me castiga la muerte
y me es adversa la victoria
si un día me falla el corazón
o mi pulmón agujereado
sujeta mi poema
a la campana azul de tus domingos
amarra mi caballo
en el galpón de tu sonrisa
y prepárate un almuerzo
bajo la ley de tu pueblo
si un día la sombra me cubre
con su silueta infinita
recuérdame en el gesto más ceñudo
en la memoria de tu infancia idolatrada
y en el diluvio de tu tierra
recuérdame en el vaivén de tus cincuenta
y tu casa de barro
en el polvo de los sauces verdes
y los surcos de tu arado
recuérdame envuelto en mi camisa oscura
y con mi copa en alto
en el caminar amortajado
inenarrable
de mis días
si un día no estoy
para amanecerme
en los pasadizos de tu aurora
ni en el hospital de tus batallas
búscame en el libro extraviado de la lluvia
hurga en la dieciocho
la veinte la diez
comprueba que aprendí a quererte
como tú lo hiciste con los árboles
como se ama al viento la tierra
la naturaleza y tu orfandad
como el cariño que de tus niñas brota
el solfeo diario de su música
el bramido del mar
si un día, esther
me derrumbo sobre esta mesa
en mi taller mi pesadilla
mi casa nueva
también mi soledad
restaña mis heridas en lo anchuroso del río
troca los malos sueños
en las madrugadas de tu campo
y no adivines mi tristeza abierta y sonriente
en el color de los pacaes
sólo deja que mi canción se ahogue
en el olor de los tamales
bajo el concierto de los gallos
o en el silencio febril
del más amargo de tus llantos.
* poema tomado de "poquita fe", libro publicado por bisagra editores en 2010. la versión en vídeo está aquí.