Jesús Cossío, uno de los autores del libro Rupay. Historia gráfica de la violencia en el Perú 1980-1984 dejó estas líneas para reflexionar en el blog de País de eme. Él, junto a los otros dos autores de la publicación, estarán este viernes 29 de agosto a las 7 p.m. en el Centro Cultural Centenario de Chimbote para presentar el libro y para el debate.
Lo que me ha quedado claro es que este comic sobre los años de conflicto armado no es una adaptación a la historieta del informe de la CVR (lo tiene como una de sus fuentes). Consideran al informe de la CVR como una versión del Estado, en cambio, consideran a su trabajo como una versión, llamémosle, ¿alternativa?. La pregunta es: ¿Cual es la posición del libro/autores para con la CVR?
Consideramos el Informe de la CVR un documento (mejor dicho, un proceso) muy importante como compilación de testimonios y contextos políticos. El hecho mismo que la información y conclusiones de la CVR sean atacadas por los derechistas y fascistoides muestra la relevancia de seguir tratando el tema de la violencia política sin caer en los lugares comunes del olvido: la “derrota del terrorismo” o los “excesos necesarios”. Pero tenemos algunas objeciones puntuales al Informe y la Comisión misma que, desde luego, no significan un rechazo total. Dos objeciones principales:
El hecho que el Informe acepta que un Estado tiene derecho a defenderse para mantener un “orden” interno. En diferentes grados, los autores creemos que el Estado en sí mismo es una forma de violencia/represión contra la libertad de los individuos.
El informe de la CVR señala que Sendero Luminoso es quien asesinó o desapareció más personas. Creemos que, en realidad, el mayor monto de muertes y desapariciones es responsabilidad de las FFAA, al tener mayor capacidad logística (hornos, herramientas, calabozos de tortura) y de ejecutar detenciones y secuestros sistemáticos. Esto, obviamente, no pretende exculpar a Sendero; nuestro libro no trata a SL con ninguna simpatía.
Al contrario de los autores, considero que este libro debe ser de lectura complementaria al informe de la CVR. Lo que dicen los autores es que este libro esta enfocado, gracias al lenguaje del comic, a personas que no han tenido acercamiento al tema. Aunque temo que “Rupay” se pueda leer como una apología (esa no es la palabra) o reivindicación a la lucha armada por ignorantes del tema.
En nuestro libro puede verse claramente como graficamos la violencia y crueldad que Sendero ejerció en distintos poblados ayacuchanos. Afirmamos, además, la responsabilidad concreta de Abimael Guzmán (ver Matanza de Lucanamarca) a la vez que criticamos y rechazamos la ideología senderista por dogmática y autoritaria. Ver una apología podría explicarse no sólo por ignorancia sino también por los fuertes prejuicios que puede tener alguien en relación al tema.
Por cierto, nosotros TAMBIÉN consideramos importante leer el informe de la CVR antes, junto o después de nuestro libro, particularmente en su versión abreviada (Hatun Willakuy, que figura en la bibliografía junto al Informe Final). La idea es que de algún modo esperamos que nuestro modesto libro despierte alguna curiosidad por el tema y lleve a algún lector a acercarse a dichos documentos.
En la presentación del libro dicen que “los vencedores nos dan su versión de lo sucedido y excluyen lo que la contradiga”. Totalmente cierta esta frase, usada tantas veces por historiadores. Pero… ¿acaso para los autores del libro hubiera sido mejor que el vencedor sea SL?
¡De ninguna manera! Creo haber sido claro en relación a Sendero, la crueldad de sus métodos y el cinismo de su dirigencia. Hablamos en la frase que citas del manto de impunidad que aún ahora se quiere imponer. Y nuestro libro es un intento de aportar algo a construir una memoria fruto más de la indignación que de la barbarie.
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