miércoles, 31 de agosto de 2011

Políticas culturales para el desarrollo local

Este viernes 2 de septiembre la Municipalidad Provincial del Santa y el Centro Cultural Centenario de Chimbote realizarán el Seminario Taller “Políticas Culturales para el Desarrollo Local”, el mismo que estará a cargo del coordinador de Formación en Gestión Cultural del Instituto Superior del Museo de Arte de Lima, Guillermo Cortés.
El seminario tiene como objetivo principal potenciar las capacidades y fortalezas de los agentes culturales de nuestra ciudad, proporcionándoles conocimientos y experiencias que les permitan hacer labor de manera exitosa y fomentar el diseño de políticas públicas culturales a nivel local.
Guillermo Cortés, es máster en comunicaciones en la Pontificia Universidad Católica del Perú, docente de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas y de la Maestría en Gestión Cultural y Desarrollo en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. La cita es en el auditorio de la comuna provincial (Plaza de Armas) a las 6:00 p.m. y el ingreso es libre.

Poema a Juan Ojeda

El poeta Juan Cristóbal nos acaba de hacer llegar lo último que ha escrito sobre el inmortal vate chimbotano. Compartimos con ustedes este poema:

A juan Ojeda

Juan Cristóbal

Parecía un ser de otro tiempo
un amigo amaneciendo
recogiendo buganvillas
en el sol fascinante del verano
Lo quería como se quiere a las estrellas
cuando nos descubren el silencio de las calles
ylas hierbas ennoblecidas por el río
No le gustaba reconocer
el resplandor primero de las hojas
ni el último atardecer zarandeando la mirada del abuelo
Cuando lo escuchaba hablar de las voces desesperadas del camino
o del alma bendita de la pena
o de abrir todas las puertas
para que todos pasen como el viento
sabía que se iba a perder por los lugares más inhóspitos del mundo
y ser alguien –un amigo- en la conspiración
o en la clandestinidad de los encuentros
Amaba las lechuzas y las puertas humildes en el alba
y escupir en la tumba de su padre
y decir
-como si divisara la esperanza en otro sitio-
Yo no creo en los dioses o milagros
pero los ángeles creen en la sacralidad de mis palabras
por eso orino en los basurales de la calle
Y mientras soñaba con duendes y caballos
inventando la confusión de los destinos
recordaba tierras milagrosas y remotas
donde las margaritas sangraban en la eternidad de las ventanas
como esa noche
cuando ebrio
y lleno de antiguos remordimientos
se dejó caer con toda su locura a un abismo
donde ardían los fracasos de los ciegos
Nuestra amistad jamás se diluyó
a pesar que los geranios se desprendían del techo de su casa
pues siempre me ayudó
-incluso en su mesura-
a reconocer los cantos de sirenas
las huellas de los canarios en el parque
y a los que tiraban piedras
a los árboles que daban frutos en verano
Mi corazón
mudo y lleno de pesares
siente que su ausencia se asemeja
a un extraño temporal buceando en la intranquilidad de un desesperado
al que le encantaba repetir
cuando se despedía de su alma
movida por el ensimismamiento entrañable de los fuegos
Mi única realidad es el silencio de la muerte
Desde ese instante
hasta la hora en que el crepúsculo no avanza
no llego a comprender
que alguien que conoce la intimidad más secreta de los bosques
y sabe que no hay peor pecado
que contemplar de lejos la belleza
desee decirle adiós a las ardillas
o a las lilas cuando arden en las manos
Y aunque me complace sentir la serenidadde las mañanas
desperezarse entre la llovizna cansada de las luces
siento atrozmente en la inutilidad pobre de una hoguera
suspasos y desdichas
pasearse como un fantasma
por las historiaslamentables y recelosas de mi vida.

Gautier: 200 años

Théophile Gautier cumpliría hoy 200 años y hay que recordarlo como un viajante de distintas disciplinas, pero siempre bajo la línea de la literatura: poeta, dramaturgo, novelista, periodista, crítico literario y fotógrafo. Su libro “La Maja y el Torero” será publicado nuevamente en España, volumen en el cual es notoria su admiración por la cultura ibérica. Y, aunque fue un defensor del Romanticismo, la obra de Gautier (1811-1872) tiene referencias de las corrientes del parnasianismo (del que fue fundador), simbolismo y modernismo.
Amigo de Honorato de Balzac y Víctor Hugo, conoció además a Gérard de Nerval, con quien tuvo una larga amistad. Su primer éxito literario fue “Mademoiselle de Maupin” en 1835, con un protagonista de género ambiguo, algo que era un escándalo. También es conocido por su obra “La Novela de una Momia” (1858). Gautier fue además integrante del grupo de artistas “Le Petit Cénacle”, donde sus compañeros fueron De Nerval, Alejandro Dumas, Petrus Borel, Alphonse Brot, Joseph Bouchardy y Philothée O’Neddy.
Viajero constante, Gautier llegó a pisar España, Italia, Turquía, Egipto y Argelia, que lo influyeron en su escritura, como se ven en sus libros “Constantinopla”, “Viaje a España”, “Tesoros del Arte de Rusia” o “Viaje a Rusia” que fueron un referente del siglo XIX. Sin embargo, su vida también estuvo marcada por lo llamativo, pues perteneció al club del poeta Charles Baudelaire y Jacques Joseph Moreau, y muchos intelectuales y escritores de entonces, quienes experimentaron con las drogas, en particular el hachís. Escribía de prisa: algunas novelas las publicó por entregas en los periódicos, las redactaba a diario en la misma imprenta. Su muerte acaeció en octubre de 1872 y fue enterrado en el Cimitière de Montmartre, en París.

martes, 30 de agosto de 2011

De 1924, un Stradivarius para ejecutar el "Arrival of a queen of sheva", la emblemática sinfonía de Händel, de este blog y de nuestra vida.


Clash city loose

"(...) mi problema con las mujeres pasa por mi imposibilidad de adaptarme a los nuevos tiempos., donde reinan lo "cool" y lo distendido. Ahora las chicas esperan que las trates como a cualquiera de tus amigos, que les digas el mismo número de "putas" y "carajos" que lanzas en copañía de otros varones... La edad de las apariencias llegó a su fin, el estilo intelectual tocó fondo: los cinismos no interesan y tampoco las poses perturbadas o de antihéroe; es el apogeo de los inonoclastas..." (Pág. 43)
Antisocial y ordinario, el protagonista de esta novela es además un melómano, uno de esos seres que vive con el soundtrack a cuestas y para quien la música es indivisible de su historia personal, forma de escape a la rutina y a la sociedad devoradora.
Fernando Sarmiento (Lima, 1974) estudió Historia en la Pontificia Universidad Católica del Perú y una maestría en Ciencias de la Comunicación. Textos suyos aparecen en la antología “17 escritores fantásticos”. Ha ejercido el periodismo y es un apasionado coleccionista de bandas sonoras. Vale la pena darle una leída a esta novela.


Violeta, siempre...

Quienes amamos el buen cine latinoamericano esperamos con ansias el estreno en Perú de "Violeta se fue a los cielos", el film de Andres Wood que sigue llenando las salas y que a 17 días de su estreno es la película chilena más vista de 2011.
Antes de filmar esta película, el director se había ganado una consideración no menor: ser el cronista audiovisual de las costumbres y la identidad del Chile de los últimos 40 años, a través de su película Machuca y de la serie de televisión Los 80, de la que es uno de los productores. Desde esa perspectiva, su nuevo film, sobre una de las artistas más notables que dio el Chile del siglo XX, era un desafío mayor. Debía descifrar las convicciones y los delirios de Violeta Parra, una creadora de estatura mundial.
Si alguien ya tiene el film y nos lo puede "jugar" se lo vamos a gradecer mucho. Mientras eso sucede (para que llegue a nuestras salas no solo es cuestión de tiempo sino de cerebro de los "genios" que deciden qué vemos y qué no vemos los peruanos), nos conformamos con el trailer de este film de obligada visualización.

