El modelo fue la maleta de Duchamp, que era una especie de museo portátil para transportar réplicas a escala de las obras más significativas del artista. El proyecto de Salvador Luis (Lima, 1978) es algo más abstracto: se trata de ordenar un “momento” —es decir, de proponer una “muestra”— de la narrativa iberoamericana de cara al siglo XXI. Y de meterlo todo en la maleta. El resultado se llama “Asamblea portátil” (Casatomada, 2009), y es una selección de veinticinco escritores nacidos entre 1974 y 1987 “que —como afirma el antólogo— se caracterizan por su multiplicidad estética y por desarrollarse dentro de un marco de crisis ideológicas”.
Una de las gracias de “Asamblea portátil” es que no parte de ninguna intención bibliotecaria. El goce y la distracción, en palabras de Salvador Luis, fueron factores cardinales en la elaboración. Algunos de los relatos, como el estupendo “Gran tiburón blanco”, de Samuel Solleiro (España, 1982), parecen confirmar los términos del antólogo. Por lo pronto —como era previsible— el Boom ya no es uno de los referentes básicos. Ahora hay otros nombres: Roberto Bolaño, Enrique Vila-Matas, Rodrigo Rey Rosa, César Aira o Mario Bellatin.
Salvador Luis ofrece las directrices básicas: “Me interesaba, por un lado, seleccionar un conjunto variado, con más de una estética, trasatlántico, y de autores recientes. Todo eso se hizo contrastando este proyecto con antologías que aparecieron en los últimos dos años, porque no soy partidario de repetir muchos nombres o de hacer listas hegemónicas. Otro punto importante es que esta compilación es una muestra. No debemos mirar a estos autores como “los únicos autores iberoamericanos”... Más lectura vía El Comercio.
Una de las gracias de “Asamblea portátil” es que no parte de ninguna intención bibliotecaria. El goce y la distracción, en palabras de Salvador Luis, fueron factores cardinales en la elaboración. Algunos de los relatos, como el estupendo “Gran tiburón blanco”, de Samuel Solleiro (España, 1982), parecen confirmar los términos del antólogo. Por lo pronto —como era previsible— el Boom ya no es uno de los referentes básicos. Ahora hay otros nombres: Roberto Bolaño, Enrique Vila-Matas, Rodrigo Rey Rosa, César Aira o Mario Bellatin.
Salvador Luis ofrece las directrices básicas: “Me interesaba, por un lado, seleccionar un conjunto variado, con más de una estética, trasatlántico, y de autores recientes. Todo eso se hizo contrastando este proyecto con antologías que aparecieron en los últimos dos años, porque no soy partidario de repetir muchos nombres o de hacer listas hegemónicas. Otro punto importante es que esta compilación es una muestra. No debemos mirar a estos autores como “los únicos autores iberoamericanos”... Más lectura vía El Comercio.
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