Según trascendió en los últimos días, el libro ya está terminado pero la publicación deberá esperar a que se resuelva una demanda en torno de los derechos de autor. Gabriela Mahy, viuda de Fontanarrosa, le inició el 4 de noviembre pasado una demanda al hijo del primer matrimonio del escritor, Franco Fontanarrosa. Reclama la división de los derechos intelectuales de sus obras a partir de 2002, año en el que ella conoció a Roberto Fontanarrosa. En el escrito que presentó ante el juzgado en lo Civil 12 de Rosario, Mahy asegura que su marido firmó bajo presión (y con su estado de salud deteriorado) una serie de documentos que la privan de la titularidad de su obra. Fontanarrosa le firmó esos documentos a su hijo el 22 y el 27 de noviembre de 2006. El 24 de setiembre de ese mismo año el dibujante se casó en segundas nupcias con Mahy.
Fontanarrosa publicó a lo largo de su vida más de medio centenenar de libros de historietas, cuentos, novelas, crónicas o ediciones especiales como una ilustración del Martín Fierro. Entre todos ellos se destacan hitos de la historieta argentina como Indoro Pereyra o Boogie el Aceitoso. También libros de cuentos como El mundo ha vivido equivocado o El rey de la milonga (2005), hasta ahora su último libro. Todos estos títulos forman parte del catálogo de De la Flor y son algunas de las principales joyas de la editorial de Daniel Divinsky, el editor con el que Fontanarrosa publicó durante más de treinta años.
Roberto Fontanarrosa murió el 19 de julio de 2007 debido a una enfermedad neurológica degenerativa que en los últimos tiempos le impedía dibujar, aunque no seguir imaginando tiras gráficas o historias que dictaba. Según Divinsky, el libro póstumo de Fontanarrosa cuenta con veinticinco "cuentos surtidos, más surtidos que de costumbre". Entre ellos aparecen el fútbol, la gastronomía o el turismo, temas habituales en su obra. Divinsky también adelantó que el cuento que le da el título al libro, "Negar todo", es la "historia de un adulterio recíproco".
Según trascendió en los últimos días, el libro ya está terminado pero la publicación deberá esperar a que se resuelva una demanda en torno de los derechos de autor. Gabriela Mahy, viuda de Fontanarrosa, le inició el 4 de noviembre pasado una demanda al hijo del primer matrimonio del escritor, Franco Fontanarrosa. Reclama la división de los derechos intelectuales de sus obras a partir de 2002, año en el que ella conoció a Roberto Fontanarrosa. En el escrito que presentó ante el juzgado en lo Civil 12 de Rosario, Mahy asegura que su marido firmó bajo presión (y con su estado de salud deteriorado) una serie de documentos que la privan de la titularidad de su obra. Fontanarrosa le firmó esos documentos a su hijo el 22 y el 27 de noviembre de 2006. El 24 de setiembre de ese mismo año el dibujante se casó en segundas nupcias con Mahy.
Fontanarrosa publicó a lo largo de su vida más de medio centenenar de libros de historietas, cuentos, novelas, crónicas o ediciones especiales como una ilustración del Martín Fierro. Entre todos ellos se destacan hitos de la historieta argentina como Indoro Pereyra o Boogie el Aceitoso. También libros de cuentos como El mundo ha vivido equivocado o El rey de la milonga (2005), hasta ahora su último libro. Todos estos títulos forman parte del catálogo de De la Flor y son algunas de las principales joyas de la editorial de Daniel Divinsky, el editor con el que Fontanarrosa publicó durante más de treinta años.
Los riesgos del "instant book"
Ñ / revista de cultura, publica hoy un interesante artículo que analiza el fenómeno del éxito del libro rápido, ligado a la factura periodística. Si bien es cierto la crisis global golpea con fuerza a la industria editorial -que ha visto reducir sus tiradas y los ciclos de difusión librera- creemos es necesario poner bajo la lupa el contenido de las nuevas publicaciones.
Sin encender la alarma, los editores hablan de precaución, prudencia, evaluación y ajuste. Y por lo bajo, en charlas informales, se atreven a un poco más y admiten que el golpe más fuerte terminará por recibirlo la narrativa local y de calidad.
"Presumo que va a haber una sacudida muy grande, algunas editoriales chicas pueden llegar a caerse e incluso las más grandes, aunque tengan más cintura y más espalda, van a resultar golpeadas", evaluó Gabriela Adamo, que lleva adelante en Buenos Aires la Semana de Editores, en la cual contacta a editores extranjeros con la producción literaria local.
Además, arriesgó Adamo, "en los grandes sellos, los programas que van a caer serán los más literarios, los más arriesgados. Se va a seguir publicando el gran best seller del último conductor de la tele pero se va a pensar dos veces antes de reeditar un clásico o de contratar a narradores jóvenes".
Iraola habló de seguir apuntalando autores que que están funcionando muy bien, como Federico Andahazi, Felipe Pigna, Cielo Latini, Gabriel Rolón y Ari Paluch, pero también apostar a escritores nuevos. "Sabemos de la tradición y fortaleza que tiene Planeta en la no ficción y vamos a seguir trabajando en eso pero sin descuidar la ficción", explicó. Alfaguara, por su parte, apostará a nombres como Vargas Llosa, Carlos Fuentes y Tomás Eloy Martínez.
Los editores que dependen de las casas españolas temen que, ante la crisis, la casa central haga caer con más fuerza su brazo sobre sus sellos locales. La industria editorial también se hamaca al ritmo de la crisis económica. Sus primeros sacudones hacen tambalear los ciclos de difusión que las grandes editoriales arman en las playas de veraneo, se acude al recurso de los llamados "instant books" -investigaciones periodística ligadas a la coyuntura-, se ajustan tiradas, se adelantan reducciones en los planes editoriales y se pone bajo la lupa a las nuevas contrataciones.
Sin encender la alarma, los editores hablan de precaución, prudencia, evaluación y ajuste. Y por lo bajo, en charlas informales, se atreven a un poco más y admiten que el golpe más fuerte terminará por recibirlo la narrativa local y de calidad.
"Presumo que va a haber una sacudida muy grande, algunas editoriales chicas pueden llegar a caerse e incluso las más grandes, aunque tengan más cintura y más espalda, van a resultar golpeadas", evaluó Gabriela Adamo, que lleva adelante en Buenos Aires la Semana de Editores, en la cual contacta a editores extranjeros con la producción literaria local.
Además, arriesgó Adamo, "en los grandes sellos, los programas que van a caer serán los más literarios, los más arriesgados. Se va a seguir publicando el gran best seller del último conductor de la tele pero se va a pensar dos veces antes de reeditar un clásico o de contratar a narradores jóvenes".
Iraola habló de seguir apuntalando autores que que están funcionando muy bien, como Federico Andahazi, Felipe Pigna, Cielo Latini, Gabriel Rolón y Ari Paluch, pero también apostar a escritores nuevos. "Sabemos de la tradición y fortaleza que tiene Planeta en la no ficción y vamos a seguir trabajando en eso pero sin descuidar la ficción", explicó. Alfaguara, por su parte, apostará a nombres como Vargas Llosa, Carlos Fuentes y Tomás Eloy Martínez.
Los editores que dependen de las casas españolas temen que, ante la crisis, la casa central haga caer con más fuerza su brazo sobre sus sellos locales. La industria editorial también se hamaca al ritmo de la crisis económica. Sus primeros sacudones hacen tambalear los ciclos de difusión que las grandes editoriales arman en las playas de veraneo, se acude al recurso de los llamados "instant books" -investigaciones periodística ligadas a la coyuntura-, se ajustan tiradas, se adelantan reducciones en los planes editoriales y se pone bajo la lupa a las nuevas contrataciones.
In the line of fire
Dentro de los pendientes que de a pocos he venido posteando estos días, la primera novela de Francisco Ángeles, "La línea en medio del cielo" (Revuelta Editores, 2008), publicación lanzada la noche del pasado 4 de diciembre en la Feria del Libro de Miraflores, merece la atención del caso, a decir de quienes han leído el libro y se les puede adjetivar de críticos y/o buenos lectores.
"Es un libro rápido, inteligente, escrito a la sombra de árboles mayores, como el de Piglia, sobre todo, y parcialmente dentro de un territorio que no es el más frecuente en nuestra tradición, el de la narrativa de ideas...". Así como estas breves líneas, muchas son las que se han plasmado en algunos medios especializados, así como también a través de las palabras de los presentadores de la novela de Ángeles, conocido blogger de Porta9. Enhorabuena por Francisco, el primero que se echó a rodar por las provincias, buscando libros y conversando con sus autores, para después mostrarlos en su visitado espacio electrónico.
