Este lunes se van a cumplir 20 años de la llegada del hombre a la luna, de la primera pisada de Armstrong sobre la superficie del Mar de la Tranquilidad, y entonces no podemos evitar sentir cierta envidia sana respecto a la enorme posibilidad que tuvieron unos cuantos privilegiados -a bordo del Apolo 11- de abandonar (aunque sea por breve plazo) este planeta.
Que las sombras de los astronautas que pisaron la luna en 1969 no corresponden a sus siluetas, que las fotos publicadas por la NASA son falsas, que por qué el Módulo Lunar no produjo cráter alguno en su descenso y cuáles son las razones de que el cielo se vea sin estrellas -si a falta de atmósfera, éstas son totalmente visibles-, son sólo algunas de las interrogantes absolutamente razonables, perfectamente debatibles (pero históricamente ignoradas) que han quedado flotando en el tiempo. Hay quienes afirman que la llegada a la luna se filmó en el desierto de Arizona y que todo fue un montaje publicitario para dejar sin piso a la URSS en la carrera espacial. En todo caso, el hecho es definitivamente histórico sea fraudulento o no.
El lunes voy a postear el tema de REM. Mientras, tarareemos algo: "...If you believe / they put a man on the moon / man on the moon / if you believe / there´s nothing up his sleeve / then nothing is cool..."
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