"Hombres de mar"; habla el puerto

En mi muro de Facebook, los chimbotanos y no chimbotanos que han leído o están leyendo "Hombres de mar", la nueva y extraordinaria novela de Óscar Colchado Lucio -que dicho sea de paso se presenta este viernes en el auditorio de la Universidad San Pedro-, son bastante elocuentes: "Que nadie falte, la fiesta de los zorros continúa todo el año y por mucho tiempo más. El Muki está preocupado pero sus lacayos tienen orden de asistir, se pasará lista...". Hermógenes Villanueva, viejo librero y trabajador cultural del puerto debe tener el libro entre las manos y por eso el comentario. Por su parte, Jhon Francis es más directo: "Se abre el juicio contra el Muki, así lo demanda "Hombres de mar", novela basada en la historia socioeconómica de Chimbote y copiada por Óscar desde su experiencia en este puerto. Es la segunda parte de El zorro de arriba y el zorro de abajo, ¿cuál será el veredicto del lector?...". En otro comment, Lucy Eustaquio afirma: "Gracias a Óscar Colchado y "Hombres de mar" estamos conociendo la verdadera historia de Chimbote. Todavía estoy en la página 80 pero ya estoy cautivada con esta novela extraordinaria que ha venido para instalarse definitivamente en el imaginario de todos, en nuestras vidas... Este viernes 2 a las 4 de la tarde estaremos todos acompañando a Colchado en la marcha cultural. Saludos a todos los que estos días están leyendo y disfrutando el libro..."
En la página de Facebook del autor los comments también arrecian. José Antonio Acosta Yparraguirre afirma: "Hombres de mar es la gran novela que se merece la epopeya del pueblo de Chimbote. Es un gran libro, el tema no tiene pierde y la técnica es de lo mejor...". Víctor Hugo Romero también aporta lo suyo: "Estimado Maestro: Recuerdo cuando tenia diez años y le llevé al salón de clases, doblado en el bolsillo de mi pantalón, la página central del dominical de El Comercio. Habían publicado "Del mar a la ciudad", usted se emocionó mucho y durante ese día me sentí cómplice y autor material de esa emoción. Gracias por su ejemplo, su sencillez y por el legado de la palabra..."
De los muros de Facebook podríamos copiar-pegar muchas cosas, mensajes de ex alumnos, colegas, familiares y amigos del autor de una novela -desde que salió a circulación- bastante querida. Por estos días los lectores del puerto hablan del libro, del Muki, de los personajes entrañables que aparecen en sus páginas y también de aquéllos otros que son vistos con distinta impronta, esa que los ciudadanos de a pie que conocen nuestra verdadera historia le otorgan a quienes son juzgados por el silencio ciudadano.
En otras redes sucede lo mismo. El pueblo-twitter anda preguntando por la tía Sara, el Muki y por Chinchayán, personajes de esta historia totalizadora. De la entrevista al autor, publicada en Letra capital, tomamos dos preguntas con sus respectivas respuestas por ser de interés general:

La gente de mar tiene una mirada particular de la vida, diferente que la del ande. ¿Qué diferencias encontró? El costeño tiene otra psicología. Es mucho más expansivo, más extrovertido, más alegre. Y el andino, trasladado al litoral, es más ensimismado. Pero el choque con el costeño y con el nuevo ambiente que encuentra lo hace convertirse también en un tipo que empieza a frecuentar los bares por el dinero que gana en la pesca, a visitar los burdeles. El serrano se costeñiza, si cabe el término.
La novela nos muestra una ciudad de Chimbote en donde empieza a imperar el narcotráfico…
Efectivamente, Chimbote se convierte en un pueblo por donde transita en narcotráfico, como ocurre en otros puertos del litoral. Quizás en Ilo, quizás en Paita. Los narcos, que son muy controlados en los aeropuertos y en tierra, piensan que tal vez la droga podía salir por los puertos. Así los puertos se ven inundados de colombianos, mexicanos, que son los que controlan los grandes cárteles que ahora existen.

En "Hombres de mar" está la historia viva y la piel de la ciudad desde los años sesenta, están los paros, las huelgas y los míticos personajes de ese mundo cosmopolita donde se mezclaron razas, nacionalidades y lenguas, el mundo que vinieron a estudiar muchos sociólogos in situ, el hervidero social que atrajo a Arguedas para construir su póstuma novela. La otra tarde se lo decíamos al autor en su casa de La Molina: "Gracias, Óscar, por este libro, por darnos a los del puerto esta novela que es de todos nosotros, esta novela total..."; y este viernes ustedes se lo podrán decir personalmente. La marcha cultural por las calles de Chimbote empieza a las 4:00 pm, desde la concentración en los jirones Ruiz y Pizarro. A las 7:00 pm está prevista la presentación de "Hombres de mar". Ahí nos vemos.

lunes, 29 de agosto de 2011

Las tres mitades de Ino Moxo

A César Calvo nos hemos referido muchas veces aquí, aquí y aquí; además hemos reproducido artículos como este, relacionados todos con el universo creativo de este importante autor peruano. Nos regocijamos hoy de compartir esta reseña de @agreda sobre la reciente reedición de Las tres mitades de Ino Moxo, un libro largamente esperado.

Reeditada después de 30 años, Las tres mitades de Ino Moxo (Peisa, 2011) –la única novela del poeta César Calvo (1940-2000)– es la historia de la búsqueda, por la selva peruana, del legendario hechicero Ino Moxo, quien libró al pueblo amawaka del extermino. Pero se trata de un doble “viaje” pues a los desplazamientos físicos del autor y su primo César Soriano por la exuberante Amazonía, se suman sus visiones y experiencias bajo el influjo del ayahuasca, droga alucinógena usada por brujos y chamanes.
Así, la narración combina la realidad (el presente) con las alucinaciones personales y las explicaciones de esas alucinaciones, dadas por una serie de brujos que son los guías del viaje: Juan Tuesta, Don Hildebrando y Manuel Córdova (Ino Moxo). Ellos, a partir de esas visiones van dando a conocer un peculiar universo mágico, en el que conviven seres irreales, (chullachaqui, Elegguá), sucesos del pasado histórico y los mitos propios de las “tres mitades” del Perú: lo afro-peruano, lo andino y lo selvático (ashaninka, amawaka).
El resultado es un relato complejo, que va desde lo cotidiano hasta lo épico y las más peculiares cosmogonías. Y si bien la presencia de diversos niveles de la realidad era la tendencia dominante en la narrativa de fines de la década de 1970, César Calvo logra en esta novela, como pocas veces se hizo, integrar esos niveles en un discurso único. Su reconocido talento literario le permitió Las tres mitades de Ino Moxo elaborar un lenguaje que, apelando muchas veces al lirismo y a los neologismos, crea las atmósferas apropiadas para los extraños y muchas veces ambiguos sucesos narrados.