"Es un libro rápido, inteligente, escrito a la sombra de árboles mayores, como el de Piglia, sobre todo, y parcialmente dentro de un territorio que no es el más frecuente en nuestra tradición, el de la narrativa de ideas...". Así como estas breves líneas, muchas son las que se han plasmado en algunos medios especializados, así como también a través de las palabras de los presentadores de la novela de Ángeles, conocido blogger de Porta9. Enhorabuena por Francisco, el primero que se echó a rodar por las provincias, buscando libros y conversando con sus autores, para después mostrarlos en su visitado espacio electrónico.
jueves, 18 de diciembre de 2008
Noche de las librerías
Chequeando Página 12 pude leer sobre un evento organizado la semana pasada por la comuna porteña, donde se homenajeó por segundo año consecutivo a los libreros de Buenos Aires. Una iniciativa que contó con lecturas de poetas, recitales de tango y presentaciones de libros.
Así, la calle Corrientes se convirtió en un gran living donde lectores y escritores dieron rienda suelta a sus reincidentes costumbres. En la denominada Noche de las librerías, toda ilusión se hizo posible.
"Esta es una doble celebración de nuestra sociedad con la democracia y con los libros, para que nunca más los libreros desaparezcan y los libros se quemen, para que la calle Corrientes sea una fiesta de la libertad". Ezequiel Leder Kremer, de la Cámara Argentina de Papelerías, Librerías y Afines, dueño de la librería Hernández, admitió que las librerías no están pasando por su mejor momento. “Nos afecta la crisis global de la economía, pero también tenemos nuestras propias crisis internas. El libro y la lectura han abandonado los lugares tradicionales que ocupaban hasta hoy”, aclaró, aludiendo al impacto de las nuevas tecnologías, las ventas on line, sobre las librerías. Sin duda, una actividad que ojalá pronto podamos imitar.
Así, la calle Corrientes se convirtió en un gran living donde lectores y escritores dieron rienda suelta a sus reincidentes costumbres. En la denominada Noche de las librerías, toda ilusión se hizo posible.
"Esta es una doble celebración de nuestra sociedad con la democracia y con los libros, para que nunca más los libreros desaparezcan y los libros se quemen, para que la calle Corrientes sea una fiesta de la libertad". Ezequiel Leder Kremer, de la Cámara Argentina de Papelerías, Librerías y Afines, dueño de la librería Hernández, admitió que las librerías no están pasando por su mejor momento. “Nos afecta la crisis global de la economía, pero también tenemos nuestras propias crisis internas. El libro y la lectura han abandonado los lugares tradicionales que ocupaban hasta hoy”, aclaró, aludiendo al impacto de las nuevas tecnologías, las ventas on line, sobre las librerías. Sin duda, una actividad que ojalá pronto podamos imitar.
Borges en Lisboa
Leyendo ADN me entero que una escultura en honor al escritor argentino Jorge Luis Borges fue inaugurada hace unos días en Lisboa, en un acto al que acudieron distintas personalidades lusas, entre ellas el premio Nobel de Literatura 1998, José Saramago.
"La obra representa la mano creadora del poeta, coronada por una nube que simboliza el espíritu del hombre", dijo a Efe el autor de la pieza, el artista argentino Federico Brook, quien explicó que su objetivo es evocar los orígenes portugueses de Borges.
La escultura, situada en un céntrico jardín de la capital lusa, se trata de un monolito geométrico de granito que tiene incrustado en su parte superior un molde que reproduce en bronce fundido, bañado con oro, la mano del genial escritor.
"Tomé las medidas de la mano de Borges en 1985 y la plasmé tal como era", indicó Brook.
En el acto de inauguración, Saramago, calificó a Borges como el "último gigante de las letras" y destacó que el trabajo del argentino se enmarca en la categoría de literatura virtual.
"La obra representa la mano creadora del poeta, coronada por una nube que simboliza el espíritu del hombre", dijo a Efe el autor de la pieza, el artista argentino Federico Brook, quien explicó que su objetivo es evocar los orígenes portugueses de Borges.
La escultura, situada en un céntrico jardín de la capital lusa, se trata de un monolito geométrico de granito que tiene incrustado en su parte superior un molde que reproduce en bronce fundido, bañado con oro, la mano del genial escritor.
"Tomé las medidas de la mano de Borges en 1985 y la plasmé tal como era", indicó Brook.
En el acto de inauguración, Saramago, calificó a Borges como el "último gigante de las letras" y destacó que el trabajo del argentino se enmarca en la categoría de literatura virtual.
martes, 16 de diciembre de 2008
Habla Montalbetti
En la última Caretas, Maribel de Paz entrevista al linguista y poeta Mario Montalbetti, a propósito de su reciente poemario OCCCPP (Álbum del Universo Bacterial, 2008). A continuación un breve extracto:
"Ocho cuartetas en contra del caballo de paso peruano no tiene nada que ver con el caballo de paso peruano. Publicada por el Álbum del Universo Bakterial, la última entrega del poeta y lingüista Mario Montalbetti busca, así, remarcar que más importante puede ser el número de versos que el título mismo de un poema. Trabajando a contracorriente del lenguaje, incidiendo en la repetición de los versos y apartándose de la búsqueda de significados, el vate, discípulo de Noam Chomsky, llega, además, con otro libro: El lenguaje es un revólver para dos, editado por la Colección Underwood de la U. Católica, una especie de bonus track con poemas rescatados de lo que quedara fuera de Cinco segundos de horizonte, su libro anterior. Y por si fuera poco, Ocho cuartetas…llega, además, con anuncio de epitafio propio entre sus versos: "se fue de lengua".
Al terminar de leer Ocho cuartetas… queda la sensación de que es un poemario críptico, experimental. ¿Qué has buscado con esta entrega?
La tesis fundamental es que el verso es más importante que el poema, es decir, que las partes son más importantes que el todo, y se indican direcciones por donde alguien que lo lee puede darle la significatividad que quiere.
¿Hay en este poemario una voluntad de comunicar?
No, la comunicación es una de las peores ideas que tiene el ser humano respecto del lenguaje, menos aún en poesía. No trato de comunicar nada.
¿Por qué publicas entonces?
Porque fuera de la comunicación, de dar significados, hay otra cosa que se puede hacer. Y es dar fragmentos que indican direcciones a ningún lugar específico. Es como la diferencia entre una señal de tránsito que te da el sentido del tránsito, y otra que te promete una Plaza de Armas al final de la flecha. Yo no te prometo ninguna plaza, te digo solamente "tomemos un micro y vayamos en cierta dirección, y si te quieres bajar en algún lugar me parece fantástico".
¿Y hacia dónde te llevan a ti tus propios versos?
Si lo supiera lo escribiría, pero sí me llevan a buscar cosas que no me garantizan ni unidad ni totalidad. Se parece más a cierta deconstrucción derridiana, es decir, el destejer ciertos hilos y ver hacia dónde va este destejimiento. Hay gente que escribe con toda la comodidad del lenguaje detrás suyo. Yo no.
Alguna vez dijiste que el poeta en el fondo no sabe lo que hace. ¿Tú tampoco lo sabes?
No sé lo que estoy haciendo. La gente piensa que el poeta sabe cuál es el significado del poema críptico, pero el poeta no lo sabe, y por eso escribe.
Chomsky, tu maestro, centra parte de su discurso en el resguardo de la seriedad. ¿Cuál dirías que es la principal falta de seriedad que aqueja al Perú actualmente?
Uf. ¿Puedo decir el APEC? Una de las grandes faltas de seriedad en el sentido de seriedad de análisis tiene que ver con los medios, con la casi imposible distinción entre un blog y un periódico. Realmente el diario El Comercio es un blog, da opiniones y no ideas... Tampoco hay mucha diferencia entre el New York Times y los blogs. Y en el Perú hay mejores noticias mejor comentadas en El útero de Marita que en El Comercio. Con el APEC se vio clarísimo. Para mí el APEC es un road show con 21 personas que se ponen un poncho y cantan una vez al año en diferentes zonas de la región. Esta vez la canción se llamaba "no al proteccionismo", pero nadie analizó qué quería decir. Quiere decir que si tienes una compañía al borde de la quiebra puedes botar a un trabajador, pero a ti como dueño sí te van a ayudar, te van a decir sí al proteccionismo. Entonces, ¿qué tipo de canción es esta de 21 personas a las que solo les faltaba el caballo de paso? Que en realidad es un caballo de Troya en el que te meten el neoliberalismo más radical. Parecería que hubiera una tarea de embrutecimiento adrede de la sociedad.
