viernes, 19 de abril de 2013

La papa caliente de la cultura


Augusto Rubio Acosta

En tiempos en que ninguna de nuestras autoridades sabe (quién sabe no tienen la voluntad de) elaborar un plan cultural sistemático, concreto e integral sin favoritismos ni exclusiones, como tampoco de armar un equipo de trabajo sostenido, suficiente, con gestores y difusores que tengan experiencia y una formación mínima al respecto, así como que tengan –además y obviamente- capacidad de trabajo y que no actúen de modo displicente o con apatía frente al rubro, es muy complicado para quienes están detrás de la gestión de cultura en Chimbote sacar adelante la escena.

La necesidad de crear un programa que abarque todas las áreas posibles de difusión, suerte de hoja de ruta consensuada entre las instituciones públicas y los sectores privados interesados, es cada vez más grande. Se debe convocar a todos y recibir los aportes de cada uno de ellos sin excepción, crear un consejo consultivo permanente de temas culturales, turísticos, artísticos, históricos, pedagógicos, de identidad y memoria, formado por profesionales y conocedores con capacidad de proponer ideas vinculantes y con legitimidad, que sean refrendados por los funcionarios políticos y administrativos respectivos.

Si nuestros funcionarios (presidente regional, consejeros, los alcaldes, regidores y todos quienes están vinculados con las decisiones) no tienen una idea clara sobre los ejes hacia dónde debe ir el carro de la cultura, será imposible valorar los proyectos y planes culturales por su pertinencia, importancia, calidad, innovación, impacto social y económico o educativo; será imposible armar un banco de ideas y actividades que tenga un perfil detallado y muy preciso, sustentable y real; será un sueño formar un plan de sensibilización y fomento de la importancia del ámbito cultural entre funcionarios y empleados administrativos. Debe existir entonces una sensibilidad manifiesta y no impuesta. Si a eso le sumamos planificación, calendario de trabajo, presupuesto digno y estrategia de marketing y difusión (ojo con ello que resulta imprescindible), será imposible gestar el plan cultural descentralizado que Áncash y Chimbote necesita. 

La pregunta cae nuevamente en oídos de todos los involucrados con el tema: ¿Quién se hace cargo de liderar una cruzada como esta?, ¿quién media, quién gestiona, quién coge la papa caliente y hace realidad el sueño de todos los que deseamos una ciudad y una región digna y distinta?

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