Diario de rodaje de "A ciegas" (Ocho y Medio Editores), el libro que Fernando Meirelles publica en España coincidiendo con el estreno -el próximo 13- de su adaptación de Ensayo sobre la ceguera la novela que José Saramago publicó en 1995, se recogen interesantes diálogos entre el célebre autor portugués y el director de la película protagonizada por Julianne Moore, Mark Ruffalo, Gael García Bernal y Danny Glover, "reparto multiétnico" que ha puesto cara a la historia descarnada de una ciudad cuyos habitantes sufren una repentina ceguera. Señor Saramago, ¿por qué decidió a autorizar la adaptación de su libro después de años de negarse a ello?
Cuando salió la novela, Meirelles preguntó a mi editor si yo estaría interesado en la adaptación. Dije que no. Luego llegaron más de 30 ofertas, casi todas de Hollywood, pero yo temía que, siendo una novela fuerte, violenta incluso, se usara esa violencia de forma gratuita. Hasta que llegaron a mi casa unos productores canadienses y pensé que podía fiarme de ellos. Lo que no había era director. Cuando me llamaron para proponerme uno resultó ser Fernando Meirelles.
No se han hecho realidad sus temores.
Al contrario. Pero mi rechazo se basaba también en que pensé que no me gustaría ver las caras de mis personajes.
¿La adaptación es fiel?
Fernando Meirelles: Creo que sí, sobre todo porque no conseguí liberarme del libro. A veces me preguntan si adapto novelas porque no encuentro historias propias, pero para mí Ciudad de Dios, El jardinero fiel y A ciegas [basadas en novelas de Paulo Lins, John le Carré y José Saramago] son propias. Soy un lector compulsivo, y hacer una película me parece una buena excusa para seguir metido en el mundo del libro.
José Saramago: Tampoco hace falta que una adaptación sea fiel. Incluso demasiada fidelidad no es buena. Es lo que ocurrió con La balsa de piedra [dirigida en 2002 por el francés George Sluizer]. Parece que el autor debería decir que cuanto más fiel mejor, pero hay infidelidades beneficiosas. La película cuenta la misma historia que el libro por otros medios.
¿La imagen puede matar la imaginación?
Eso no me da miedo. Lo que la mata son los efectos especiales, que no dejan que el espectador ponga nada de su parte.
¿Hay algo de la novela que eche de menos en la película?
No. Bueno, una frase de una mujer: "Hay dentro de nosotros algo que no tiene nombre, y eso es lo que somos". Yo puedo pensar en eso una hora, pero el cine no te da ni 15 minutos.
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