Augusto Rubio Acosta
Por estos
días, en Chimbote -en Áncash- sorprendentemente todos ‘luchan’ contra la
corrupción, increíblemente han aparecido sujetos que han ‘abierto los ojos’ y
pretenden ‘cohesionarse’ frente a certezas y objetivos comunes. Por estos días,
en el puerto todos vibran con el ‘trance histórico’ del día a día político,
todos asumen ‘el rol que les toca’, muchos ‘se indignan’, otros marchan, hay
quienes salen a las calles a hacer pintas y quienes se encargan de ‘exigir
justicia’ en el Congreso de la República y en los medios de comunicación social.
Pero a
ninguno de ellos –con honrosas excepciones- les creo. Porque de ‘reivindicación
moral’ en Áncash y de otras falacias, ya hemos tenido suficiente. No les creo
porque son los mismos de toda la vida, gente que no ama Chimbote ni piensa en
la ciudad (como dicen), sino únicamente en sus intereses políticos y
económicos. No les creo porque no luchan a cambio de nada. Tampoco les creo a
quienes desde su condición de ‘congresistas’ (esos sujetos que nos avergüenzan
a todos) de la noche a la mañana se volvieron ‘investigadores’ y ‘luchadores
anticorrupción’. No les creo y es una pena no creerles, es una lástima que no
existan los auténticos y renovadores liderazgos que Áncash necesita.
A quienes me preguntan: ¿por qué no
marchas, por qué no te pronuncias?, espero sirva esta respuesta. Marcharé en
las calles contra la mafia enquistada en las altas esferas regionales, cuando
los que se manifiesten en la vía pública sean gente proba, honesta y sin
interés alguno. Marcharé –entonces- a mi manera, desde estas líneas, a pesar
que no sirva para nada. Es triste, pero hay que decirlo: la mafia regional no
caerá porque ya han transcurrido dos largas semanas de escándalos mediáticos, de ‘reuniones’ de la ‘sociedad civil’,
de plantones, de marchas minúsculas, y nada –ningún cambio- ha ocurrido. La
mafia caerá algún día, pero no por acción de los ciudadanos (que hemos
demostrado ser indiferentes al extremo e incapaces de constituirnos en un mar
humano poblando las calles del puerto para expectorar a quienes debemos). La
mafia no caerá por la acción de ‘comisiones investigadoras’ del Congreso,
tampoco por la ‘eficiencia’ del Poder Judicial o de ‘audiencia pública’ alguna (así
se apersonen a perder el tiempo y a tomarse selfies en Chimbote). La podredumbre
no caerá con los memes que se publican en Facebook, tampoco si se declara el
estado de emergencia o por declaraciones de la descendencia de Ezequiel Nolasco
(socio en la corrupción desde los albores de la mafia regional).
No
somos nada, Chimbote; la sociedad civil en nuestra ciudad no funciona, no
existe.
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