Mundo friki

Mientras los hippies querían volver a la naturaleza y los punkies vivían un presente urbano sin futuro, los geeks (esa raza de solitarios fascinados con la alta tecnología y la sociedad informática, sujetos que forman redes de comunidades según sus intereses y las comparten arond the world) se mandan a hacer pasteles como estos para sus fiestas de cumpleaños. No los culpamos. Una Nikon camera cake o una Mac mini cake son parte del día a día para quienes tienen interés en temas que a otros pueden parecerles tontos, simples, infantiles, excesivamente fantásticos, inusualmente técnicos, elaboradamente imprácticos o hasta insulsos.

Si hay algo que caracteriza al geek es su pasión, su inabarcable curiosidad y su constante búsqueda. Y como no solo de gadgets, software, internet, tecnología, etcétera, se vive en este mundo, compartimos estas fotografías con exquisiteces que nos gustaría compartir en el mundo real para nuestro próximo cumpleaños. Ya nos vemos.

Burócratas, esa mal usada palabra

Revisando Bureaucratics (Burócratas), el libro que Jan Banning publicó en 2008, encontré una serie de fotografías de los departamentos gubernamentales de ocho países distintos. Las diferencias entre ellos son verdaderamente abismales, y permiten entrever el funcionamiento de algunos gobiernos. Según el fotógrafo, los países del proyecto fueron escogidos por ser representativos de ideas políticas. Banning dice que se sintió atraido por la idea de fotografiar el modo como el estado se presenta a sus ciudadanos:La burocracia es una vitrina del Estado”, afirma este fotógrafo que siempre se interesó en cuestiones relacionadas con el poder del Estado.
Además del libro, estas imágenes están recorriendo el mundo en forma de exposición. Felizmente Banning no llegó al Perú (hubiese tenido tanto que fotografiar en nuestro tristemente célebre Poder Judicial, en los ministerios y en tantas comisarías) que hubiese decidido quedarse a vivir aquí. Definitivamente, las imágenes de la burocracia son un retrato de la organización general de cada país.
Más fotografías de los angelitos que "sirven" a sus respectivos gobiernos y "ejercen" la función pública alrededor del mundo, vía BBC Mundo.

Tus ojos me siguen, me miran, me acompañan...

¿En dónde encuentro la paz perdida?, ¿adónde te acerco tus montañas?, ¿adónde tu chacra, tu pasto verde, en qué remanso enjugamos tus lágrimas, del río tu esperanza? Aquí esta mi voz apagada, el eco de mis primeras lecturas y mi impotencia, tu parco patrimonio... Yo sé que vives, César Vallejo, a diario me topo con tus versos en cualquiera de mis calles. En esta mirada vive Trilce, en esta foto de Martín Pauca: tu poesía; ambas me siguen, me miran, me acompañan...

Jinetes...

García Lorca tiene un poema que habla de caballos fríos y negros, de lunas oscuras, bandoleros y espuelas. Esta fotografía de Alonso Molina me ha traído a la mente estos versos: "Caballito negro. / ¿Dónde llevas tu jinete muerto? / La noche espolea sus negros ijares / clavándose estrellas. / Caballito frío. ¡Qué perfume de flor de cuchillo! / En la luna negra, / ¡un grito! y el cuerno / largo de la hoguera..."

Analfabetismo cero, cuántas mentiras

El analfabetismo es una realidad vigente en el Perú de todas las sangres. En el área rural de nuestro país 1 de cada 5 peruanos mayores de 16 años no sabe leer ni escribir. Julio Angulo Delgado capturó esta imagen en los programas de alfabetización de adultos en el ande peruano, la fotografía no puede ser más explícita.

Lima, la horrible

Compartimos esta imagen de noviembre de 2008 que Franz Krajnik capturó en la avenida Canta Callao, una de las arterias más inmundas de Lima Necropolitana. La presencia de la carcasa del televisor - a propósito de nuestras teorías sobre la caja boba- son pura coincidencia.

El aniquilador de libros

Desde hace varios meses guardábamos este breve testimonio de Róger Antón sobre su vida libresca, autor chimbotano al que entrevistamos hace un par de años en cierto bar de la ciudad y donde nos contó de su ópera prima: "Historia libresca de un ladrón". Bibliofrénico como el suscrito, las líneas que a continuación siguen hablan de esa pasión irrenunciable por los buenos libros, por la buena lectura:

