Gran parte del mundo al que llamamos civilizado, ese primer mundo siempre quejumbroso, celebra hoy el Día del Libro, especie en extinción a la que persiguen a diario la estulticia, la mala leche, la prisa y el regodeo en la basura reinantes. Por eso, hoy más que nunca, es preciso regalar libros a quienes los detestan, a ver si la cabeza se les ventila y el horror se mitiga. Pongan el amable lector y la amable lectora, si es su gusto, los femeninos correspondientes a los determinantes, sustantivos y adjetivos masculinos que aquí suelto, que de hacerlo yo nos daría la del alba.
Libros para los nazis que pueblan las gradas de los estadios de fútbol y pudren el aire con sus alaridos y sus cánticos de rencor, racismo y miseria mental, ensombreciendo el disfrute del mayor espectáculo del mundo. Libros para los bocazas airados de los estercoleros televisivos, empeñados en que su submundo es el único posible. Libros también para sus fieles seguidores. Libros para los adolescentes cuyo modelo de diversión durante el fin de semana consiste en arramblar con el mobiliario urbano, arruinar jardines y sembrar los espacios públicos de la mierda que generan sus borracheras y demás comiditas que se procuran. Libros para los adultos que se han erigido en campeones de la lenidad, blandos como la espuma cuando se trata de exigir el cumplimiento de los deberes o el castigo de las faltas de los menores a su cargo...
La nota completa vía Libreros.
Libros para los nazis que pueblan las gradas de los estadios de fútbol y pudren el aire con sus alaridos y sus cánticos de rencor, racismo y miseria mental, ensombreciendo el disfrute del mayor espectáculo del mundo. Libros para los bocazas airados de los estercoleros televisivos, empeñados en que su submundo es el único posible. Libros también para sus fieles seguidores. Libros para los adolescentes cuyo modelo de diversión durante el fin de semana consiste en arramblar con el mobiliario urbano, arruinar jardines y sembrar los espacios públicos de la mierda que generan sus borracheras y demás comiditas que se procuran. Libros para los adultos que se han erigido en campeones de la lenidad, blandos como la espuma cuando se trata de exigir el cumplimiento de los deberes o el castigo de las faltas de los menores a su cargo...
La nota completa vía Libreros.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
only write