"Ocho cuartetas en contra del caballo de paso peruano no tiene nada que ver con el caballo de paso peruano. Publicada por el Álbum del Universo Bakterial, la última entrega del poeta y lingüista Mario Montalbetti busca, así, remarcar que más importante puede ser el número de versos que el título mismo de un poema. Trabajando a contracorriente del lenguaje, incidiendo en la repetición de los versos y apartándose de la búsqueda de significados, el vate, discípulo de Noam Chomsky, llega, además, con otro libro: El lenguaje es un revólver para dos, editado por la Colección Underwood de la U. Católica, una especie de bonus track con poemas rescatados de lo que quedara fuera de Cinco segundos de horizonte, su libro anterior. Y por si fuera poco, Ocho cuartetas…llega, además, con anuncio de epitafio propio entre sus versos: "se fue de lengua".
Al terminar de leer Ocho cuartetas… queda la sensación de que es un poemario críptico, experimental. ¿Qué has buscado con esta entrega?
La tesis fundamental es que el verso es más importante que el poema, es decir, que las partes son más importantes que el todo, y se indican direcciones por donde alguien que lo lee puede darle la significatividad que quiere.
¿Hay en este poemario una voluntad de comunicar?
No, la comunicación es una de las peores ideas que tiene el ser humano respecto del lenguaje, menos aún en poesía. No trato de comunicar nada.
¿Por qué publicas entonces?
Porque fuera de la comunicación, de dar significados, hay otra cosa que se puede hacer. Y es dar fragmentos que indican direcciones a ningún lugar específico. Es como la diferencia entre una señal de tránsito que te da el sentido del tránsito, y otra que te promete una Plaza de Armas al final de la flecha. Yo no te prometo ninguna plaza, te digo solamente "tomemos un micro y vayamos en cierta dirección, y si te quieres bajar en algún lugar me parece fantástico".
¿Y hacia dónde te llevan a ti tus propios versos?
Si lo supiera lo escribiría, pero sí me llevan a buscar cosas que no me garantizan ni unidad ni totalidad. Se parece más a cierta deconstrucción derridiana, es decir, el destejer ciertos hilos y ver hacia dónde va este destejimiento. Hay gente que escribe con toda la comodidad del lenguaje detrás suyo. Yo no.
Alguna vez dijiste que el poeta en el fondo no sabe lo que hace. ¿Tú tampoco lo sabes?
No sé lo que estoy haciendo. La gente piensa que el poeta sabe cuál es el significado del poema críptico, pero el poeta no lo sabe, y por eso escribe.
Chomsky, tu maestro, centra parte de su discurso en el resguardo de la seriedad. ¿Cuál dirías que es la principal falta de seriedad que aqueja al Perú actualmente?
Uf. ¿Puedo decir el APEC? Una de las grandes faltas de seriedad en el sentido de seriedad de análisis tiene que ver con los medios, con la casi imposible distinción entre un blog y un periódico. Realmente el diario El Comercio es un blog, da opiniones y no ideas... Tampoco hay mucha diferencia entre el New York Times y los blogs. Y en el Perú hay mejores noticias mejor comentadas en El útero de Marita que en El Comercio. Con el APEC se vio clarísimo. Para mí el APEC es un road show con 21 personas que se ponen un poncho y cantan una vez al año en diferentes zonas de la región. Esta vez la canción se llamaba "no al proteccionismo", pero nadie analizó qué quería decir. Quiere decir que si tienes una compañía al borde de la quiebra puedes botar a un trabajador, pero a ti como dueño sí te van a ayudar, te van a decir sí al proteccionismo. Entonces, ¿qué tipo de canción es esta de 21 personas a las que solo les faltaba el caballo de paso? Que en realidad es un caballo de Troya en el que te meten el neoliberalismo más radical. Parecería que hubiera una tarea de embrutecimiento adrede de la sociedad.
Convocatoria
Para este viernes 19 de diciembre a las 8 y 30 de la noche en el Bar Yacana de Lima está previsto el lanzamiento del II Concurso Anual de Poesía Javier Heraud 2008. Totalmente renovado, este emblemático bebedero ha sido relanzado recientemente y su acostumbrada programación cultural se viene desarrollando a través de recitales y conversatorios. Anteriormente ya nos hemos referido a este espacio del Centro Histórico que publicó hace un año un libro de poesía, reunión de poetas de distintas generaciones que en algún momento leyeron sus mejores trabajos en este lúdico lugar.
sábado, 13 de diciembre de 2008
Con la ayudita de los potrillos *
Crónica desde la tribuna de cómo Alianza se salvó de la baja. Vara celestial no descartada.
Augusto Rubio Acosta
En la edición Nº 2057 de la revista Caretas -que apareció el pasado jueves- se ha publicado una crónica cuyo autor es este cimarrón. Los dejo con esta pequña historia:
Habrán sido los potrillos, causa, seguro el “Pechito” le habrá hablado al que gobierna el cielo para que el equipo no baje, para que todos aquí en la tribuna ahora estemos contentos (algunos llorando) y podamos regresar tranquilos y con la frente en alto al barrio, a la jato, a continuar con nuestras vidas. Por eso vengan a persignarse acá, niños, acá en la imagen del Señor de los Milagros, vengan. El día que sean grandes, ustedes comprenderán… Venga, madrina, ya no llore; ya nos salvamos, seguiremos en primera…
Las cinco de la tarde en el estadio de Matute y el árbitro Manuel Garay -a quien toda la tarde la tribuna ha gramputeado- ha hecho sonar su silbato permitiéndole al hincha grone respirar y sonreír. El gentío se aglomera ahora ante la imagen del Cristo Morado -en los pasadizos de Occidente- para agradecerle el favor, mientras en Sur la barra le grita “estafador” al presidente Carlos Franco. ¡Yo sabía Señor que tú nos ibas a salvar, yo sabía, carajo!... ¡Pero por qué tanto sufrir (Alianza), si así ha sido siempre nuestra vida! ¡Cuántas veces hemos dejado de comer para venir a verte…! Si hasta le hemos robado un billete a la vieja para seguirte y hasta ahora papá continúa buscando en el cielo su grabadora que imagina extraviada…
Un muchacho agita un cucharón de palo al interior de la enorme olla de mazamorra morada que –humeante- suele estar a la venta en vasitos descartables junto a la puerta de ingreso al palco de socios. La gente no quiere irse del estadio. Muchos se han quedado en la tribuna y continúan abrazados, saltando, gritando a los cuatro vientos los cánticos que surgen de las gargantas de la Popular que esta tarde estuvo más palpitante que nunca. Hemos vuelto a Matute después de mucho y no sabíamos si comportarnos con la formalidad periodística del caso o si dejar fluir el sentimiento que desde siempre nos ha embargado. Quizá por eso decidimos no instalarnos en el palco para periodistas y preferimos confundirnos entre la gente.
¿Recuerdas la primera vez que fuimos a ver a Alianza? Fue en el Nacional y en ese entonces jugaban Pitín, Perico... Pero lo que yo más recuerdo, causa, es la noche que jugamos ante Independiente con un equipo parchado porque los potrillos se habían ido reciencito en el Fokker, y durante el minuto de silencio, todo el mundo estaba llorando, todos… Lo mismo pasó ante “Bolo”, igualito… La voz de Ernesto se quiebra cuando recuerda las cosas que ha vivido primero en la Popular (cuando no tenía chamba, menos billete y era un humilde mecánico) y después en Occidente, cuando los tiempos y su vida cambiaron. Ahora ha traído al estadio a sus pequeños hijos: a Adriana de cinco y Ernestito de cuatro años, para que aprendan a querer y a sentir lo que a él siempre lo ha movido.
A la una de la tarde los puentes sobre la Vía Expresa y las arterias aledañas empezaron a poblarse de camisetas listadas que se dirigían a La Victoria. La cita era impostergable y la gente así lo entendió. En el camino, los revendedores hacían realidad su Navidad junto a la feria de comerciantes informales de comida y camisetas que suelen apoderarse del asfalto aledaño al estadio -cuando juega el equipo del pueblo- y lo dejan hecho una inmundicia. Cuando entramos al distrito la policía había tomado Isabel La Católica. A la 1 y 30 llegó el bus de Alianza con los futbolistas provenientes de su concentración en Miraflores y la hinchada apostada en Sáenz Peña y Manco Cápac -más que aplaudirlos- los presionó sobremanera con lisuras y gritos destemplados.
