Desde hace cierto tiempo, hay quienes en Twitter me han venido preguntando sobre el por qué de cierta frase que habla de mi ciudad, la misma que se ha visto difundida en ciertos medios de comunicación mayoritariamente electrónicos y que -a propósito de la visita de George Yúdice a Chimbote- volvió a salir a flote estos días y me permito hoy explicar de alguna forma.
"Mi ciudad es un coágulo vivo, un cadáver inhabilitado para la lucha: un dolor, una tragedia, una derrota..."
A pesar de mi convencimiento de que los trabajadores y gestores culturales con alta claridad emocional y actitud optimista están en condiciones de afrontar y superar los problemas sociales que históricamente han impedido el despegue del sector más olvidado de nuestra sociedad: la cultura, el suscrito acuñó la frase antes citada porque considera que desde la realidad que nos toca, en Chimbote nadie promueve la resolución de problemas en las relaciones humanas, a casi nadie le interesa el cambio social, mucho menos a partir del poder de las personas mediante el ejercicio de sus derechos, su liberación y la mejora social en el lugar en que vivimos. Somos coágulo vivo y sobrevivimos estacionados dentro de nuestros propios vasos sanguíneos o de nuestro corazón, en cualquier momento se bloqueará el flujo de sangre que nos mantiene respirando y entonces el cadáver –que ya somos- terminará de inhabilitarse por completo para la lucha: por eso –mientras no miremos más allá de nuestro pequeño mundo y no decidamos el cambio radical que necesitamos- continuaremos siendo dolor, tragedia, derrota…
El papel de la cultura – y aquí citamos extractos de la entrevista sostenida con George Yúdice, que visitó Chimbote para el conversatorio “Gestión cultural y nuevas tecnologías de la comunicación”, evento organizado por el Blog “Marea cultural”, la Red Literaria Peruana y el Área de Cultura de la Municipalidad Provincial del Santa- viene expandiéndose de una manera sin precedentes en el ámbito económico, político o social. “A la cultura se le invoca como un recurso para la producción de riqueza, participación ciudadana o reconstrucción del tejido social. Más allá que comparta o no estas visiones, el hecho es que la cultura se ha convertido en un marco interpretativo para la solución de problemas antes ajenos a ella...", ha señalado Yúdice, referencia obligada en la gestión y política cultural a nivel mundial, y profesor de las universidades de Nueva York y Miami.
“Los grandes consorcios que dominan en la esfera de las industrias culturales crean su propia versión de la diversidad cultural, que incluye a ciertos artistas del tercer mundo, pero que no son un reflejo fiel de la verdadera diversidad que existe. Más bien se permite cierto grado de diversidad para los gustos metropolitanos. Lo importante es que los artistas y otros involucrados en el mundo cultural local tengan la posibilidad de promover sus propios gustos locales, y no sólo en su vecindad sino alrededor del mundo. Esto es muy difícil en las circunstancias actuales debido al régimen de distribución que han armado los grandes consorcios globales, pero para eso están hoy las nuevas tecnologías de la comunicación..”. Frente el mar de Chimbote, la reflexión de nuestro interlocutor giraba en torno a la posibilidad de ser totalmente cosmopolita a partir de criterios locales, portuarios. Y aquí el rol que nos toca a quienes debemos visibilizar ante el mundo los valores que dan forma a nuestra identidad y provienen de nuestros orígenes. Me pregunto por qué en Chimbote las ONG`s, empresas privadas, asociaciones comunitarias y las instituciones en general no hacen absolutamente nada –o hacen muy poco- para promover la diversidad de producciones culturales en nuestro país, me pregunto por qué están de espaldas a la valiosa escena cultural que tenemos y no asumen el único compromiso que nos conducirá al desarrollo. Pienso además en la responsabilidad del Estado como entidad comprometida en el trabajo de acercar de la mejor manera a los gestores culturales las alternativas para fomentar y hacer sostenible la actividad cultural de nuestro país. Una tarea difícil -sin duda-, pero urgente, necesaria, impostergable. Por lo pronto, la visita de Yúdice nos dejó -entre otras cosas-, algo concreto: la inminente realización de un foro público (ojalá un Encuentro Provincial de Cultura) que organizará la instancia edil provincial. Estaremos pendientes.
