La semana pasada (viernes, si mal no recuerdo) envié a algunos amigos los vídeos registrados por Mario Sifuentes en el Museo de la Nación, escenario de Yuyanapaq y de la entrevista que le hizo a la actriz ayacuchana Magaly Solier, para su blog El Útero de Marita. Hoy posteo -de ayer domingo en La República- la columna de Jorge Bruce comentando al respecto. Imperdible.
"Marco Sifuentes, el conocido Ocram del blog El Útero de Marita, quiso entrevistar a Magaly Solier. La joven artista peruana le propuso hacer la entrevista visitando la exposición Yuyanapaq, exhibida en el Museo de la Nación. Era la primera vez que ella hacía el recorrido. Los videos están colgados en la web en dos partes y nadie se los debería perder. Nada más escucharla diciendo, con su delicioso castellano de sonoridades quechuas, “¡Aaasu! ¿Esto es Lima?”, ante la foto de los edificios destruidos en Tarata –atentado que ella ignoraba–, nos da una idea de lo indispensable que es la muestra para los jóvenes peruanos, pues de manera inversa muchos jóvenes limeños ignoran lo que ocurrió en la sierra. Al respecto, dice: “Mi interés de venir acá nace cuando el Presidente dice que no debe haber Museo de la Memoria (…), tiene miedo de recordar lo que ha hecho”. Luego agrega: “¿Cómo dormirá Alan García?”. Y cuando Ocram le pregunta si la gente debe recordar u olvidar, responde: “Que se enfrenten a su pasado, que hablen, que no sigan teniendo miedo.” Ya imaginábamos por qué el promotor del silencio y la amnesia no las quiso recibir a ella ni a Claudia Llosa, pero después de escuchar a esta bella y valiente mujer de los Andes, no queda lugar para la duda.
Para todo esto, esta persona de opiniones fuertes y claras reclama el derecho de su madre a no haber acudido a las audiencias organizadas por la CVR. Ya para qué, dijo su mamá, escéptica. Sería humillante volver a contarlo. Y Magaly recuerda que los cadáveres pasaban por debajo del puente de su chacra, y eran flacos, mientras los perros engordaban, ya se imaginan cómo (“a veces los reconocíamos por los sombreros”). Uno puede discrepar con la decisión de su madre pero cómo no respetarla: si el Estado los había abandonado o, peor, asesinado (“En Huamanga se los llevaban, los metían en costales y arrojaban a las tanquetas y nunca más volvían”), ¿cómo creer en una comisión que para muchos representaba al Estado? Mayor razón para saludar el formidable trabajo realizado por los comisionados, a fin de indagar sobre lo ocurrido en un clima de desconfianza y horror (“a mi abuela la degollaron (...), creo que fueron los terroristas”).
Siendo tan joven (22), inquieta verla sometida a esta andanada mediática, fruto del éxito de la película La teta asustada. Sin embargo, algo en su aplomo y lucidez inspira tranquilidad: “no he cambiado, sigo siendo Magaly… pero he aprendido”. Acaso lo más impactante es ver en las palabras, risa, mirada y dulzura de esa chica provinciana una inmensa promesa –no ella, que ya está en plena realización artística y humana– acerca del futuro de nuestra patria: “he aprendido a hablar, a pensar”. Ojalá que ya existan muchos chicos y chicas que se sientan tan cómodos con el huaino y Iron Maiden, la puca picante y el Internet. Pero lo ideal sería que a la par de esta modernidad fecundada por su cultura, otros jóvenes como Magaly no eludan la verdad ni se dejen amedrentar por las arremetidas retrógradas o autoritarias (en suma, tanáticas), ni por el huaico de prejuicios que aún infecta nuestro vínculo social: entonces el Perú sí que habrá crecido y abrazado la posibilidad integradora que Basadre soñó para nosotros".
están buenos los vídeos. absolutamente de acuerdo con el tio bruce. mas bien deberías colgar vídeos aquí en tu blog, gucho no crees``
ResponderBorrarmerodeador
si, pe
ResponderBorrar¿cuando?
jano