… después yo he seguido a Alianza a todas partes. Estuve en Talara el día de la vuelta olímpica que tantos años esperamos. Igual en la vuelta acá en Matute y en varias Libertadores que jugamos contra los ecuatorianos. Por tierra nomás me iba, viajaba con la barra, con mi gente de El Porvenir. Cuántas veces he mechado a las “gallinas”. Hasta preso he estado por Alianza y no me arrepiento, chochera, como que me llamo Ernesto Gálvez ¡Vamos, te invito una cerveza, hermano, bajemos por acá por Abtao. Pero ya deja apuntar cojudeces en tu libreta, Alianza ha ganado, mano, eso es lo importante!... Chau, madrina, gusto de verla, cuídese la salud. Me ha dado gusto que le hayan hecho su homenaje. Vamos muchachos, embarcamos a mi ñori con los chibolos y nos vamos donde el “Sastre”. Y dime, causa, ¿de qué medio dices que eres?...
“Te puedo amar, te puedo odiar, pero nunca abandonarte”. Así rezaba la frase estampada en la bandera blanquiazul que un par de jóvenes amarraban al alambrado de Oriente poco antes del partido. En Sur también flameaba una imagen de los caídos en el Fokker. El estadio entero se había vestido de fiesta para que Ana Pretell -la madrina de Alianza, la octogenaria que siempre ha acompañado al equipo en los estadios del país y que luego se vendría a sentar casi a nuestro lado en Occidente- recibiera el homenaje de todos en un día difícil, cuando la angustia de tocar fondo la vivíamos cerca del cielo.
La tarde del domingo la asumimos distinta. El trámite del partido fue intrascendente a pesar del resultado que permitió a Alianza mantenerse en Primera División. Lo importante estuvo en las gradas, en el sentir de la gente, en las mentadas de madre pidiendo tiempo -mirando el reloj- y en los gestos de desesperación de los chinos, negros, gringos y cholos –pobres y ricos- que abrazados poblaron Matute para el grito desaforado, para el papel picado y los contómetros cruzando el aire del Alejandro Villanueva como si en ellos se desvaneciera la esperanza. Alianza estuvo como nunca antes en el limbo, al borde del precipicio; jugando mal salvó raspando la categoría con una ayudita de sus amigos (los potrillos de arriba el cielo) y jugará en primera el 2009. Por eso su pueblo –esa inefable procesión que lo acompaña a donde va- se fue tranquilo; eso es lo importante.
* Tomado de Caretas Nº 2057.
Augusto Rubio Acosta
En la edición Nº 2057 de la revista Caretas -que apareció el pasado jueves- se ha publicado una crónica cuyo autor es este cimarrón. Los dejo con esta pequña historia:
Habrán sido los potrillos, causa, seguro el “Pechito” le habrá hablado al que gobierna el cielo para que el equipo no baje, para que todos aquí en la tribuna ahora estemos contentos (algunos llorando) y podamos regresar tranquilos y con la frente en alto al barrio, a la jato, a continuar con nuestras vidas. Por eso vengan a persignarse acá, niños, acá en la imagen del Señor de los Milagros, vengan. El día que sean grandes, ustedes comprenderán… Venga, madrina, ya no llore; ya nos salvamos, seguiremos en primera…
Las cinco de la tarde en el estadio de Matute y el árbitro Manuel Garay -a quien toda la tarde la tribuna ha gramputeado- ha hecho sonar su silbato permitiéndole al hincha grone respirar y sonreír. El gentío se aglomera ahora ante la imagen del Cristo Morado -en los pasadizos de Occidente- para agradecerle el favor, mientras en Sur la barra le grita “estafador” al presidente Carlos Franco. ¡Yo sabía Señor que tú nos ibas a salvar, yo sabía, carajo!... ¡Pero por qué tanto sufrir (Alianza), si así ha sido siempre nuestra vida! ¡Cuántas veces hemos dejado de comer para venir a verte…! Si hasta le hemos robado un billete a la vieja para seguirte y hasta ahora papá continúa buscando en el cielo su grabadora que imagina extraviada…
Un muchacho agita un cucharón de palo al interior de la enorme olla de mazamorra morada que –humeante- suele estar a la venta en vasitos descartables junto a la puerta de ingreso al palco de socios. La gente no quiere irse del estadio. Muchos se han quedado en la tribuna y continúan abrazados, saltando, gritando a los cuatro vientos los cánticos que surgen de las gargantas de la Popular que esta tarde estuvo más palpitante que nunca. Hemos vuelto a Matute después de mucho y no sabíamos si comportarnos con la formalidad periodística del caso o si dejar fluir el sentimiento que desde siempre nos ha embargado. Quizá por eso decidimos no instalarnos en el palco para periodistas y preferimos confundirnos entre la gente.
¿Recuerdas la primera vez que fuimos a ver a Alianza? Fue en el Nacional y en ese entonces jugaban Pitín, Perico... Pero lo que yo más recuerdo, causa, es la noche que jugamos ante Independiente con un equipo parchado porque los potrillos se habían ido reciencito en el Fokker, y durante el minuto de silencio, todo el mundo estaba llorando, todos… Lo mismo pasó ante “Bolo”, igualito… La voz de Ernesto se quiebra cuando recuerda las cosas que ha vivido primero en la Popular (cuando no tenía chamba, menos billete y era un humilde mecánico) y después en Occidente, cuando los tiempos y su vida cambiaron. Ahora ha traído al estadio a sus pequeños hijos: a Adriana de cinco y Ernestito de cuatro años, para que aprendan a querer y a sentir lo que a él siempre lo ha movido.
A la una de la tarde los puentes sobre la Vía Expresa y las arterias aledañas empezaron a poblarse de camisetas listadas que se dirigían a La Victoria. La cita era impostergable y la gente así lo entendió. En el camino, los revendedores hacían realidad su Navidad junto a la feria de comerciantes informales de comida y camisetas que suelen apoderarse del asfalto aledaño al estadio -cuando juega el equipo del pueblo- y lo dejan hecho una inmundicia. Cuando entramos al distrito la policía había tomado Isabel La Católica. A la 1 y 30 llegó el bus de Alianza con los futbolistas provenientes de su concentración en Miraflores y la hinchada apostada en Sáenz Peña y Manco Cápac -más que aplaudirlos- los presionó sobremanera con lisuras y gritos destemplados.
… después yo he seguido a Alianza a todas partes. Estuve en Talara el día de la vuelta olímpica que tantos años esperamos. Igual en la vuelta acá en Matute y en varias Libertadores que jugamos contra los ecuatorianos. Por tierra nomás me iba, viajaba con la barra, con mi gente de El Porvenir. Cuántas veces he mechado a las “gallinas”. Hasta preso he estado por Alianza y no me arrepiento, chochera, como que me llamo Ernesto Gálvez ¡Vamos, te invito una cerveza, hermano, bajemos por acá por Abtao. Pero ya deja apuntar cojudeces en tu libreta, Alianza ha ganado, mano, eso es lo importante!... Chau, madrina, gusto de verla, cuídese la salud. Me ha dado gusto que le hayan hecho su homenaje. Vamos muchachos, embarcamos a mi ñori con los chibolos y nos vamos donde el “Sastre”. Y dime, causa, ¿de qué medio dices que eres?...
“Te puedo amar, te puedo odiar, pero nunca abandonarte”. Así rezaba la frase estampada en la bandera blanquiazul que un par de jóvenes amarraban al alambrado de Oriente poco antes del partido. En Sur también flameaba una imagen de los caídos en el Fokker. El estadio entero se había vestido de fiesta para que Ana Pretell -la madrina de Alianza, la octogenaria que siempre ha acompañado al equipo en los estadios del país y que luego se vendría a sentar casi a nuestro lado en Occidente- recibiera el homenaje de todos en un día difícil, cuando la angustia de tocar fondo la vivíamos cerca del cielo.
La tarde del domingo la asumimos distinta. El trámite del partido fue intrascendente a pesar del resultado que permitió a Alianza mantenerse en Primera División. Lo importante estuvo en las gradas, en el sentir de la gente, en las mentadas de madre pidiendo tiempo -mirando el reloj- y en los gestos de desesperación de los chinos, negros, gringos y cholos –pobres y ricos- que abrazados poblaron Matute para el grito desaforado, para el papel picado y los contómetros cruzando el aire del Alejandro Villanueva como si en ellos se desvaneciera la esperanza. Alianza estuvo como nunca antes en el limbo, al borde del precipicio; jugando mal salvó raspando la categoría con una ayudita de sus amigos (los potrillos de arriba el cielo) y jugará en primera el 2009. Por eso su pueblo –esa inefable procesión que lo acompaña a donde va- se fue tranquilo; eso es lo importante.
