Hacer literatura en el Perú es casi un suicidio y eso lo sabe bien el personaje central del libro, quien encuentra en el submundo hardcore de las barras bravas del equipo rosado y en la literatura la identidad que la sociedad le ha negado. Todos los hombres son mejores que el disfraz que los va cubriendo y los asfixia (Stevenson), son mejores a pesar que decidan morir al otro lado de las sombras (Zcuela Cerrada), a pesar de que sean piedras: sin alma (Chacalón) y de que la verdad sea aburrida: puta frustración (Eskorbuto). He leído "Takashi" de un tirón y "aquí sigo, viendo el monitor de mi computadora como si en él estuviera la respuesta a algún problema, como si la Virgen María o el mismísimo Niño David se fueran a materializar en los miles de píxeles que torturan mi vista...". He leído la nueva novela de Ernesto Carlín y trato de hallar una salida, un lugar donde detenerme a descansar en medio de la oscuridad, lejos del ruido, de las luces, en medio de la oscuridad de mi puerto, de mi ciudad. Y aún sigo huyendo, buscando...
domingo, 22 de agosto de 2010
Takashi, la novela de Ernesto Carlín
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