En mayo último, empecé a subir a un nuevo blog algunas de las crónicas que forman parte de la segunda edición de 'Mundo cachina', libro que debe ingresar a imprenta muy pronto y cuya entrega definitiva contiene viejos y nuevos esfuerzos en esa especie de inútil intento de atrapar el tiempo en el que uno
vive, iniciativa que por supuesto está condenada al fracaso pero que es absolutamente digna
intentar una y otra vez.
Si no les había alcanzado con anterioridad el link fue porque lo había olvidado, porque últimamente ando de sueño, exhausto (de la vida y de sus circunstancias), encerrado más que nunca antes conmigo mismo.
La crónica, subgénero periodismo -rebelde por naturaleza- es una forma de pararse ante esa estructura de la información
que habla de unos pocos y decir que vale la pena contar lo que le pasa a
todos los demás. Y es que casi siempre es más importante, más noticioso, más
informativo para mucha gente, enterarse de lo que pasa con alguien
en una plaza cualquiera que leer las declaraciones de un ministro, de uno de esos alcaldes o presidentes regionales mediocres, ridículos y fracasados que tenemos. A propósito de esto, es una
lástima que los medios impresos no recojan la idea de que sería mejor contar vidas
cotidianas que noticias. El periodismo debería dedicarse a la vida de todos, a evocar experiencias personales.
Les dejo aquí el link de mi nuevo blog (http://mundocachina.wordpress.com/), lo que no quiere decir que abandonaremos 'Marea cultural', nuestra añosa, absurda y anacrónica forma de comunicarnos. Espero les agrade este adelanto, media docena de crónicas que esperan tu lectura y comentarios. Ya nos vemos.
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