* Tomado de Caretas Nº 2057.
martes, 9 de diciembre de 2008
Gracias totales
Después de varias lunas y algunos insomnios que me han mantenido fuera de la escena de mi ciudad natal (las disculpas del caso), vuelvo gracias a la lap top de Estelí (que te mejores, hasta la victoria siempre) a esta mi vieja trinchera para agradecer a todos aquellos que se han acercado vía telefónica a mi oído atiborrado de cerumen, para saludar y extenderme un abrazo por el Premio Nacional de Periodismo CVR + 5 con que el Consejo de la Prensa Peruana y el Movimiento Ciudadano Para que no se repita, me honraron el pasado jueves 4 de diciembre en la emotiva ceremonia de premiación celebrada en el Parque Reducto de Miraflores.
Si a alguien debo agradecer sobremanera es a mi pequeña familia, a mi madre que lloró en el teléfono apenas se enteró de la noticia y a aquellos que me han leído y confiado en lo que podría suceder a pesar de mi ferviente escepticismo. Al Diario La Industria de Chimbote por darme la oportunidad de publicar en sus pàginas. Gracias totales. A continuación la nota de prensa puesta en circulación por esicos.com.pe
En especial y emotiva ceremonia, realizada el 4 de diciembre pasado en el Parque Reducto de Miraflores, se entregaron los premios a destacados periodistas de medios de comunicación de Ancash, Arequipa, Ayacucho, Cajamarca, Junín, Puno y Lima, quienes resultaron ganadores del Concurso Nacional de Periodismo CVR + 5.
Con este premio se reconoció los mejores trabajos emitidos en los medios de comunicación entre el 15 de agosto y el 15 de septiembre de 2008 en la prensa escrita, radial y televisiva, que contribuyeron a poner en la agenda publica el gran tema de la reconciliación en nuestro país.
El jurado calificador integrado por Fabrizio Aguilar Boschetti, Kela León Amezaga, María Teresa Quiroz Velasco, Alberto Ku King y Enrique Zileri Gibson, tuvo la difícil tarea de elegir a los ganadores de entre los más 260 concursantes inscritos a nivel nacional. Los resultados fueron:
1º puesto. Prensa escrita regional: El nudo en la garganta (crònica). Augusto Rubio Acosta. Diario La Industria de Chimbote. Àncash.
1º puesto. Prensa escrita nacional: Desde el dolor y la verdad (reportaje). Nilton Torres Varillas. Diario La República. Lima.
1º puesto. Radio regional: 5 años de verdad. Edgar Càrdenas Garcìa. Radio Marañòn. Cajamarca.
1º puesto. Radio nacional: (desierto)
1º puesto. TV regional: Clamando justicia (reportaje). Javier Briceño Torres. Cadena 15 TV. Junìn.
1º puesto. TV nacional: Teresa Argandoña Liza (reportaje). Red Global TV. Lima.
El Concurso Nacional de Periodismo CVR + 5, fue organizado con ocasión de conmemorarse 60 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y 5 años del Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), por el Consejo de la Prensa Peruana y el movimiento ciudadano ‘Para Que No Se Repita y contó con el auspicio de de la Defensoría del Pueblo, la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales del Peru, la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza y la Cooperación Internacional para el Desarrollo y la Solidaridad (Holanda).
* La foto, donde figura este cimarrón y Enrique Zileri Gibson, es una cortesìa de Edith Huamàn Yovera (Chiclayo).
Si a alguien debo agradecer sobremanera es a mi pequeña familia, a mi madre que lloró en el teléfono apenas se enteró de la noticia y a aquellos que me han leído y confiado en lo que podría suceder a pesar de mi ferviente escepticismo. Al Diario La Industria de Chimbote por darme la oportunidad de publicar en sus pàginas. Gracias totales. A continuación la nota de prensa puesta en circulación por esicos.com.pe
En especial y emotiva ceremonia, realizada el 4 de diciembre pasado en el Parque Reducto de Miraflores, se entregaron los premios a destacados periodistas de medios de comunicación de Ancash, Arequipa, Ayacucho, Cajamarca, Junín, Puno y Lima, quienes resultaron ganadores del Concurso Nacional de Periodismo CVR + 5.
Con este premio se reconoció los mejores trabajos emitidos en los medios de comunicación entre el 15 de agosto y el 15 de septiembre de 2008 en la prensa escrita, radial y televisiva, que contribuyeron a poner en la agenda publica el gran tema de la reconciliación en nuestro país.
El jurado calificador integrado por Fabrizio Aguilar Boschetti, Kela León Amezaga, María Teresa Quiroz Velasco, Alberto Ku King y Enrique Zileri Gibson, tuvo la difícil tarea de elegir a los ganadores de entre los más 260 concursantes inscritos a nivel nacional. Los resultados fueron:
1º puesto. Prensa escrita regional: El nudo en la garganta (crònica). Augusto Rubio Acosta. Diario La Industria de Chimbote. Àncash.
1º puesto. Prensa escrita nacional: Desde el dolor y la verdad (reportaje). Nilton Torres Varillas. Diario La República. Lima.
1º puesto. Radio regional: 5 años de verdad. Edgar Càrdenas Garcìa. Radio Marañòn. Cajamarca.
1º puesto. Radio nacional: (desierto)
1º puesto. TV regional: Clamando justicia (reportaje). Javier Briceño Torres. Cadena 15 TV. Junìn.
1º puesto. TV nacional: Teresa Argandoña Liza (reportaje). Red Global TV. Lima.
El Concurso Nacional de Periodismo CVR + 5, fue organizado con ocasión de conmemorarse 60 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y 5 años del Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), por el Consejo de la Prensa Peruana y el movimiento ciudadano ‘Para Que No Se Repita y contó con el auspicio de de la Defensoría del Pueblo, la Asamblea Nacional de Gobiernos Regionales del Peru, la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza y la Cooperación Internacional para el Desarrollo y la Solidaridad (Holanda).
* La foto, donde figura este cimarrón y Enrique Zileri Gibson, es una cortesìa de Edith Huamàn Yovera (Chiclayo).
miércoles, 3 de diciembre de 2008
El nudo en la garganta *
Apuntes sobre el espinoso camino hacia la reconciliación nacional
Augusto Rubio Acosta
El año que conocí a Zapatazo, en la universidad se complicaron las cosas; las movilizaciones masivas y ordenadas de estudiantes se hicieron cada vez más comunes en el campus, y de vez en cuando una que otra detonación en horas de clase nos hacía recordar la presencia de un Sendero, que incluso –a pesar de la presencia militar- se presentó a las elecciones estudiantiles bajo la lista del FADE. Eran los tiempos duros en que la familia -desde Chimbote- reclamaba mi regreso…
Conocí a Hernán Mayhua (los muchachos lo apodaron Zapatazo, en virtud a los largos y desgastados mocasines que solía usar) en la pensión de Pueblo Libre, y hasta 1995 en que decidió regresar temporalmente a su Aranhuay natal –mediante el Programa de Apoyo al Repoblamiento-, conversamos largo y tendido en distintas circunstancias estableciendo una amistad. A veces, cuando la falta de luz originada por la voladura de torres de alta tensión impedía la lectura y el trabajo habitual, nos tumbábamos en los jardines exteriores de la casa de General Clement a compartir nuestro mundo. De ese tiempo guardo alguna de las cosas que hoy he utilizado para elaborar estas líneas, papeles viejos que han sobrevivido esperando el mejor de los momentos para transformarse en crónica. También me he servido del ocasional diálogo que hasta hace unos años sosteníamos en la tiendita que administraba, antes que él decidiera ya no “hacerse más daño”, desmarcarse, ya no seguir recordando…
Ya no sé si regresaré, los cumpas no te dejan hacer nada allá: te queman tu chacra, se llevan tus animales, a tus hermanas las violan. Así fue con mi hermanita, tenía quince años, la tuvimos que enterrar en el huerto de naranjas; no se dejó, se escapó, le rompieron la cabeza con una piedra, le cortaron su oreja… Nada les habíamos hecho, más bien les dábamos sopa, juntábamos leña, les preparábamos comida cuando venían de hambre y sacaban sus fusiles, nos llevaban a la plaza... Hartos ya estábamos en Aranhuay; y los cachacos: nada, un día entraron a violar en la fiesta de la Virgen…
Zapatazo tenía 15 años cuando nos conocimos. Corría 1990 y se dedicaba a limpiar la casa de Clement, realizaba mandados diversos, hasta se daba tiempo para emplearse en otros oficios menores que surgían de las excentricidades de la colonia japonesa instalada en el barrio. Por ese tiempo, él tenía la necesidad de contar…
Aranhuay queda en Santillana; cuando éramos niños era bonito, nosotros sembrábamos habas, ollucos, todo… pero un día llegaron los senderos, los cachacos, entonces todo, todo acabó… A mi mamá la mataron (en realidad nunca volvió a su hogar, fue considerada “desaparecida”) cuando fue hasta Huanta a reclamar por mi hermano, a quien se lo habían llevado los militares el día que venía de Churcampa adonde había ido a vender, a cambiar cosas, productos que cosechábamos… Antes todo era tranquilo, pastábamos, sembrábamos en los huertos, quechua nomás hablábamos; después, poco a poco, todos se fueron: a Lima, a Huancayo, Cusco, a todos lados, y ya ni volvieron... Mi mamá nunca apareció, nos quejamos por todo sitio, nunca nos hicieron caso. Mi papá fue cuantas veces a tocar la puerta del cuartel, a reclamar porque ninguno de los dos aparecía. Nos dijeron que denunciemos, nos insultaron de “serranos”, “cochinos”. Y los juicios demoran: hay que ir a Lima, todo es en Lima, ni abogados teníamos, menos plata para pagar los gastos. Hasta ahora ya nadie nos responde; para mí es como si mi mamá no se hubiera ido, a quién le vamos a reclamar…
El 91, cuando sucedió el ataque a un camión militar al interior del campus y las cosas se pusieron color de hormiga, ya ni podíamos subir a un microbús, en todas partes nos detenían o nos bajaban de las unidades móviles sólo por ser de San Marcos. Ese año, cuando Fujimori ingresó al campus y un buen grupo de estudiantes lo recibió a pedradas, Zapatazo empezó a trabajar en una bodega de la calle Cueva -frente al complejo deportivo Túpac Amaru- a escasas cuadras de donde nos habíamos conocido. Cómo olvidarse del 91, ese año se instaló una base militar en la universidad, se borraron las pintas, hubo requisa general y se detuvo a dos estudiantes sanmarquinos y a dos de la Católica que nunca aparecieron.