"Desde muy temprana edad he pasado mis días entre libros. No me arrepiento, pero a cierta altura de mi existencia textos de toda clase habían invadido ya muchas veces no solo más allá de los estantes, sino las habitaciones y compartimientos varios, y qué duda cabe incluso los enseres de las diferentes casas donde tuve la suerte o el infortunio de vivir, y hasta mi propia vida, pues se habían posesionado de ella como si tal cosa, así no habrá amigo real o contertulio certero que no me recuerde con uno bajo el brazo, leyendo otro, comentando un tercero, o incluso recibiendo de mis propias manos un texto como muestra de afecto.
Todo ello me hace recordar el primer libro que amé como propio, un ejemplar de Santillana que nunca más he vuelto a ver desde que desapareció de mi haber y que con los años aún sigo buscando, en él habían historias, leyendas y adivinanzas; colorido e impreso en papel lustroso, me lo había regalado mi madre, siempre aficionada a la lectura, la poesía y también a los libros, sobre todo a las diferentes ediciones de la Biblia cristiana, mientras me enseñaba a leer. Llevaba ese ejemplar a todas partes y con ella releía la leyenda del hombre que volaba, de los hermanos dispares que vivían en la selva, y la historia del viejito corazón de manzana, un anciano de chaqueta a cuadros, que recorría cualquier mañana una calle céntrica con su talega llena de esos frutos, luego de devorar una con su bastón a cada cierta distancia hacía un agujero y lanzaba allí los restos de una poma, los transeúntes lo tildaban de díscolo y lo menospreciaban, hasta que un día desapareció, al tiempo crecieron hermosos manzanos y dieron frutos, así que todo aquel poblador que pasaba por ese lugar tomaba una y recordaba al viejito corazón de manzana.
Y ahora el dilema, ¿cómo desaparecer quinientos kilos de papel en libros, revistas y recortes periodísticos de toda laya? Allí están los que compré y recuerdo exactamente el momento, esos otros que no advierto dónde los obtuve, unos que no sé en qué circunstancias aparecieron y se resistieron, siempre escondidos entre los otros, a ser mutilados, quemados o desaparecidos. Ni qué decir tiene lo relacionado a los ejemplares dobles o triples, en diferentes ediciones, incluso los editados por uno mismo, firmados, autobiografiados, los de consulta, y aquellos textos repetidos pero con añadidos, pie de páginas y otro aliciente, que uno ha conseguido con ese afán de retener el conocimiento vanamente, pues solo en la lectura o la relectura está el deleite y la posibilidad.
Quiero pensar que he aprendido algo acerca de la valía de los libros, habiendo sido en primera instancia aficionado a ellos, luego librero –a mucha honra–, editor y finalmente escritor. Hay textos de diferentes épocas, los de aquella primera etapa, nunca serán los de mi período de editor, ni siquiera se asemejan a los de la experiencia de escritor. La manía sigue creciendo en uno y ya por instinto, no hay pueblo que se visite donde uno no husmee sus librerías, así he hecho amistad con muchos libreros, que ya me ofrecen novedades a tan solo verme. Esa relación amical con los viejos expendedores de varios pueblos, con los que he conversado horas de horas de mi vida, departiendo usanzas sobre ediciones, incunables, historias, sueños y aspiraciones, es una experiencia impostergable. Debo mucho a los libreros, ellos me enseñaron también a elegir aquellos imprescindibles, buenos libros, los que uno no debe dejar de leer antes de morir, y a acertar con uno solo que valga cincuenta de los otros, lo cual no es tarea fácil, pues tiene uno que tener la experiencia, el ojo avizor, y saber sopesar muchas circunstancias además del valor y la valía, el precio y el crédito, pues uno también puede equivocarse sin percatarse de un desliz descomunal, dado que cada texto siempre tiene mérito dependiendo para qué se utilice o con que fin se adentre en sus páginas.
Muchos son los escritores coleccionistas que tienen en su haber ya no cientos sino miles de libros. Yo mismo he logrado ver en alguna grabación las bibliotecas de Sabato, Borges y Bioy Casares por solo mencionar a tres argentinos, pero ninguna como la biblioteca del Convento de San Francisco en Lima, que guarda más de 25 000 volúmenes, desde el siglo XV. Así llegué a pensar que la consigna de todo buen escritor debería de ser: pocos pero buenos libros. De todos los escritores quien desbordó los límites de la imaginación bibliófila fue Bhagwan Shree Rajneesh, más conocido como Osho, el maestro espiritual indio que se definía como místico, tenía no solo una serie de libros escritos, sino muchas mujeres, un promedio de noventa Rolls Royce, millones de dólares en joyas y una hermosa biblioteca personal compuesta de ciento cincuenta mil libros singulares. Decía tener una casa dentro de una biblioteca pero en tal afirmación no había sino la vanagloria de tenerlos acaso sin poder disfrutarlos, precisamente como quien posee un harén sin poder tener a todas sus mujeres, una vana ilusión, aún con la diferencia.
Seleccionar libros es una suerte de empezar nuevamente, un renacer. Quizá por la semejanza me separé amorosamente tantas veces, así no hay novia real que no me relacione con un libro ya sea una antigüedad o un best seller. En ellos están los que me regalaron, aquellos que compré por la emoción, acaso por la lectura rauda de una sola página, algún descubrimiento que se vio reflejado después en el éxito internacional del escritor. Abundan las antologías que se adquirió porque rescataba a un solo autor, un único cuento de tantos consignados, el ensayo de interés momentáneo, y todos aquellos que se fueron recopilando como provenientes de una vida prehistórica y que uno guardaba con cariño, un afecto desmedido que se aspiraba a que nadie los toque porque ahí de seguro estaba el secreto del genio.
Recuerdo la biblioteca de Don Ignacio Quezada, uno de los sastres más conocidos del puerto de Chimbote que pocos años después del boom de la pesca, cuando yo era niño, tenía un taller de reparaciones y composturas de prendas, frente al Mercado Modelo, donde trabajaba mi madre como diseñadora; ahora al cabo de muchos años estoy seguro que esa biblioteca suya con cristales solo existió para que yo husmeara con manos ávidas aquellas ediciones, pues sus varios hijos ni siquiera sabían de la existencia de los títulos, ahí revisé por primera vez esa colección ya perdida de losDocumentales del Perú, y literalmente viajaba por mi país merced a esos tomos.
Ese ejemplar infantil a todo color que me regaló mi madre, también me despertó a la literatura, tal vez lo presté o fue destruido, en su momento recuerdo haberlo reparado de manera muy cuidadosa, pero no sé cómo un día desapareció de mi vida, y como todo lo valioso que se pierde en la existencia, ese texto cuenta entre esas carencias irreparables. Solo quizás en la búsqueda de ese primer deleite esté el secreto de mi escritura, el hecho de haberme dado con decenas, centenares, miles de obras de toda índole en mi devenir, y hoy al cabo de algunos años –ayudado de mi buen amigo Feliciano–, al menos un gran número de libros dejaré en las bancas de cualquier parque del centro de la ciudad de Lima, como quien deja un corazón de manzana.
No se me culpará, alguna vez regalé unos cuantos a una universidad de mi pueblo natal, pero al volver a él, frecuenté la casa de estudios, busqué en los ficheros de su única biblioteca y no los encontré, así que como el clérigo Pero Pérez y el maese Nocilás, barbero y amigo de don Alonso Quijano, en El Ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha me he dado esta mañana a seleccionar los textos que debo retener y esos otros que debo echar a la hoguera del olvido, ahí se van los que alguna vez me entusiasmaron, y a pesar de que sé que no se debe prestar o regalar un libro rayado o subrayado, con apuntes al borde, estos ya no son conmigo. Ha habido una suerte de divorcio irreconciliable, esa literatura prescindible por la cual uno tiene que pasar irremediablemente en el transcurso de la vida. Hombre que no cambia de coches, mujeres, joyas y libros será un hombre rutinario. Y como el cura de la Mancha me digo: “Encomendados sean a Satanás y a Barrabás tales libros, que así han echado a perder el más delicado entendimiento”, sintiéndome qué duda cabe –siguiendo la recomendación del buen conocedor que es mi amigo Feliciano Centeno–, y con razón, un aniquilador de libros. Gracias, Feliciano".

domingo, 28 de agosto de 2011

Biblioteca Nacional: 190 años, más latrocinios

Una auténtica tragedia. La Biblioteca Nacional del Perú (BNP), nuestra querida casa libresca que hoy cumple 190 años de existencia y va camino celebrar su primer Bicentenario, es hoy en día objeto de denuncias públicas por robo de libros y manuscritos valiosos, escenario de trámites y gestiones de expedientes judiciales por sustracción de incunables y de solicitudes de índole policial originadas por diversas causas que son materia de investigación y motivo de mayúscula vergüenza.
El historiador Ramón Mujica, actual director de la BNP, ha sido explícito y contundente al respecto: “Hay una red criminal aquí dentro que está depredando los fondos antiguos... Cuando me llamaron para dirigir la biblioteca creí que era un cargo académico, pensé en leer libros maravillosos, dar conferencias, nutrirme de cultura. No imaginé lo que iba a encontrar...”, ha declarado el funcionario estatal, cuyo despacho acaba de recibir cinco millones de soles provenientes del Ministerio de Cultura para implementar tecnología y equipos de seguridad al interior de la Biblioteca y evitar se siga consumando el latrocinio.
El verano pasado, el desorden y los constantes robos protagonizados por mafias provocaron el cierre de la Biblioteca Nacional por cinco meses y los lectores lo lamentamos. El fondo bibliogràfico de la BNP posee miles de libros antiguos que urge poner a buen recaudo lo antes posible, ejemplares que en muchos casos figuran en el catálogo electrónico que consultan los usuarios pero que tienen la condición de no habidos físicamente. Tras el inventario, culminado a fines de julio último, se determinó que la Biblioteca Nacional de Perú tiene -hasta el momento y debidamente registrado- un patrimonio de 150.894 libros y alrededor de 320.000 documentos de valor histórico. Entoces surgen las preguntas: ¿Cómo es posible que el Estado no se preocupe por la defensa de nuestro patrimonio cultural?, ¿por qué no se invierte en culminar el inventario que incluye colecciones de mapas, partituras musicales, otros lotes de libros antiguos y los siete millones de tomos que forman su colección de textos considerados modernos? No es posible que la BNP no tenga un sistema informático de gestión bibliográfica, ¿así cómo se facilita el registro de nuestro patrimonio?
Párrafo aparte -quizá post complementario- merecen los problemas y enfrentamientos entre funcionarios y sindicatos al interior de la institución donde con la mayor desfachatez nadie se siente responsable de las sustracciones de libros y atentados a nuestra cultura. Según el Diario El Comercio, de las 315 personas que trabajan en la biblioteca, 13 tienen la custodia de sus joyas y son las mismas desde hace casi 20 años. Se trata del personal de la Dirección de Patrimonio Documental Bibliográfico, que hasta febrero tenía acceso a la bóveda; un depósito de dos cuadras de largo que conserva los 1.000 libros más antiguos del país y las colecciones particulares de Porras, Rivet, Cisneros y otros.
Nos han quitado funciones y nos culpan de todo cuando la Dirección de Servicios también entra a los fondos antiguos. En mis 17 años en esta oficina nunca escuché ni vi robo de libros”, ha señalado Nelly Bobbio, presidenta de uno de los cuatro sindicatos de la BNP, que agrupa a los más antiguos.
Contra viento y marea, la BNP lanzará este jueves de manera oficial la campaña "Se buscan libros perdidos de la Biblioteca Nacional"; la página en Facebook ya está caminando, pero nos preguntamos si a la primera institución cultural del país camino al Bicentenario le va a bastar este tipo de medidas para impedir las sustracciones que se vienen desarrollando impunemente desde hace décadas. Desde esta trinchera cultural saludamos el esfuerzo para sensibilizar a la ciudadanía frente al patrimonio cultural y bibliográfico de nuestra Biblioteca, así como la recuperación de documentos pertenecientes al Fondo Antiguo y las bóvedas de la BNP (material distinguible por presentar un sello de la institución en la página 43, que hace referencia al voraz incendio que destruyó el antiguo local de la BNP en el año 1943). Desconocemos si al interior de la BNP haya algo que celebrar en estos 190 años, pero en todo caso Ramón Mujica debería evaluar dar un paso al costado si no es capaz de resolver ya mismo la emergencia que le toca y permitir que alguien con capacidad de gestión ponga fin a los graves atentados a la cultura que se vienen consumando para vergüenza de todos. Biblioteca Nacional del Perú: 190 años, ojalá los cumplieras feliz. A pesar de todo te queremos y sabemos que eres más grande que tus problemas.

