sábado, 19 de febrero de 2011

Periodismo, literatura y viceversa

La crónica, ese arte de "contar historias de verdad con las herramientas de la ficción", como lo define el editor de Debate, Miguel Aguilar, está en auge. Ha vuelto. El género arrancó con silencio en América Latina, chilló con fuerza en los años sesenta con Tom Wolfe como su autoproclamado abanderado, tuvo un relativo confinamiento en suplementos culturales y literarios y "desde los ochenta para acá, consagrados como Talese y Ryszard Kapuscinski o herederos suyos como Jon Lee Anderson han ido manteniendo la llama", concluye Albert Chillón, profesor de periodismo de la Universidad Autónoma de Barcelona y autor del seminal Literatura y periodismo.
"El periodismo de papel tiene que ofrecer hoy subjetividad y eso solo puedo hacerlo a través de los géneros de la opinión y de la crónica", acota Aguilar. Internet tiene, pues, buena culpa del auge. "La erosión que la Red está causando en el periodismo escrito en su vertiente de información pura es un factor clave", resume. Chillón atribuye también el revival a "la sensibilidad social y el compromiso cívico y ético que en Latinoamérica muestran muchos periodistas".
Es en el sur del continente americano también donde aún queda papel para este tipo de reportajes, como recuerda Pilar Reyes, directora editorial de Alfaguara. "La narrativa más fulgurante en América Latina viene de la crónica; aquí en España casi no hay publicaciones que acojan esto pero allá están revistas como Gatopardo, Etiqueta Negra...", explica. Aunque desde luego, no estamos ante un invento editorial. "Hay muchos creadores interesados en esa hibridación".
Lea el reportaje completo vía El País.

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