Las autoridades no nos han dado justicia, tantos años… El año pasado nos han apuntado, nos hemos registrado, dicen que nos van a reparar.. En Aranhuay ahora somos centro poblado, antes éramos comunidad; el PAR ha construido casas para las víctimas en Nuevo Progreso, nos han dado seguro de salud, han construido parques, pero faltan otras cosas, canales deberían hacer… Ahora que tengo hijos, yo quiero que ellos vivan en Aranhuay, que no salgan de allá porque Lima es fea; quiero también que se sepa la verdad, todo lo que hemos pasado, que aparezcan nuestros muertos, a ver... Los militares decían primero que nos iban a defender, pero era mentira, ellos eran peor que los senderos; nos pegaban, robaban y mataban, todo porque éramos quechuas… Bastante hemos sufrido, ya ni me quiero acordar ya cuando llegaban las columnas de los cumpas a Aranhuay; por eso yo no fui cuando hubo eso de la comisión para reconciliarnos, para qué, pues…Yo no quiero que me reparen, no quiero plata, yo quiero a mi hermano y mi mamá…
Zapatazo asegura que no desea escarbar más en el dolor inextinguible que le ha hecho cambiar su actitud de vida, pero hasta el último día que hablamos continuaba acudiendo a las reuniones pro reparaciones colectivas donde la mayoría de los integrantes eran mujeres. La última vez que lo vi, cuando clausuró la tienda, embaló sus cosas y nos despedimos, quise decirle que lo comprendía a pesar que nunca había estado en la zona de emergencia y que ojala algún día nos pudiera perdonar... Y es que la toma de distancia respecto a la realidad de las víctimas de la violencia ha sido notoria, ha sido enorme de parte de todos los ciudadanos que hemos vivido ese tiempo y nada hemos hecho por los que han sufrido; tampoco se queda atrás la estigmatización de la cual han sido víctimas campesinos, quechuahablantes, desplazados, estudiantes universitarios, maestros y sindicalistas: la memoria estatal que siempre ha terminado por imponerse… Zapatazo decía que recordar sólo le daba bronca, le provocaba dolor –era evidente- y le alimentaba el odio; sin embargo, en el fondo de sí mismo, yo sé que aún mantenía viva la llama en espera de justicia por lo de su familia, seguramente también por todos aquellos peruanos que ya no están entre nosotros…
Hasta los paisanos que llegan de Aranhuay te cuentan: allá antes había respeto, todos trabajaban igual; ahora todo ha cambiado… Antes, yo me recuerdo, las mujeres hacían telares lindos; ahora ya nadie quiere hilar, se ha perdido eso ya… Un tiempo se armó la ronda de autodefensa, pero el ejército les dio fusiles viejos y así como iban a pelear. Si hasta los senderos entrenaban a los niños y les hacían tallar y pintar su arma de madera; se llevaban a las criaturas, les cambiaban de cabeza, estábamos entre los cumpas y los cachacos; tantas cosas…
Las primeras noches, cuando Zapatazo y yo conversábamos hasta tarde en los exteriores de la casa de Pueblo Libre, cuando se iba el fluido eléctrico y a lo lejos se iluminaba el horizonte mientras tronaban los coches-bomba en algún lugar de la ciudad, nuestro interlocutor –de pronto- callaba; comparaba seguro la guerra que le tocó vivir en el campo y la que se daba en ese momento en la gran ciudad. Al otro día, cuando acudíamos temprano al kiosco de periódicos en la esquina de Cueva con la avenida Bolívar, y mientras veíamos las fotos y los titulares en las portadas, la gente comentaba en todos los sentidos: ¡Dios mío…!, ¡son unos desgraciados!, ¡qué clase de hombres pueden hacer eso!, ¡tá bien carajo, si esos burgueses ni se acuerdan del pueblo!...
La mañana que Zapatazo o Hernán Mayhua partió camino hacia Aranhuay nos quedó un nudo en la garganta, regresó al lugar de donde había venido y se llevó de vuelta una nueva vida: una existencia poblada también de preguntas, medias verdades, miedos frecuentes de que algún día la guerra podría volver a repetirse. Hernán se fue y nos dejó su ímpetu para salir adelante, sus deseos de trabajar para reconstruir el pueblo de esa infancia que él tanto había amado. Nos quedamos con sus preguntas sin respuesta, con sus silencios prolongados y ésa su manera callada de afrontar el drama y los traumas postconflicto. El día que Hernán partió nos preguntamos por el destino de las miles de familias que continúan buscando, que aún esperan a sus desaparecidos. Esa mañana decidimos que si algo podíamos hacer desde nuestra esquina de periodistas –y al margen de las leyes, comisiones, recomendaciones y reparaciones colectivas o individuales a las víctimas que se han dado todos estos años- era no quedarnos callados y desarrollar preguntas, consultarle a la gente, abordar historias de la guerra interna y hacerlas fluir entre quienes alguna vez se acercaran a nuestras líneas, porque no hay otra forma de reconciliarnos. Seguramente la historia de Hernán se parece mucho a la de otras gentes, se parece mucho también (aunque no lo parezca) a quienes vivimos -desde otra perspectiva- los años de la violencia política en la gran ciudad. Como en nuestros días de estudiante, cada vez que viajamos a Lima, vamos a Pueblo Libre y no podemos evitar transitar por las añosas calles de nuestra juventud que nos vieron pasar, y recordar, recordar…
Augusto Rubio Acosta
El año que conocí a Zapatazo, en la universidad se complicaron las cosas; las movilizaciones masivas y ordenadas de estudiantes se hicieron cada vez más comunes en el campus, y de vez en cuando una que otra detonación en horas de clase nos hacía recordar la presencia de un Sendero, que incluso –a pesar de la presencia militar- se presentó a las elecciones estudiantiles bajo la lista del FADE. Eran los tiempos duros en que la familia -desde Chimbote- reclamaba mi regreso…
Conocí a Hernán Mayhua (los muchachos lo apodaron Zapatazo, en virtud a los largos y desgastados mocasines que solía usar) en la pensión de Pueblo Libre, y hasta 1995 en que decidió regresar temporalmente a su Aranhuay natal –mediante el Programa de Apoyo al Repoblamiento-, conversamos largo y tendido en distintas circunstancias estableciendo una amistad. A veces, cuando la falta de luz originada por la voladura de torres de alta tensión impedía la lectura y el trabajo habitual, nos tumbábamos en los jardines exteriores de la casa de General Clement a compartir nuestro mundo. De ese tiempo guardo alguna de las cosas que hoy he utilizado para elaborar estas líneas, papeles viejos que han sobrevivido esperando el mejor de los momentos para transformarse en crónica. También me he servido del ocasional diálogo que hasta hace unos años sosteníamos en la tiendita que administraba, antes que él decidiera ya no “hacerse más daño”, desmarcarse, ya no seguir recordando…
Ya no sé si regresaré, los cumpas no te dejan hacer nada allá: te queman tu chacra, se llevan tus animales, a tus hermanas las violan. Así fue con mi hermanita, tenía quince años, la tuvimos que enterrar en el huerto de naranjas; no se dejó, se escapó, le rompieron la cabeza con una piedra, le cortaron su oreja… Nada les habíamos hecho, más bien les dábamos sopa, juntábamos leña, les preparábamos comida cuando venían de hambre y sacaban sus fusiles, nos llevaban a la plaza... Hartos ya estábamos en Aranhuay; y los cachacos: nada, un día entraron a violar en la fiesta de la Virgen…
