A propósito del último libro del Premio Nobel de Literatura 1999
El escritor alemán y Premio Nobel de Literatura en 1999 Günter Grass, quien en octubre pasado cumplió 80 años, cuenta gran parte de las experiencias de su vida en 'Pelando la cebolla' (Alfaguara).
Las críticas del libro se centraron en la participación de Grass en las SS hitlerianas cuando tenía 17 años; en los extractos aparecidos en diversas publicaciones, 'Pelando la cebolla' - que mezcla la más pura melancolía con toques de un sutil humor y chocantes confesiones- pareciera contener mucho más que su etapa en esa organización militar.
Ahora bien: que un Premio Nobel narre eso causa algunos sacudones. Gran parte de la prensa lo señaló como culpable de su paso por las SS de Hitler cuando en verdad claramente él mismo ya se inculpaba en el libro (se reprocha el no haberse hecho las preguntas que luego, de mayor, sí se hizo).
Pero ¿qué tiene que decir Günter Grass al respecto? En una entrevista realizada por Juan Cruz y publicada por el diario 'El País' de Madrid, Günter Grass habla de ello:
"Es verdad que durante mi adiestramiento en la lucha de tanques, que me embruteció durante el otoño y el invierno, no se sabía nada de los crímenes de guerra que luego salieron a la luz, pero la afirmación de mi ignorancia no podía disimular mi conciencia de haber estado integrado en un sistema que planificó, organizó y llevó a cabo el exterminio de millones de seres humanos. Aunque pudiera convencerme de no haber tenido una culpa activa, siempre quedaba un resto, que hasta hoy no se ha borrado, y que con demasiada frecuencia se llama responsabilidad compartida. Viviré con ella los años que me queden, seguro".
"Yo me preguntaba cómo un chico que no era precisamente tonto había creído hasta el final en la victoria final. Cómo fue posible que no lo pusiera en duda en ningún momento. Cómo es posible que no se haya preguntado por el profesor del colegio que había desaparecido, y que volvió después de cierto tiempo, cómo no me pregunté qué había pasado con él. Cómo no le preguntamos: ¿dónde ha estado usted? ¿En un campo de concentración? ¿Qué es un campo de concentración? ¡¿Cómo es posible no haberse hecho preguntas?! ¿Y qué había pasado con el compañero de clase que era testigo de Jehová y que no quería tocar su fusil? ¿Por qué desapareció? Son cosas muy importantes sobre las que no me pregunté, cómo es posible que no me las preguntara."
En un mundo en que nadie debería dudar cuando se habla de nazismo - pero que duda -; en un planeta en donde G. Bush es reelegido presidente; nunca está de más volver a sacar a luz ciertos temas. Para no olvidar o para que las nuevas generaciones conozcan los genocidios pasados y no vuelvan a repetirlos.
Una última frase de Günter Grass para cerrar la idea:
"Lo que yo veo ahora, cuando hago lecturas públicas, es que hay muchos jóvenes ante mí. Es gente que no vivió aquel tiempo, lo han oído contar; gracias a Dios han crecido en una sociedad en paz, con bienestar. A través de la literatura yo los llevo a una época pasada totalitaria y a una sociedad de la posguerra, donde todo estaba en ruinas, y no sólo la casa sino también los seres humanos. Éste es un modo para ellos de conocer la prehistoria de su propia familia y los peligros de una sociedad encerrada en una sola verdad. Deben darse cuenta de los peligros que encierra verse seducidos en una situación como la que viví yo... Para los jóvenes todas éstas son experiencias nuevas. ."
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