Ricardo Vírhuez Villafane, escritor y editor de publicaciones culturales, nos envía esta breve crónica redactada post VII Encuentro Nacional de Escritores "Manuel Jesús Baquerizo", realizado hace unos días en la ciudad de las iglesias.
Tantas historias de rebeliones y masacres en Ayacucho dejan a uno con prejuicios y sobresaltos. La semana pasada visité Ayacucho por primera vez. Y la ciudad me acogió con su belleza y su calor. Todo respiraba historia.
Manuel Marticorena me lleva a la higuera plantada por Diego de Almagro hace cuchucientos años. Aunque miro la higuera y parece lozana y buenamoza. Javier Garvich me lleva a conocer la celda donde estuvo María Parado de Bellido, acusada de "traición a la patria" y fusilada. Es increíble como nuestros grandes héroes siempre son "traidores a la patria".
Después, visita a Quinua, uno de los pueblos más hermosos que he conocido, pura artesanía. Y encimita, la pampa donde se libró la batalla de Ayacucho y se puso punto final a la invasión española en América. Todo era historia, calles empedradas, iglesias hasta por gusto, balcones hermosos...
Y el último día, al volver luego que los escritores fuéramos declarados "huéspedes ilustres" de Ayacucho, una última sorpresa. La reconstruida cárcel de donde escapó Edith Lagos, la poeta y guerrillera maoísta. No lo podía creer. Historia tras historia. Las venas abiertas de nuestro país maltratado y hermoso.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
only write