Estos días -leyendo y posteando escasamente para no perder la costumbre- me enteré que los biógrafos de Vinicius de Moraes (Río de Janeiro, octubre de 1913 - julio de 1980), pueden exhibir varios elementos que apuntalan la poco conocida tesis de que este autor brasileño fue, en realidad, una persona profundamente atormentada, ciclotímica y de complejas dudas existenciales, frente a la imagen de showman parlanchín, bromista y propenso a las copas, las mujeres bonitas y la noche que existe de su persona desde hace décadas.
La editorial brasileña Companhia Das Letras ha publicado recientemente una nueva selección de poemas, que viene a profundizar en la teoría de que Vinicius de Moraes, más allá de un icono de la bossa nova, fue un hombre eternamente angustiado. Poemas Esparsos (Poemas sueltos) incluye algunos versos inéditos, anotaciones y textos explicativos de grandes figuras de la cultura brasileña, como los poetas Ferreira Gullar y Carlos Drummond de Andrade, o el compositor y músico Caetano Veloso.
"Vinicius rompió con la imagen de los grandes poetas y narradores de su época. Mientras Guimarães Rosa o Clarice Lispector eran figuras consagradas de la literatura brasileña, Vinicius entraba más y más en el folclore de Río de Janeiro, algo que dañó profundamente su imagen de gran intelectual", comenta José Castello, crítico literario y autor de su completa biografía.
La imagen que quedó del gran Vinicius en el imaginario popular: la de un hombre ebrio, con un vaso de wisky en la mano, rodeado de amigos y mujeres hermosas, tarareando canciones que exaltaban la felicidad y la ligereza de los veranos eternos de Río de Janeiro. Según otro biógrafo, el poeta sufría un trastorno de bipolaridad.
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