sábado, 12 de febrero de 2011

Poesía, proceso creativo y enfermedad mental

Byron era "loco, malo y peligroso de conocer" según una de sus amantes; a Keats, el amor obsesivo lo llevó al paroxismo y Sylvia Plath puso fin a su propia vida.
La depresión y la locura son temas recurrentes a lo largo de la historia de la poesía.
La incidencia de los trastornos del estado de ánimo, suicidio e internación en hospitales psiquiátricos fue de 20 veces más alta entre los principales poetas británicos e irlandeses entre 1600 y 1800, según un estudio realizado por el psicólogo Kay Redfield Jamison.
En otras palabras, los poetas tienen 20 veces más probabilidades de terminar en un asilo que el resto de la población... y eso es sólo los poetas.
A algunos artistas, eso no les preocupa: a mediados de 1800, Emily Dickinson declaró que "mucha locura es juicio divino", mientras que Edgar Allan Poe señaló que aún no se había determinado si "la locura era o no la más excelsa inteligencia".
Cualquiera que sea la respuesta, la ciencia ha tratado de entender la razón de esa alta incidencia de enfermedades mentales.

Un estudio reciente encontró patrones similares en el cerebro de los artistas trabajando a los de los esquizofrénicos. Otro estudio encontró que los estudiantes creativos comparten más rasgos de personalidad con pacientes bipolares que los menos creativos.
Lea la nota completa vía BBC Mundo.

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