Más fotografías de George Yúdice en Chimbote aquí.
A pesar de mi convencimiento de que los trabajadores y gestores culturales con alta claridad emocional y actitud optimista están en condiciones de afrontar y superar los problemas sociales que históricamente han impedido el despegue del sector más olvidado de nuestra sociedad: la cultura, el suscrito acuñó la frase antes citada porque considera que desde la realidad que nos toca, en Chimbote nadie promueve la resolución de problemas en las relaciones humanas, a casi nadie le interesa el cambio social, mucho menos a partir del poder de las personas mediante el ejercicio de sus derechos, su liberación y la mejora social en el lugar en que vivimos. Somos coágulo vivo y sobrevivimos estacionados dentro de nuestros propios vasos sanguíneos o de nuestro corazón, en cualquier momento se bloqueará el flujo de sangre que nos mantiene respirando y entonces el cadáver –que ya somos- terminará de inhabilitarse por completo para la lucha: por eso –mientras no miremos más allá de nuestro pequeño mundo y no decidamos el cambio radical que necesitamos- continuaremos siendo dolor, tragedia, derrota…
El papel de la cultura – y aquí citamos extractos de la entrevista sostenida con George Yúdice, que visitó Chimbote para el conversatorio “Gestión cultural y nuevas tecnologías de la comunicación”, evento organizado por el Blog “Marea cultural”, la Red Literaria Peruana y el Área de Cultura de la Municipalidad Provincial del Santa- viene expandiéndose de una manera sin precedentes en el ámbito económico, político o social. “A la cultura se le invoca como un recurso para la producción de riqueza, participación ciudadana o reconstrucción del tejido social. Más allá que comparta o no estas visiones, el hecho es que la cultura se ha convertido en un marco interpretativo para la solución de problemas antes ajenos a ella...", ha señalado Yúdice, referencia obligada en la gestión y política cultural a nivel mundial, y profesor de las universidades de Nueva York y Miami.
“Los grandes consorcios que dominan en la esfera de las industrias culturales crean su propia versión de la diversidad cultural, que incluye a ciertos artistas del tercer mundo, pero que no son un reflejo fiel de la verdadera diversidad que existe. Más bien se permite cierto grado de diversidad para los gustos metropolitanos. Lo importante es que los artistas y otros involucrados en el mundo cultural local tengan la posibilidad de promover sus propios gustos locales, y no sólo en su vecindad sino alrededor del mundo. Esto es muy difícil en las circunstancias actuales debido al régimen de distribución que han armado los grandes consorcios globales, pero para eso están hoy las nuevas tecnologías de la comunicación..”. Frente el mar de Chimbote, la reflexión de nuestro interlocutor giraba en torno a la posibilidad de ser totalmente cosmopolita a partir de criterios locales, portuarios. Y aquí el rol que nos toca a quienes debemos visibilizar ante el mundo los valores que dan forma a nuestra identidad y provienen de nuestros orígenes. Me pregunto por qué en Chimbote las ONG`s, empresas privadas, asociaciones comunitarias y las instituciones en general no hacen absolutamente nada –o hacen muy poco- para promover la diversidad de producciones culturales en nuestro país, me pregunto por qué están de espaldas a la valiosa escena cultural que tenemos y no asumen el único compromiso que nos conducirá al desarrollo. Pienso además en la responsabilidad del Estado como entidad comprometida en el trabajo de acercar de la mejor manera a los gestores culturales las alternativas para fomentar y hacer sostenible la actividad cultural de nuestro país. Una tarea difícil -sin duda-, pero urgente, necesaria, impostergable. Por lo pronto, la visita de Yúdice nos dejó -entre otras cosas-, algo concreto: la inminente realización de un foro público (ojalá un Encuentro Provincial de Cultura) que organizará la instancia edil provincial. Estaremos pendientes.
Más fotografías de George Yúdice en Chimbote aquí.
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