sábado, 27 de agosto de 2011

La literatura es mi venganza

"La literatura es mi venganza", libro que recoge el diálogo sobre novela, política y sociedad, entre el Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa, y el escritor italiano Claudio Magris, será lanzado a fines de septiembre en la Feria del Libro de Arequipa. La obra, dividida en 'Los vasos comunicantes: novela y sociedad', 'Novela y travesía', 'El tiempo impuro', y 'Cultura, sociedad y política', es producto de la conversación realizada en Lima en diciembre de 2009 entre Vargas Llosa y Magris, y constituyen reflexiones de este dos importantes autores sobre la novela, la cultura en el mundo contemporáneo, la sociedad, la ética y la política.
La Feria Internacional del Libro de Arequipa se desarrollará del 21 de septiembre al 2 de octubre de este año; habrá que trasladarse hasta el sur para ser testigos de excepción en la presentación de este libro.

Diez excusas para no leer (y soluciones)

1. Estoy cansado (si no lo estás para ver televisión -esa caja boba que te idiotiza- no estás cansado para leer un rato).
2. Prefiero hacer otra cosa (eres dueño de tu voluntad).
3. Ahora no, leeré más tarde (más vale que leas aunque sea una revista ahora que El Quijote mañana).
4. No tengo tiempo (somos dueños de nuestro tiempo).
5. No me gusta (si no lees ¿cómo lo sabes que no te gusta?)
6. No me apetece (tampoco te apetecerá levantarte todas las mañanas).
7. Leer me aburre (no lo has probado realmente, no puedes afirmarlo).
8. No sé qué leer (cualquier momento es bueno para cualquier libro).
9. Los libros son caros (¿y qué me dices del bookcrossing, de las bibliotecas, los amigos, de los libros de La Cachina o de segunda mano?).
10. Leer no sirve para nada (la lectura combate enfermedades mentales a largo plazo, agiliza la capacidad de reacción, evita el fracaso escolar y un largo etecé).
Ya no tienes excusa, las diez que presentaste las hemos refutado: ¡lee un libro para ser libre!

Cusco: políticas y gestión cultural

Este 6 de septiembre desde las 8:30 am en la Sala Ollantay del Teatro Municipal del Cusco se desarrollará el Seminario Políticas Culturales y Gestión Cultural, evento que tiene como objetivo presentar proyectos culturales de Lima y Cusco que, de alguna manera, han beneficiado a la población de estas ciudades, además de presentar conferencias donde se aborde la importancia de las políticas culturales en el desarrollo de nuestra sociedad.
Los organizadores: la Municipalidad Provincial del Cusco a través de su proyecto “Fortalecimiento de la cultura tradicional y arte vivo en el Cusco” (de la Gerencia de Educación, Turismo, Cultura y Medio Ambiente), la Red de organizaciones y gestores culturales del Cusco y el Centro Guamán Poma de Ayala, han incluido conferencias de interés en este evento que se prolonga a lo largo del día. El ingreso es libre. Más detalles y programa completo aquí.

Comisión de la Verdad: ¿dónde está la justicia?

Hace un par de días, el suscrito leía en algún lugar de la web, que efectivos policiales en actitud matonesca atacaban la muestra fotográfica Yuyanapaq en la Plaza de Armas de Huancayo, acusando a los responsables de la organización de la exposición de "apólogos del terrorismo". El hecho constituye, sin duda, una de las múltiples formas de censura que se ha pretendido imponer todos estos años sobre lo que a todas luces es evidente: las sistemáticas violaciones de los derechos humanos que se cometieron el país durante el conflicto armado interno, hechos de sangre que no fueron simples cuestiones aisladas, que en la mayoría de los casos nunca fueron esclarecidos, y que algunos seudo peruanos pretenden invisibilizar, menoscabar, desconocer.
Mañana se cumplen 8 años de la entrega del Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación Nacional (documento que pormenoriza los hechos violentos que se registraron durante el enfrentamiento que las fuerzas del Estado y grupos terroristas mantuvieron en Perú entre 1980 y 2000) y por eso ayer diversas organizaciones de defensa de derechos humanos y familiares de víctimas de la violencia interna en Perú conmemoraron la fecha con diversas actividades de memoria.
Sin embargo, las preguntas de siempre se mantienen flotando y nos hieren: ¿hasta cuándo vamos a esperar que el Estado atienda y cumpla las conclusiones y recomendaciones del Informe Final de la Comisión de la Verdad?, ¿cuándo se implementará una estrategia y una política de memoria que permita posteriores desgracias a causa de la violencia subversiva?, ¿el Estado va a reparar individualmente o no a las víctimas de la guerra interna?, ¿Hasta cuándo habrá que seguir difundiendo el informe final, posteando e insistiendo al respecto, hasta cuándo visitando puntualmente el "Ojo que llora", organizando actos públicos de memoria y lamentándonos un año más que de que el gobierno haga caso omiso a demandas que surgen de lo más hondo de la peruanidad?, ¿hasta cuándo tenemos seguir esperando?...
Han pasado muchos años y han sido demasiados. Ya una buena cantidad de los directamente afectados por la escalada violentista de las décadas pasadas han muerto en el más completo abandono moral y material (y nadie ha dicho esta boca es mía). El suscrito ya no quiere recordar lo que pasó si es que se va a tratar solamente de lamentarnos sobre lo ocurrido. Necesitamos recordar para no repetir, ser autocríticos respecto al rol que hemos cumplido como sociedad civil, al rol que han jugado las organizaciones y ONGs que defienden los derechos humanos, pero además se necesita acción y reparaciones concretas. Más de 70 mil personas fallecieron durante las décadas infaustas de la guerra, la mayoría campesinos pobres de las comunidades más alejadas del Perú; si nos importan ellos, la tragedia que vivimos, si queremos que nuestros hijos vivan en un país con respeto a la dignidad y los derechos humanos (que son muchos y no sólo los que tienen que ver con la violencia política), y sobre todo si no ha bastado el reclamo y la exigencia desde la sociedad civil hasta el momento, no debemos continuar siendo pasivos, no debemos prolongar la espera. La justicia es un derecho humano, anterior y superior a la autoridad del Estado, de carácter universal y del cual depende la seguridad jurídica de las personas, el orden social y la paz. A esta altura del Siglo XXI el Perú ya debería haber implementado la enseñanza de un curso de derechos humanos en las escuelas públicas del país, es lo mínimo que podemos gestionar, exigir. En fin, hay mucho que decir al respecto, sobre todo hay mucho que hacer. El espacio y el tiempo son breves siempre por aquí, pero en el viejo blog de "marea cultural" siempre habrá espacio. Otro día hablamos, ya nos vemos.

