viernes, 26 de diciembre de 2008

Bibliotecario en su laberinto

Gracias a Roberto Angulo García, voraz lector de culturales y puntual comentarista de algunos de los post de este blog, me entero de esta noticia publicada en El Tiempo, de Bogotá:

Hace 10 años José Alberto Gutiérrez recorre las calles de Bogotá con su camión con dos objetivos: separar los desechos y encontrar libros para que su biblioteca pública crezca. "Siempre imaginé que el paraíso sería algún tipo de biblioteca" es la expresión tomada del escritor argentino Jorge Luís Borges que está impresa en el piso de la entrada de su biblioteca.

8.000 ejemplares de literatura colombiana, hispanoamericana y universal, que estaban condenados a morir enterrados entre miles de toneladas de basura, encontraron refugio en 'La fuerza de las palabras', la biblioteca de Gutiérrez ubicada en el barrio La Nueva Gloria, en la localidad de San Cristóbal, en el sur de la ciudad. Cientos de niños y jóvenes de esta comunidad, quienes han sido los principales beneficiados , acuden a este lugar, que además es la casa de Gutiérrez. Desde pequeño, Gutiérrez ha sido un devorador de libros, cualidad que ha tratado de infundir a sus 3 hijos, a su esposa, y a sus vecinos. Curiosamente, pese a estar rodeado de libros tiene tres predilectos.

"Son de esos que uno debe leerse en la vida: 'El general en su laberinto' de Gabriel García Márquez, 'El padre Sergio' de León Tolstoi y 'Siddhartha' de Herman Hesse".

Evolución de 'La fuerza de las palabras'

Gracias a las donaciones particulares, la biblioteca cuenta con dos computadores que tienen conexión a Internet, clases gratuitas de francés e inglés, tertulias, charlas, conferencias sobre un tema o para analizar a un escritor.

"A esta labor le dedicaría 25 horas al día, los libros son el mayor tesoro de una sociedad, por eso no deberían estar en la basura, siempre habrá alguien que esté dispuesto a recibirlo, a leerlo", asegura Gutiérrez mientras observa sus libros desde una de las improvisadas salas de lectura de la biblioteca. Confía en que la idea se expanda por otros barrios de Bogotá, por lo que adelanta conversaciones con Juntas de Acción Comunal (JAC) de otros lugares de la ciudad para repetir su modelo y extender el proyecto en aras de aumentar la lecturabilidad de los ciudadanos, al menos a nivel local.

2 comentarios:

  1. Gracias Gucho por publicar la noticia, sería interesante tener recicladores de libros en Chimbote para implementar bibliotecas comunales,una buena opción.
    literaverba.

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  2. toda biblioteca es buena, es necesaria, una urgencia, pero no basta crearlas si la gente no asiste a ellas ni mucho menos lee siquiera los créditos del tubo de pasta dental.
    hay mucho por hacer!
    jorge
    rafa
    la NBA de renova

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