A César Olivares lo manyo de la poesía, lo taso de varios años atrás, cuando lo veía publicar en revistas, el suscrito todavía usaba el primitivo messenger, y de vez en cuando compartíamos poemas e iniciativas culturales jamás emprendidas. La otra noche, en el Chaska, tuve el gusto de recibir de sus manos sus libros publicados el año pasado. El que a primera vista me interesó y en verdad deseaba leer era "Vestimenta de los días" (Ornitorrinco, 2009), pero esta calurosa mañana de viernes santo en Chimbote leí de un tirón "Jeremiadas", recopilación de artículos y columnas que el autor ha venido publicando desde hace cierto tiempo en el Diario Correo de Trujillo.
El volumen es un registro de impresiones, vivencias y pensamientos del autor, los mismos que cada sábado aparecen en la prensa de su soleada tierra. Registro enriquecido siempre por el sentimiento de amor, odio, indiferencia, vacío, soledad, nadameimporta de quienes están condenados a la escritura, el arte del buen beber, la pasión de escribir, y el alimentarse de la buena conversa.
Olivares funde sus armas en un libro que conjuga temas tan disímiles como la locura, el sexo, las mascotas, la belleza masculina, la conciencia sobre el rol de poeta que le toca jugar al autor en la sociedad donde se desenvuelve, además de sentidos homenajes a algunos escritores inmortales, a quienes le han dado la vida, y sabrosas líneas dedicadas a los amigos de siempre y otros aljófares. Irónico siempre, su prosa -como señala el autor de las líneas de la contracarátula- salva a un periódico tradicional de su condición de efímero. Y lo salva en tanto el aliento poético está siempre presente en cada una de sus historias. Qué distinta sería la prensa escrita peruana -y cuántos lectores se ganaría- si cada día pudiéramos disfrutar de lecturas como las que acabo inútilmente de dar cuenta... En fin, el hecho es que leí "Jeremiadas" hoy y ante la imposibilidad de decirle -in extenso, en su cara y brindis mediante- al autor lo que pienso de su libro, se me ocurrió que posteando en "Marea..." quien sabe algún día pueda él acceder a estas líneas...
Olivares funde sus armas en un libro que conjuga temas tan disímiles como la locura, el sexo, las mascotas, la belleza masculina, la conciencia sobre el rol de poeta que le toca jugar al autor en la sociedad donde se desenvuelve, además de sentidos homenajes a algunos escritores inmortales, a quienes le han dado la vida, y sabrosas líneas dedicadas a los amigos de siempre y otros aljófares. Irónico siempre, su prosa -como señala el autor de las líneas de la contracarátula- salva a un periódico tradicional de su condición de efímero. Y lo salva en tanto el aliento poético está siempre presente en cada una de sus historias. Qué distinta sería la prensa escrita peruana -y cuántos lectores se ganaría- si cada día pudiéramos disfrutar de lecturas como las que acabo inútilmente de dar cuenta... En fin, el hecho es que leí "Jeremiadas" hoy y ante la imposibilidad de decirle -in extenso, en su cara y brindis mediante- al autor lo que pienso de su libro, se me ocurrió que posteando en "Marea..." quien sabe algún día pueda él acceder a estas líneas...
Gracias, doctor, por tus palabras. Y sobre todo por postearlo en este importante y visitado blog "Marea Cultural". Ya habrá oportunidad de reunirnos in extenso para comentar sobre tragos y otros atracos para vivir.
ResponderBorrarCésar Olivares.
ya iremos por trujillo, césar. estamos en contacto!...
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