viernes, 13 de agosto de 2010

La resistencia

Los días de silencio que han pasado, la ausencia en éste mi viejo blog que me siempre me acompaña, jamás se justificarán si no fuese porque durante la oscuridad siempre tuve algo que decir en la libertad vigilada de mis palabras. la escritura, ese crisol sin precedentes que pone en igualdad de condiciones al lenguaje y al pensamiento, ha aflorado siempre en las circunstancias más difíciles que le han tocado vivir a este raro, desclasado, ambiguo y parásito cimarrón enamorado de un lenguaje sin utilidad y contradictoriamente viviente.
En este blog sabemos de siempre que la libertad se adquiere paradójicamente con el mayor rigor y la mayor disciplina. Así es en la poesía y en los ejercicios impúdicos en los que debemos desnudarnos para escribir. Los días de silencio que han pasado los pasé reflexionando, escribiendo, enhebrando ideas alrededor de algunos temas que me tocan profundamente y hasta me cuestionan, dañan, aniquilan, destruyen. Los días que vienen terminaré de escribir una nueva historia; ya les contaré de qué se trata, ya compartiremos. Finalmente, a esta altura del post (y de la madrugada insomne) recuerdo las sabias palabras de Octavio Paz que alguna vez leí en una entrevista: "Un poema (o una historia) no se termina nunca sino que se abandona"... Y yo continúo porfiando, continúo escribiendo.

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