Zapatazo tenía 15 años cuando nos conocimos. Corría 1990 y se dedicaba a limpiar la casa de Clement, realizaba mandados diversos, hasta se daba tiempo para emplearse en otros oficios menores que surgían de las excentricidades de la colonia japonesa instalada en el barrio. Por ese tiempo, él tenía la necesidad de contar…
Aranhuay queda en Santillana; cuando éramos niños era bonito, nosotros sembrábamos habas, ollucos, todo… pero un día llegaron los senderos, los cachacos, entonces todo, todo acabó… A mi mamá la mataron (en realidad nunca volvió a su hogar, fue considerada “desaparecida”) cuando fue hasta Huanta a reclamar por mi hermano, a quien se lo habían llevado los militares el día que venía de Churcampa adonde había ido a vender, a cambiar cosas, productos que cosechábamos… Antes todo era tranquilo, pastábamos, sembrábamos en los huertos, quechua nomás hablábamos; después, poco a poco, todos se fueron: a Lima, a Huancayo, Cusco, a todos lados, y ya ni volvieron... Mi mamá nunca apareció, nos quejamos por todo sitio, nunca nos hicieron caso. Mi papá fue cuantas veces a tocar la puerta del cuartel, a reclamar porque ninguno de los dos aparecía. Nos dijeron que denunciemos, nos insultaron de “serranos”, “cochinos”. Y los juicios demoran: hay que ir a Lima, todo es en Lima, ni abogados teníamos, menos plata para pagar los gastos. Hasta ahora ya nadie nos responde; para mí es como si mi mamá no se hubiera ido, a quién le vamos a reclamar…
El 91, cuando sucedió el ataque a un camión militar al interior del campus y las cosas se pusieron color de hormiga, ya ni podíamos subir a un microbús, en todas partes nos detenían o nos bajaban de las unidades móviles sólo por ser de San Marcos. Ese año, cuando Fujimori ingresó al campus y un buen grupo de estudiantes lo recibió a pedradas, Zapatazo empezó a trabajar en una bodega de la calle Cueva -frente al complejo deportivo Túpac Amaru- a escasas cuadras de donde nos habíamos conocido. Cómo olvidarse del 91, ese año se instaló una base militar en la universidad, se borraron las pintas, hubo requisa general y se detuvo a dos estudiantes sanmarquinos y a dos de la Católica que nunca aparecieron.
Las autoridades no nos han dado justicia, tantos años… El año pasado nos han apuntado, nos hemos registrado, dicen que nos van a reparar.. En Aranhuay ahora somos centro poblado, antes éramos comunidad; el PAR ha construido casas para las víctimas en Nuevo Progreso, nos han dado seguro de salud, han construido parques, pero faltan otras cosas, canales deberían hacer… Ahora que tengo hijos, yo quiero que ellos vivan en Aranhuay, que no salgan de allá porque Lima es fea; quiero también que se sepa la verdad, todo lo que hemos pasado, que aparezcan nuestros muertos, a ver... Los militares decían primero que nos iban a defender, pero era mentira, ellos eran peor que los senderos; nos pegaban, robaban y mataban, todo porque éramos quechuas… Bastante hemos sufrido, ya ni me quiero acordar ya cuando llegaban las columnas de los cumpas a Aranhuay; por eso yo no fui cuando hubo eso de la comisión para reconciliarnos, para qué, pues…Yo no quiero que me reparen, no quiero plata, yo quiero a mi hermano y mi mamá…
Zapatazo asegura que no desea escarbar más en el dolor inextinguible que le ha hecho cambiar su actitud de vida, pero hasta el último día que hablamos continuaba acudiendo a las reuniones pro reparaciones colectivas donde la mayoría de los integrantes eran mujeres. La última vez que lo vi, cuando clausuró la tienda, embaló sus cosas y nos despedimos, quise decirle que lo comprendía a pesar que nunca había estado en la zona de emergencia y que ojala algún día nos pudiera perdonar... Y es que la toma de distancia respecto a la realidad de las víctimas de la violencia ha sido notoria, ha sido enorme de parte de todos los ciudadanos que hemos vivido ese tiempo y nada hemos hecho por los que han sufrido; tampoco se queda atrás la estigmatización de la cual han sido víctimas campesinos, quechuahablantes, desplazados, estudiantes universitarios, maestros y sindicalistas: la memoria estatal que siempre ha terminado por imponerse… Zapatazo decía que recordar sólo le daba bronca, le provocaba dolor –era evidente- y le alimentaba el odio; sin embargo, en el fondo de sí mismo, yo sé que aún mantenía viva la llama en espera de justicia por lo de su familia, seguramente también por todos aquellos peruanos que ya no están entre nosotros…
Hasta los paisanos que llegan de Aranhuay te cuentan: allá antes había respeto, todos trabajaban igual; ahora todo ha cambiado… Antes, yo me recuerdo, las mujeres hacían telares lindos; ahora ya nadie quiere hilar, se ha perdido eso ya… Un tiempo se armó la ronda de autodefensa, pero el ejército les dio fusiles viejos y así como iban a pelear. Si hasta los senderos entrenaban a los niños y les hacían tallar y pintar su arma de madera; se llevaban a las criaturas, les cambiaban de cabeza, estábamos entre los cumpas y los cachacos; tantas cosas…
Las primeras noches, cuando Zapatazo y yo conversábamos hasta tarde en los exteriores de la casa de Pueblo Libre, cuando se iba el fluido eléctrico y a lo lejos se iluminaba el horizonte mientras tronaban los coches-bomba en algún lugar de la ciudad, nuestro interlocutor –de pronto- callaba; comparaba seguro la guerra que le tocó vivir en el campo y la que se daba en ese momento en la gran ciudad. Al otro día, cuando acudíamos temprano al kiosco de periódicos en la esquina de Cueva con la avenida Bolívar, y mientras veíamos las fotos y los titulares en las portadas, la gente comentaba en todos los sentidos: ¡Dios mío…!, ¡son unos desgraciados!, ¡qué clase de hombres pueden hacer eso!, ¡tá bien carajo, si esos burgueses ni se acuerdan del pueblo!...
La mañana que Zapatazo o Hernán Mayhua partió camino hacia Aranhuay nos quedó un nudo en la garganta, regresó al lugar de donde había venido y se llevó de vuelta una nueva vida: una existencia poblada también de preguntas, medias verdades, miedos frecuentes de que algún día la guerra podría volver a repetirse. Hernán se fue y nos dejó su ímpetu para salir adelante, sus deseos de trabajar para reconstruir el pueblo de esa infancia que él tanto había amado. Nos quedamos con sus preguntas sin respuesta, con sus silencios prolongados y ésa su manera callada de afrontar el drama y los traumas postconflicto. El día que Hernán partió nos preguntamos por el destino de las miles de familias que continúan buscando, que aún esperan a sus desaparecidos. Esa mañana decidimos que si algo podíamos hacer desde nuestra esquina de periodistas –y al margen de las leyes, comisiones, recomendaciones y reparaciones colectivas o individuales a las víctimas que se han dado todos estos años- era no quedarnos callados y desarrollar preguntas, consultarle a la gente, abordar historias de la guerra interna y hacerlas fluir entre quienes alguna vez se acercaran a nuestras líneas, porque no hay otra forma de reconciliarnos. Seguramente la historia de Hernán se parece mucho a la de otras gentes, se parece mucho también (aunque no lo parezca) a quienes vivimos -desde otra perspectiva- los años de la violencia política en la gran ciudad. Como en nuestros días de estudiante, cada vez que viajamos a Lima, vamos a Pueblo Libre y no podemos evitar transitar por las añosas calles de nuestra juventud que nos vieron pasar, y recordar, recordar…
* Crónica. Trabajo ganador (en la categoría Prensa Escrita Regional) del Premio Nacional de Periodismo CVR + 5 organizado en 2008 por el Consejo de la Prensa Peruana y el Movimiento Para que no se Repita.
