Hace un par de meses se publicó Voces de la tierra, último libro de Rodrigo Montoya, una reflexión plural sobre movimientos políticos indígenas en Bolivia, Ecuador, México y Perú. A continuación breves e interesantes notas tomadas de una entrevista realizada al autor con ocasión de lanzamiento del libro. Para leer con atención...
Los movimientos campesinos
Se trata de movimientos que reivindican la cultura de los pueblos originarios de América, marcan una diferencia profunda, tanto con los partidos de la izquierda como de derecha. Traen un lenguaje nuevo y una propuesta enteramente nueva. El libro se llama Voces de la tierra, es una manera de hablar de los zapatistas sobre los pueblos indígenas. Estos pueblos dicen: Los Estados-naciones han fracasado por servir y beneficiar el poder colonial de una clase. Se trata de forjar Estados plurinacionales que respondan al conjunto de todos los pueblos de cada uno de nuestros países.
La ideología que alimenta a estos movimientos
Los alimenta una actitud totalmente original porque descubren tesis nuevas que no están en el lenguaje ni de la izquierda clásica y menos de la derecha. Se trata de un Estado plurinacional que no lo propone ni lo defiende nadie, de la defensa de las culturas y las lenguas, de la biodiversidad y defensa de la naturaleza. Les corresponde a dirigentes indígenas como los de CONCAMI y de la Coordinadora de Indígenas de Ecuador, Bolivia, Perú, Chile y Colombia, el mérito de haber propuesto la necesidad de una nueva concepción política.
¿Están preparados para tomar el poder?
En el Perú todavía no, pero están en esa dirección, y por primera vez en la historia se organiza un movimiento de modo autónomo, con un argumento sencillo: Hasta ahora nos han llevado por varias tiendas y se han servido de nosotros. Se trata ahora de tener nosotros mismos, nuestra propia voz y asumir nuestra defensa y destino. Es un nuevo discurso político. Es una nueva práctica política que viene de abajo, que pelea contra las mineras, defiende la vida no sólo de los pueblos indígenas sino de toda nuestra vida, defiende el agua y los recursos, quiere que los cielos tengan aves, los ríos peces y la tierra, frutos.
¿Un nuevo movimiento político?
Así es, obligará a lo que aún queda de la izquierda clásica se acerque con un sano espíritu y respeto para establecer una nueva alianza. La idea del partido político es un desastre, supone jefes, caudillos, príncipes que se consideran dueños de las ideas. El propósito es fundar una nueva concepción política, forjar un movimiento amplio que tenga muchas voces.
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