Hasta hace muy pocos días este blogger estaba convencido de que el 5 de junio próximo -en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales- viciaría su voto en las ánforas. El posible regreso al poder de la más sórdida organización criminal que haya gobernado el país (el partido de Fujimori) y la poca credibilidad del suscrito respecto a las propuestas del candidato nacionalista, mantuvieron viva la preocupación y el escepticismo con que todo este tiempo he observado los acontecimientos políticos de la escena peruana.
A escasos días de una jornada decisiva para los peruanos, mi enérgico rechazo a la amenaza, la libertad y la democracia puede más. Tantos años y tanta sangre costó expectorar al dictador Fujimori de nuestras vidas. Es deber de todos los que hemos vivido los años más aciagos de nuestra existencia contarle a los más jóvenes la verdad de las cosas. Así fue: se asesinó a miles de inocentes (hombres, mujeres y niños), se desapareció a estudiantes, campesinos y dirigentes sindicales (porque eran incómodos para la dictadura, porque reclamaban nuestros derechos), se esterilizó contra su voluntad a casi medio millón de mujeres, se violó la libertad de prensa y opinión, se puso en práctica el más grande latrocinio del tesoro y los bienes del Estado que la historia peruana tenga registrada, se intervino militarmente nuestras universidades, se oficializó una alianza con el narcotráfico, se ejecutó un terrorismo de Estado y un largo y desgraciado etecé (a ver si me ayudan a hacer memoria).
Al otro lado de la cédula se encuentra el candidato presidencial Ollanta Humala, a quien vimos hace unos días en la Casona de San Marcos jurar públicamente defender la libertad, el orden legal y los derechos humanos. A pesar de la desconfianza que nos pueda generar ciertos aspectos de su plan de gobierno, así como algunos hechos de su pasado reciente, desde esta trinchera cultural llamamos a apoyarlo con nuestro voto, en la medida que el destino lo ha colocado como la única vía para impedir el regreso de la siniestra organización fujimorista. Como sociedad civil que somos es nuestro deber vigilar la conducta y el cumplimiento de todo lo que ofrece el candidato nacionalista. Nuestro apoyo en las ánforas no representa una carta abierta. Con actitud vigilante, desde este blog llamamos a la unidad de los peruanos dignos y responsables este 5 de junio. Este post es un acto de fe, de amor por el país y por nuestros hijos, un acto de esperanza. Ha llegado la hora de decirle no a los asesinos y ladrones que hoy quieren regresar impunemente. Tenemos memoria, estamos de pie para impedirlo, tenemos dignidad.
A escasos días de una jornada decisiva para los peruanos, mi enérgico rechazo a la amenaza, la libertad y la democracia puede más. Tantos años y tanta sangre costó expectorar al dictador Fujimori de nuestras vidas. Es deber de todos los que hemos vivido los años más aciagos de nuestra existencia contarle a los más jóvenes la verdad de las cosas. Así fue: se asesinó a miles de inocentes (hombres, mujeres y niños), se desapareció a estudiantes, campesinos y dirigentes sindicales (porque eran incómodos para la dictadura, porque reclamaban nuestros derechos), se esterilizó contra su voluntad a casi medio millón de mujeres, se violó la libertad de prensa y opinión, se puso en práctica el más grande latrocinio del tesoro y los bienes del Estado que la historia peruana tenga registrada, se intervino militarmente nuestras universidades, se oficializó una alianza con el narcotráfico, se ejecutó un terrorismo de Estado y un largo y desgraciado etecé (a ver si me ayudan a hacer memoria).
Al otro lado de la cédula se encuentra el candidato presidencial Ollanta Humala, a quien vimos hace unos días en la Casona de San Marcos jurar públicamente defender la libertad, el orden legal y los derechos humanos. A pesar de la desconfianza que nos pueda generar ciertos aspectos de su plan de gobierno, así como algunos hechos de su pasado reciente, desde esta trinchera cultural llamamos a apoyarlo con nuestro voto, en la medida que el destino lo ha colocado como la única vía para impedir el regreso de la siniestra organización fujimorista. Como sociedad civil que somos es nuestro deber vigilar la conducta y el cumplimiento de todo lo que ofrece el candidato nacionalista. Nuestro apoyo en las ánforas no representa una carta abierta. Con actitud vigilante, desde este blog llamamos a la unidad de los peruanos dignos y responsables este 5 de junio. Este post es un acto de fe, de amor por el país y por nuestros hijos, un acto de esperanza. Ha llegado la hora de decirle no a los asesinos y ladrones que hoy quieren regresar impunemente. Tenemos memoria, estamos de pie para impedirlo, tenemos dignidad.
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