* Ilustran este post dos fotografías de @rofacio, la tercera (en realidad las tres) le pertenecen desde hoy al pueblo-twitter. Muchas gracias.
* Para mayor lectura, aquí está el documento sobre los avances en las reparaciones a la víctimas de la violencia política.

El Jilguero del Huascarán: cantor del pueblo

Hace un par de años, el Museo de Artes y Tradiciones Populares del Instituto Riva Agüero de la Pontificia Universidad Catòlica del Perú, inauguró en sus instalaciones la exposición itinerante: “Ernesto Sánchez Fajardo. El Jilguero del Huascarán, Cantor del Pueblo”, muestra en homenaje a la destacada trayectoria de este artista tradicional que nació en Bambas (Áncash) en 1928. Desde entonces, la exposición ha recorrido pueblos, villorrios y ciudades del país donde se ha exhibido en diversos espacios académicos y no académicos. Esta semana, de casualidad, volvimos a encontrar la muestra en la Plaza de Armas de Chimbote (aunque en esta versión no incluya la galería de objetos pertenecientes al autor y su entorno originalmente exhibida).
Del "Jilguero", a decir verdad, desconocíamos muchas cosas, empezando por su vasta producción discográfica. Ignorábamos, por ejemplo, que Jose María Arguedas fue quien lo indujo a grabar sus primeros discos y que al respecto escribió lo siguiente:

"… Me honro con su amistad desde hace más de 15 años…. Cuando ha interpretado ya cinco o seis canciones y hace como que se va del escenario, el alarido del público se repite. La multitud silba y aplaude, se pone de pie, exige que vuelva, vocea al mismo tiempo nombres de las canciones que “El Jilguero” ha compuesto y hecho famosas… El jilguero ama ese público… Toca la guitarra con dulzura y sus canciones recorren casi todo el registro, todos los matices de la emoción popular: el amor intenso y correspondido, el desengaño, el desafío a la adversidad, la protesta contra la opresión social y la injusticia de ciertas autoridades, el despecho, la ironía cáustica o piadosa, la broma inintencionadamente sensual, la ilusión de un amor próximo y purificador….Id a oírlo en su centro vivo en un Coliseo y os hablará del Perú nuevo, mestizo, no indio, a la propia corriente de las venas, directamente".

(Suplemento Dominical del Diario El Comercio. Lima, 8 de julio de 1962).


Sánchez Fajardo inició su carrera en 1942 y poco a poco fue conquistando la capital con sus bellas composiciones, calando hondo en el sentir popular. La voz de El Jilguero del Huascarán, dotada de gran sensibilidad, hizo que destacara rápidamente para cantarle a miles de paisanos afincados en la capital quienes, los fines de semana, se reunían en los famosos “coliseos”, espacios de encuentro para recordar la música y el canto andino, el sentimiento de la tierra, el amor y sus costumbres. Uno a uno se sucedieron los discos, los premios, las giras y festivales, los coliseos repletos de migrantes nostálgicos en la gran ciudad, su incursión en la radio y el liderazgo iniciático exigiendo universidad para Áncash. El Jilguero del Huascarán organizó también a los artistas. Fue fundador y secretario general del Sindicato de Artistas Folklóricos del Perú y presidente de la Federación Nacional Folklórica del Perú. Entre los años 60 y 70 hizo mucha labor social llevando ayuda a las cárceles, dando conciertos en provincias, contactándose con sindicatos y estudiantes, usando las armas que le habían otorgado sus canciones, el arraigo popular.
De Sánchez Fajardo se podrían decir muchas cosas. Recordar su trabajo legislativo, su participación en la Asamblea Constituyente de 1979 y las Palmas Magisteriales que recibió en 1988. El Jilguero tiene un blog donde se puede acceder a enlaces de interés y una cuenta en Myspace para quienes aman su música. Aquí un vídeo disponible en Youtube (entrevista a July Sánchez Fuentes, su hija). Para más detalles, la exposición itinerante “Ernesto Sánchez Fajardo. El Jilguero del Huascarán, Cantor del Pueblo” está abierta gratuitamente hasta el 10 de septiembre en el jirón Enrique Palacios 341 (Sala de Arte), un acierto del Área de Cultura de la comuna provincial en una urbe multicultural y pluriétnica como la nuestra.

