Leyendo a Zygmunt Bauman, sociólogo y autor de La cultura como praxis, Vidas desperdiciadas y Vida Líquida, uno llega a la conclusión de que la búsqueda de la
felicidad, que ocupa nuestro pensamiento gran parte del tiempo y llena
la mayor parte de nuestra vida, no puede reducir su presencia ni mucho menos
detenerse… más que por un momento (fugaz, siempre fugaz). Bauman habla de la necesidad de replantear el concepto de felicidad, afirma con mucha razón que se nos ha olvidado cómo alcanzarla y 'nos generamos una especie de sentido de la culpabilidad que nos lo impide'.
¿Tiene algo de malo la felicidad?, ¿acaso no significa la ausencia del mal?
¿Tiene algo de malo la felicidad?, ¿acaso no significa la ausencia del mal?
El mes pasado, en una entrevista, Bauman profundizó sobre la felicidad, la
crisis económica, las redes sociales y la juventud. 'La búsqueda de una
vida mejor es lo que nos ha sacado de las cuevas, un instinto natural y
perfectamente comprensible, pero en el último medio siglo se ha llegado a
pensar que es equivalente al aumento de consumo y eso es muy
peligroso. Hemos olvidado el
amor, la amistad, los sentimientos, el trabajo bien hecho. Lo que se
consume, lo que se compra son solo sedantes morales que tranquilizan
tus escrúpulos éticos', afirmó el filósofo.
Sociedades como la nuestra, movidas por millones de hombres y mujeres que buscan la felicidad, se vuelven más prósperas, pero eso no quiere decir que se vuelvan más felices. Buscaremos otros libros de Bauman, buscaremos ser felices.
Sociedades como la nuestra, movidas por millones de hombres y mujeres que buscan la felicidad, se vuelven más prósperas, pero eso no quiere decir que se vuelvan más felices. Buscaremos otros libros de Bauman, buscaremos ser felices.
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