CVR + 5: recta final
La ceremonia de premiación del Concurso Nacional de Periodismo CVR + 5 se realizará este jueves 4 de diciembre a las 6 y 30 p. m. en el Parque Reducto de Miraflores (altura cuadra 9 de la avenida Benavides). El evento contará con la presencia de autoridades y diversas personalidades del medio. La relación de finalistas nominados al premio se encuentra disponible en la web del Movimiento Ciudadano Para que no se repita: http://www.paraquenoserepita.org.pe/trabajoscvr.php
60 años
En el marco de la las celebraciones por los 60º Aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la Comisión de Justicia Social (CJS) institución de la Iglesia Católica local, encargada de la promoción, educación y defensa de los derechos fundamentales de la persona humana, ha preparado una serie de actividades para conmemorar la Declaración Universal, con el objetivo de sensibilizar a la población, reflexionar en torno al compromiso que debemos asumir cada unos de los ciudadanos y ciudadanas en la defensa y promoción de los derechos humanos.
La Declaración Universal de Derechos Humanos, que reconoce 30 derechos, fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948. Lamentablemente el desconocimiento y el menosprecio a estos derechos han originado violencia y la vulneración en diversas partes del mundo. En el Perú la violencia política durante 1980-2000 manchó de sangre a miles de familias; las heridas abiertas de nuestros hermanos y hermanas víctimas claman justicia y reparación.
Entre las actividades podemos destacar la conferencia "Manual de Derechos Humanos aplicados a la función Pública Penitenciaria", a realizarse en el Penal de Cambio Puente; el Taller sobre Racismo y Discriminación, dirigido a periodistas, estudiantes universitarios, profesores, pacientes de enfermedades terminales y mujeres de zonas urbano marginales y rurales; así como la denominada Feria Informativa, la misma que contará con grupos de danza y canto, pintura libre, carpas informativas, juegos, paneles de expresión, buzón de opiniones y encuestas, entre otras actividades. El Foro Radial Público: Situación de los Derechos Humanos en Chimbote, es otra de las actividades a destacar. Participemos, todos están invitados.
La Declaración Universal de Derechos Humanos, que reconoce 30 derechos, fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948. Lamentablemente el desconocimiento y el menosprecio a estos derechos han originado violencia y la vulneración en diversas partes del mundo. En el Perú la violencia política durante 1980-2000 manchó de sangre a miles de familias; las heridas abiertas de nuestros hermanos y hermanas víctimas claman justicia y reparación.
Entre las actividades podemos destacar la conferencia "Manual de Derechos Humanos aplicados a la función Pública Penitenciaria", a realizarse en el Penal de Cambio Puente; el Taller sobre Racismo y Discriminación, dirigido a periodistas, estudiantes universitarios, profesores, pacientes de enfermedades terminales y mujeres de zonas urbano marginales y rurales; así como la denominada Feria Informativa, la misma que contará con grupos de danza y canto, pintura libre, carpas informativas, juegos, paneles de expresión, buzón de opiniones y encuestas, entre otras actividades. El Foro Radial Público: Situación de los Derechos Humanos en Chimbote, es otra de las actividades a destacar. Participemos, todos están invitados.
martes, 2 de diciembre de 2008
Chinchayán en el Ivansino
La Industria de Chimbote publicó el fin de semana una nota sobre la nueva exposición pictórica de Héctor Chinchayán. Gracias a Ricardo Ayllón es posible que leamos este texto:
"Tras una labor silenciosa y luego de su retorno hace pocos años a su puerto de origen, el destacado artista plástico Héctor Chinchayán, inaugura en Chimbote su primera gran muestra individual este jueves 4 de diciembre a las 8 de la noche en la Sala de arte “Ivansino Formas Contemporáneas”.
Chinchayán, nacido en esta tierra en 1965 y con estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes del Perú, en Lima, ciudad donde mostró su técnica en muestras personales y colectivas, retornó a Chimbote hace algunos años y mantuvo relación cotidiana con artistas y personajes de la cultura local; en este marco, brindó hace un par de años una primera muestra individual de tema sacro en la Galería de Arte Royga, de Nuevo Chimbote.
En esta oportunidad, ha preparado una gran exposición pictórica denominada “Imágenes del pensamiento”, en la que presenta el producto de su trabajo durante los últimos años. Cuarenta cuadros de mediano y pequeño formato con temas absolutamente personales, entre los que predominan temáticas precolombinas, surrealistas y fantásticas, serán expuestos en la remozada Sala de arte “Ivansino Formas Contemporáneas”, ubicado en la Av. José Pardo 738.
La inauguración es este jueves 4 a las 8 de la noche, y se convierte en una oportunidad única para encontrarse con un artista de gran talento y con dominio de las más diversas técnicas plásticas. La muestra, que se mantendrá abierta hasta el próximo viernes 12 de diciembre."
"Tras una labor silenciosa y luego de su retorno hace pocos años a su puerto de origen, el destacado artista plástico Héctor Chinchayán, inaugura en Chimbote su primera gran muestra individual este jueves 4 de diciembre a las 8 de la noche en la Sala de arte “Ivansino Formas Contemporáneas”.
Chinchayán, nacido en esta tierra en 1965 y con estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes del Perú, en Lima, ciudad donde mostró su técnica en muestras personales y colectivas, retornó a Chimbote hace algunos años y mantuvo relación cotidiana con artistas y personajes de la cultura local; en este marco, brindó hace un par de años una primera muestra individual de tema sacro en la Galería de Arte Royga, de Nuevo Chimbote.
En esta oportunidad, ha preparado una gran exposición pictórica denominada “Imágenes del pensamiento”, en la que presenta el producto de su trabajo durante los últimos años. Cuarenta cuadros de mediano y pequeño formato con temas absolutamente personales, entre los que predominan temáticas precolombinas, surrealistas y fantásticas, serán expuestos en la remozada Sala de arte “Ivansino Formas Contemporáneas”, ubicado en la Av. José Pardo 738.
La inauguración es este jueves 4 a las 8 de la noche, y se convierte en una oportunidad única para encontrarse con un artista de gran talento y con dominio de las más diversas técnicas plásticas. La muestra, que se mantendrá abierta hasta el próximo viernes 12 de diciembre."
Dos más
Este jueves 4 de diciembre a las 7 de la noche en el auditorio del Instituto Nacional de Cultura de Ancash (plaza de armas de Huaraz) se realizará la presentación de los libros de dos escritores novísimos en nuestra ciudad, se trata de Retratos nocturnos (Ornitorrinco Editores) y Le livre mort (edición del autor), de Bryan Maza Ita y Víctor Pasco San Martín, respectivamente.
En un caso con escasos precedentes en la historia de la literatura ancashina, y casi emulando al histórico poeta adolescente, el francés Arthur Rimbaud, estos libros pertenecen a dos escritores que cuentan aún con 17 años de edad. En el caso de Pasco San Martín, esta es ya su segunda publicación, pues a mediados del año había entregado Grimoire (Ornitorrinco editores), su primer libro de poesía.
El acto cultural contará con la presencia de los profesores Wilder Caururo Sánchez, Luis Apolín y Edgar Norabuena Figueroa, quienes se harán cargo de los comentarios de los libros.
En un caso con escasos precedentes en la historia de la literatura ancashina, y casi emulando al histórico poeta adolescente, el francés Arthur Rimbaud, estos libros pertenecen a dos escritores que cuentan aún con 17 años de edad. En el caso de Pasco San Martín, esta es ya su segunda publicación, pues a mediados del año había entregado Grimoire (Ornitorrinco editores), su primer libro de poesía.
El acto cultural contará con la presencia de los profesores Wilder Caururo Sánchez, Luis Apolín y Edgar Norabuena Figueroa, quienes se harán cargo de los comentarios de los libros.
Doble aniversario
En el marco del 102 aniversario de la institucionalización de Chimbote como distrito y a propósito del primer aniversario del Centro Cultural Centenario, este sábado 6 de diciembre a las 8 de la noche se presentará Julie Freundt y su banda musical, con el espectáculo denominado Róbame un beso, que promete convocar a un gran número de personas.
Los organizadores anunciaron que el precio de los boletos es absolutamente popular (el ingreso costará S/. 7.00) e invitaron a la colectividad chimbotana a celebrar este nuevo aniversario.
Los organizadores anunciaron que el precio de los boletos es absolutamente popular (el ingreso costará S/. 7.00) e invitaron a la colectividad chimbotana a celebrar este nuevo aniversario.
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