viernes, 26 de agosto de 2011

Reflexiones sobre cultura y mercado

"Los indignados", movimiento ciudadano formado a raíz del 15 de mayo de 2011 con una serie de protestas pacíficas en España con la intención de promover una democracia más participativa alejada de la politiquería partidaria barata española y del dominio de bancos y corporaciones, así como con la intención de generar una auténtica división de poderes y otras medidas para mejorar el sistema democrático, no solo ha aglutinado a diversos colectivos ciudadanos con distintos lemas: "No somos marionetas en manos de políticos y banqueros" o "Democracia real ¡YA! No somos mercancía en manos de políticos y banqueros", sino que paralelamente se ha dedicado a recopilar un arsenal de propuestas y reivindicaciones para desvincular la creación cultural de las leyes del mercado, recuperar los espacios públicos y gestionar mejor los recursos.
"Los indignados" le han generado al suscrito y a no pocos gestores culturales -con quienes hemos dialogado al respecto- una serie de inquietudes y expectativas relacionadas con el avance del espacio cultural y la dignidad que éste merece. Para muestra un botón: Hasta hace muy poco en España, una persona que escribía canciones, grababa discos y realizaba conciertos era un músico. Hoy el Gobierno de Catalunya ha decidido dejar a un lado eufemismos y hablar con claridad: esa persona no es un músico, ni siquiera un artista, sino una empresa cultural. La denominada Ley Ómnibus lo deja en claro literalmente: "Se incluyen dentro de este concepto [empresa cultural] las personas físicas que ejercen una actividad económica de creación artística o cultural", concepto altamente polémico y considerado una treta legal que persigue la identificación de la cultura con las leyes del mercado y el beneficio económico. El 15-M no ha soslayado el mundo cultural y prácticamente desde su comienzo existen comisiones específicas dedicadas a reflexionar y actuar sobre este ámbito. Tras dos meses de trabajo, la Comisión de Cultura de Acampada Barcelona terminó a finales de julio un documento con propuestas, reivindicaciones y reflexiones que posteriormente fue apoyado por el Grupo de Cultura de Sol en Madrid que también debatió sobre el concepto de cultura y delineó su trabajo en cuatro apartados: Educación, Gestión, Patrimonio y Pensamiento. Según sus reflexiones, "la cultura no es algo que se valore socialmente, ni siquiera dentro del Movimiento 15-M, porque no es visible a la manera de lo que dicta esta sociedad, es decir, su producto principal no es algo tangible".
"La política cultural no puede estar orientada a una mera consecución de beneficios económicos. La sociedad actual, y especialmente las administraciones, llaman cultura a un stock de productos de mercado que tienen que ser vendidos. Nosotros, en cambio, llamamos cultura a todos los procesos que nos conforman como sociedad. No tiene por qué ser necesariamente una obra que tú puedas vender, porque la cultura no es sólo el arte", han señalado los integrantes de las comisiones de cultura del 15-M, que han reaccionado contra el concepto de mercado cultural y denunciado que la cultura es una presa más del paradigma neoliberal del que no escapa ni siquiera la educación.
Al respecto surgen algunas preguntas: ¿Quién le ha da dado el derecho a ciertos ciudadanos de pretender encauzar a los artistas y productores de cultura alrededor de las grandes industrias y apuestas globales que no hacen sino reducir el apoyo -que debería ser generalizado y horizontal- y que pretende aniquilar a los creadores que no producen dinero?, ¿por qué tener que vincular necesariamente el conceptos de cultura con el dinero contante y sonante?, ¿tiene sentido subvencionar una obra cultural que va a tener beneficios extraordinarios gracias a su explotación comercial?, ¿y si el libro que espero publicar muy pronto no es comercial?, ¿nos están diciendo que muchos de nosotros estamos condenados a desaparecer?
El Movimiento 15-M se exige en ese sentido (y de ello debemos aprender) "intensificar el apoyo a las prácticas culturales de base que se dedican a la investigación y a aquellas plataformas que dan cobertura a la creación emergente, más que a aquellas centradas en la producción cultural de consumo masivo". Tema aparte constituyen las políticas culturales que una vez que se generen en nuestras ciudades deberán adaptarse a los tiempos productivos propios de la investigación y no a subvenciones a artistas que trabajen obligados a generar productos culturales y venderlos en tiempo récord. Sobre este tema hay tanto que discutir y decir que, obviamente quedan cortas siempre estas páginas. La cultura puede contribuir a desarrollar verdaderamente los valores democráticos en nuestras sociedades (libertad, igualdad, participación, transparencia, excelencia y justicia), desde la concepción de una cultura libre, participativa, plural y sostenible. Hacia ello debemos caminar, no existe, no hay (no insistas) otro camino hacia el desarrollo.

Lectura y bibliotecas escolares

Libro que da la voz a una quincena de expertos para debatir algunos de los temas de mayor actualidad en relación con la lectura y las bibliotecas escolares: desde las nuevas culturas juveniles o el funcionamiento del lector en red, hasta la consideración de la escuela como una comunidad de estudio, el papel de los mediadores o las redes de lectura pública y de bibliotecas escolares. El volumen contiene además un informe sobre las políticas públicas en curso, así como la descripción de algunas de las experiencias más destacadas en Iberoamérica para la creación de comunidades de lectores, la implantación de bibliotecas escolares o el lanzamiento de campañas públicas de lectura.
Lo deja muy claro Álvaro Marchesi en el preámbulo del libro: "Leer para ser. La lectura no es solo un formidable ejercicio intelectual para ampliar los conocimientos y para adentrarse en las relaciones afectivas de las personas. También contribuye a enfrentar al lector con las decisiones éticas y morales, ya que le abre a diferentes formas de pensar, de vivir y de actuar, lo que exige evaluar los acontecimientos y activar, tal vez en ocasiones modificar, los propios juicios de valor. Entre todos los textos posibles, los literarios, que son expresión de la historia cultural de los pueblos, ocupan un lugar privilegiado para ayudar a todos los alumnos a recrearse con su historia y su cultura y con la historia y la cultura de los otros. El patrimonio literario de la humanidad puede ser una de las principales riquezas colectivas que sirva, adaptado a los nuevos tiempos tecnológicos, para construir la necesaria ciudadanía multicultural..."

Borges y Cortázar sobre literatura fantástica

Leyendo lainformación.com llegué a un artículo publicado por el fallecido Saúl Yurkievich, íntimo y albacea de Cortázar, sobre el hecho de que este último autor apostó en literatura por el hecho fantástico desde lo cotidiano, mientras Jorge Luis Borges lo hizo desde lo mítico. Lo cierto es que ni Cortázar ni Borges convergieron ni en lo político ni en su estilo literario; al respecto, aquí un condensado:
Borges evita toda pretensión de realismo, toda confusión entre literatura y realidad”, escribía Yurkievich. El autor también reiteraba que el vocablo certero borgiano contrastaba con el juego lingüístico de Cortázar en cada relato.
Buen ejemplo es el cuento, ya clásico, de Continuidad en los parques. Julio Cortázar nos narra cómo un hombre sentado en un sofá lee una novela. Sus dos protagonistas son dos amantes que emprenden el asesinato del marido. En un punto de giro de este brevísimo relato, el lector descubre que el marido es el mismísimo hombre que lee la novela.
¿Cómo hubiera resuelto un relato así Borges? No lo sabremos nunca. Quizás ni lo hubiera abordado. ¿Para qué?
Todo hombre es otro (todo hombre, en el momento de leer a Jorge Luis Borges, es Jorge Luis Borges), todo hombre es todos los hombres, que es lo mismo que decir ninguno”, exponía Saúl Yurkievich en su ensayo sobre Cortázar.
En fin, lo únco en común entre Borges y el autor de "Rayuela" es el género al que fueron afines. el relato fantástico.

"Hombres de mar", en Chimbote

Tal como adelantamos desde Lima hace varias semanas en este post, "Hombres de mar", la nueva novela de Óscar Colchado Lucio, se presentará en Chimbote. El libro, una historia sobre la migración andina y la explotación pesquera basada en sucesos reales, tiene más de 522 páginas y al autor le ha tomado varias décadas escribirla.
"Comencé a hacer apuntes de las luchas sindicales en los años setenta, y desde 2000 comencé a redactar esta novela. El libro es una búsqueda de mi infancia en Chimbote desde el inconsciente testimonio de las cosas, buscando reinterpretar los acontecimientos históricos del pueblo", ha señalado Colchado.

Para el autor, su nueva obra "es la continuación de El zorro de arriba y el zorro de abajo, de Arguedas, con influencia del pensamiento milenario. La ciudad y el mundo mítico confluyen"... Sin lugar a dudas la presentación de este libro constituirá un auténtico hito literario en el puerto. La cita está pactada para este viernes 2 de septiembre a las 7:00 pm en el auditorio de la Universidad San Pedro. Sin embargo, para las 4:00 pm del mismo día se ha convocado a la gran marcha cultural por las calles de Chimbote a la que han sido invitados estudiantes, profesores, escritores, lectores, amigos del autor y público en general. En la movilización, el propio Colchado podrá reencontrarse con su sus lectores que tantos años lo han esperado (para este blogger será un gusto volver a verlo caminar por el puerto; en casa es imposible leer su novela porque todos están a las quitadas con el libro). El ingreso es libre. Nos vemos el viernes 2 de septiembre en Chimbote.

La vida libresca de nuestros jefes de Estado

Puente aéreo publicó ayer el post que a continuaciòn reproducimos parcialmente y que linkeamos en su integridad por considerar que analiza un tema poco o nada abordado por los medios de comunicación ni por la crítica peruana: la relación entre el poder y la vida libresca de los jefes de Estado.

