.jpg)
Tantas historias de rebeliones y masacres en Ayacucho dejan a uno con prejuicios y sobresaltos. La semana pasada visité Ayacucho por primera vez. Y la ciudad me acogió con su belleza y su calor. Todo respiraba historia.
Manuel Marticorena me lleva a la higuera plantada por Diego de Almagro hace cuchucientos años. Aunque miro la higuera y parece lozana y buenamoza. Javier Garvich me lleva a conocer la celda donde estuvo María Parado de Bellido, acusada de "traición a la patria" y fusilada. Es increíble como nuestros grandes héroes siempre son "traidores a la patria".
Después, visita a Quinua, uno de los pueblos más hermosos que he conocido, pura artesanía. Y encimita, la pampa donde se libró la batalla de Ayacucho y se puso punto final a la invasión española en América. Todo era historia, calles empedradas, iglesias hasta por gusto, balcones hermosos...
Y el último día, al volver luego que los escritores fuéramos declarados "huéspedes ilustres" de Ayacucho, una última sorpresa. La reconstruida cárcel de donde escapó Edith Lagos, la poeta y guerrillera maoísta. No lo podía creer. Historia tras historia. Las venas abiertas de nuestro país maltratado y hermoso.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
only write