Algunas veces ocurre que la muerte de una persona pase a ser el comienzo de una historia de lucha por una causa justa y la conservación y el respeto a un legado. Con toda seguridad, Stieg Larsson no se habría imaginado que la publicación de la saga Millennium y su prematuro fallecimiento iban a generar tanta controversia y tantos problemas a su compañera, Eva Gabrielsson, cuando una de las motivaciones para el autor era precisamente la contraria: conseguir, al fin, la estabilidad económica para llevar una vida tranquila y apacible con Eva el resto de sus días.
Para, en cierto modo, clamar justicia y memoria, Gabrielsson ha publicado –con la colaboración de Marie-Françoise Colombani– la autobiografía Millennium, Stieg y yo, en la que analiza, con todo lujo de detalles, los 32 años que pasó junto al escritor, el proceso creativo de Millennium y las consecuencias que acarreó su muerte. Además, aporta algunas ideas generales que forman parte de la cuarta entrega de la saga, de la que Larsson había dejado escritas en su ordenador unas doscientas páginas, y sobre la que Gabrielsson está dispuesta a continuar escribiendo, ya que, según cuenta, “la base de datos de sus libros era nuestra vida y nuestra convivencia. Millennium es fruto de la experiencia de Stieg, pero también de la mía; de nuestros combates, compromisos, viajes, pasiones, temores…”.
Revisando Qué leer encontré esta nota que es mucho más amplia porque aborda la vida del Larsson militante, la gestación de su emblemática saga y la prolongación de la lucha de su esposa por los derechos del autor. Imprescindible lectura disponible aquí.
Para, en cierto modo, clamar justicia y memoria, Gabrielsson ha publicado –con la colaboración de Marie-Françoise Colombani– la autobiografía Millennium, Stieg y yo, en la que analiza, con todo lujo de detalles, los 32 años que pasó junto al escritor, el proceso creativo de Millennium y las consecuencias que acarreó su muerte. Además, aporta algunas ideas generales que forman parte de la cuarta entrega de la saga, de la que Larsson había dejado escritas en su ordenador unas doscientas páginas, y sobre la que Gabrielsson está dispuesta a continuar escribiendo, ya que, según cuenta, “la base de datos de sus libros era nuestra vida y nuestra convivencia. Millennium es fruto de la experiencia de Stieg, pero también de la mía; de nuestros combates, compromisos, viajes, pasiones, temores…”.
Revisando Qué leer encontré esta nota que es mucho más amplia porque aborda la vida del Larsson militante, la gestación de su emblemática saga y la prolongación de la lucha de su esposa por los derechos del autor. Imprescindible lectura disponible aquí.
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