lunes, 14 de abril de 2014

Chimbote: la sociedad civil que no funciona, que no existe

 Augusto Rubio Acosta



Por estos días, en Chimbote -en Áncash- sorprendentemente todos ‘luchan’ contra la corrupción, increíblemente han aparecido sujetos que han ‘abierto los ojos’ y pretenden ‘cohesionarse’ frente a certezas y objetivos comunes. Por estos días, en el puerto todos vibran con el ‘trance histórico’ del día a día político, todos asumen ‘el rol que les toca’, muchos ‘se indignan’, otros marchan, hay quienes salen a las calles a hacer pintas y quienes se encargan de ‘exigir justicia’ en el Congreso de la República y en los medios de comunicación social.
Pero a ninguno de ellos –con honrosas excepciones- les creo. Porque de ‘reivindicación moral’ en Áncash y de otras falacias, ya hemos tenido suficiente. No les creo porque son los mismos de toda la vida, gente que no ama Chimbote ni piensa en la ciudad (como dicen), sino únicamente en sus intereses políticos y económicos. No les creo porque no luchan a cambio de nada. Tampoco les creo a quienes desde su condición de ‘congresistas’ (esos sujetos que nos avergüenzan a todos) de la noche a la mañana se volvieron ‘investigadores’ y ‘luchadores anticorrupción’. No les creo y es una pena no creerles, es una lástima que no existan los auténticos y renovadores liderazgos que Áncash necesita.
A quienes me preguntan: ¿por qué no marchas, por qué no te pronuncias?, espero sirva esta respuesta. Marcharé en las calles contra la mafia enquistada en las altas esferas regionales, cuando los que se manifiesten en la vía pública sean gente proba, honesta y sin interés alguno. Marcharé –entonces- a mi manera, desde estas líneas, a pesar que no sirva para nada. Es triste, pero hay que decirlo: la mafia regional no caerá porque ya han transcurrido dos largas semanas de escándalos mediáticos, de ‘reuniones’ de la ‘sociedad civil’, de plantones, de marchas minúsculas, y nada –ningún cambio- ha ocurrido. La mafia caerá algún día, pero no por acción de los ciudadanos (que hemos demostrado ser indiferentes al extremo e incapaces de constituirnos en un mar humano poblando las calles del puerto para expectorar a quienes debemos). La mafia no caerá por la acción de ‘comisiones investigadoras’ del Congreso, tampoco por la ‘eficiencia’ del Poder Judicial o de ‘audiencia pública’ alguna (así se apersonen a perder el tiempo y a tomarse selfies en Chimbote). La podredumbre no caerá con los memes que se publican en Facebook, tampoco si se declara el estado de emergencia o por declaraciones de la descendencia de Ezequiel Nolasco (socio en la corrupción desde los albores de la mafia regional).
No somos nada, Chimbote; la sociedad civil en nuestra ciudad no funciona, no existe.

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