"(...) valdría la pena recordar que, en el Perú y en cierta medida en toda América Latina, luego de siglos en que era difícil trazar la línea entre la esfera política y la esfera intelectual, ambas han terminado por separarse casi enteramente. De ser un continente gobernado, aunque fuera de modo intermitente, eventualmente, por intelectuales y de vez en cuando específicamente por escritores como Sarmiento, Gallegos, Bosch o Sarney, con revolucionarios como Martí o Cardenal, candidatos presidenciales como Mario Vargas Llosa, precandidatos como Pablo Neruda y críticos literarios de inmensa influencia política como el mismo José Carlos Mariátegui, hemos pasado a ser un continente de políticos grises para quienes la cultura es un obstáculo, una distracción o un simple fantasma..."

"(...) Los peruanos recordamos todavía cómo, en 1990, Alberto Fujimori utilizó los libros de Vargas Llosa como prueba y demostración de que el hoy premio Nobel de literatura no estaba hecho para gobernar un país con los pies en la tierra, cómo era un personaje débil, moralmente sospechoso, veleidoso, feble, quebradizo, además de un simple soñador. Pero también sabemos que una acusación idéntica se ha esgrimido contra Vargas Llosa desde muchas otras zonas de la sociedad en diversos momentos: un "buen escritor de novelas", un "escribidor", un simple "intelectual", por lo tanto, poco menos que un inútil..."

Los dejo con esta deliciosa lectura. Como siempre el post se enriquece con los comments que proliferan. ¿El link?: aquí.

El ojo que cuenta

Con varios años de retraso llegó a mis manos "El ojo que cuenta. Mitos y costumbres de la Amazonía indígena, ilustrados por su gente/Eyes that Tell. Myths and customs from indigenous Amazonia illustrated by its people" (Lima: IKAM, 2005), libro excepcionalmente ilustrado y editado que constituye una pequeña muestra de la riqueza cultural de la población amazónica, la cual ha sido maltratado y olvidada a través de los siglos. De impecable edición bilingüe -español/inglés- e ilustrada por artistas de los diversos grupos étnicos que pueblan la amazonía, cada uno de ellos con su propia cosmovisión del entorno que los rodea, este libro es un homenaje a la memoria y el arte de un pueblo del cual aún sabemos muy poco.
"El ojo que cuenta" significó un encuentro con moradores de diversos pueblos ancestrales de la selva peruana. Los relatos y dibujos fueron recogidos en Iquitos, en comunidades nativas tikuna y matsés, y en Lima. Trabajaron solos, en parejas -padre e hijo, marido y mujer- y hasta en grupos de más de veinte personas. Aquí los amazónicos encuentran espacio para expresar las formas fantásticas de los seres míticos, el colorido de las vestimentas y adornos de los personajes, los misteriosos paisajes de otros mundos, y la vibrante energía que vincula a humanos, animales, dioses, plantas y todo lo que existe en una única esencia universal.


En "El ojo que cuenta", la autora recoge mitos y relatos de ocho pueblos amazónicos narrados y pintados por sus propios protagonistas, y acompañados por espléndidas fotos de Mónica Newton. El mundo que nos ofrecen nos exige que, previa y saludablemente, nuestras categorías de conocimiento flaqueen para así abrir nuestras mentes y nuestros corazones a nuevas formas de entender y vivir las relaciones entre naturaleza y cultura, entre mente y cuerpo o, incluso, lo que es ser persona.


Los asháninkas, shawis, uitotos, shipibos, awajún, wampís, tikunaa y matsés nos legaron estas historias y sus propias concepciones gráficas del mundo, en una publicación excepcional que debería estar en las bibliotecas de todos los peruanos.

jueves, 25 de agosto de 2011

Chimbote, cultura, nuestro concepto de desarrollo

Hablar de cultura en mi ciudad y en mi región ha constituido siempre -e históricamente- una blasfemia. Sin embargo, hablar de la estrecha relación que la cultura guarda con el desarrollo (entendiendo esto último no como infraestructura sino como bienestar) puede resultar manido si no se abordan y analizan una a una las diversas aristas de un problema jamás visibilizado y que en consecuencia el Estado no ha sido capaz de reconocer como tal, dejando de lado la implementación de políticas que hace muchos años debieron reconocer la singularidad cultural, social y económica de Chimbote y la región en que vivimos.
Si cultura significa civilización, ¿cómo vamos a desarrollar la verdadera dimensión cultural de nuestros pueblos si la participación ciudadana no es activa y profunda?, ¿cómo podemos hablar de cultura y de civilización en Chimbote y Áncash, si no ponemos énfasis en los mecanismos de construcción de nuestra identidad?, ¿podemos hablar de cultura marginando a ciudadanos procedentes de las migraciones?, ¿de qué civilización estamos hablando si no somos solidarios, si no incorporamos las identidades múltiples y en evolución que hay en Chimbote, si no priorizamos la educación y la cultura como aspectos transversales de la vida de todos?
El puerto necesita la presencia activa de la sociedad civil en el diseño de las políticas culturales que nos son imprescindibles. Urge elaborar un Plan Regional y Provincial de Cultura que mire diez años adelante, necesitamos insertarnos en un proceso que nos llevará a liderar el cambio, nuestro propio destino. Con participación amplia y diversa de la sociedad civil en el diseño de políticas, con veeduría pública de planes y programas y mediante el protagonismo de la población en la sostenibilidad de lo cultural, el espíritu participativo se multiplicará exponencialmente alrededor de una noción amplia de cultura que, además de las manifestaciones artísticas y las expresiones monumentales del patrimonio, enhebre múltiples formas de expresión no necesariamente artísticas, estilos de vida, sistemas de valores, formas de ser y de pensar.
Y es que cultura son las preocupaciones por la identidad en relación con el patrimonio histórico, las memorias y las prácticas artísticas, las necesidades de la creatividad social en la música, la radio, el cine, la televisión, el video y las nuevas tecnologías de la comunicación. Todo eso es cultura. Las múltiples identidades tradicionales –como las étnicas– y las que son fruto de la innovación –como las de género y sexualidad– encuentran, junto a las tradiciones orales y a las culturas locales, oportunidades de expresión y comunicación inéditas a través de espacios tecnológicos y culturales. Sin embargo, ¿cómo estamos enfrentando el mundo global? Si lo cultural es un factor estructurante de la sociedad, si la cultura construye y fortalece los tejidos sociales, si proporciona confianza, capital social y solidaridad, ¿de qué forma estamos asegurando su sostenibilidad?, ¿qué estamos haciendo para que los sentidos de identificación, de pertenencia y de comunidad de los chimbotanos y ancashinos se mantengan y desarrollen con el tiempo?
Tenemos la oblicación moral de hacernos escuchar y de generar mecanismos concretos y explícitos de participación ciudadana. Las propuestas de la sociedad civil deben ser escuchadas hoy por las autoridades y mediante una adecuada retroalimentación ser enhebradas al interior de un sistema de trabajo en conjunto. No hay desarrollo sin derechos humanos, sin diversidad cultural y democracia participativa. No hay desarrollo sin planificación cultural estratégica. Este post se autodestruirá en dieciocho segundos, en estos días aparecerá uno nuevo en el viejo blog de @marea, espacio 2.0 desde siempre dedicado a temas -a decir de muchos- insípidos pero que consideramos altamente importantes. Las fotografías le pertenecen a Jane Silcock. Ya posteamos.