Emprendedor y creador. Dos personajes que comúnmente son asociados como antagónicos. Dos perspectivas que por lo general se consideran diametralmente opuestas. El emprendedor asociado a la búsqueda de los beneficios económicos, al impulso de proyectos que generen negocio, que persiguen los fines lucrativos. El creador en cambio, vinculado con una actividad que es sólo posible una vez que el sistema económico genera un excedente. Un proceso usualmente vinculado más al ocio que a la productividad. ¿Cómo pueden resultar compatibles ambos mundos? El presente da cada vez más ejemplos de un vinculo directo entre ambas esferas. Las industrias culturales son un ejemplo en estos casos de una necesaria e inminente compatibilidad de ambos aspectos. ¿Cómo se integra la creación en la persecución del negocio? ¿Cómo se nutre una parte de la otra para resultar en una potente combinación de creatividad y eficiencia?
Sería bueno que vean este excepcional y motivador vídeo tomado del Congreso Internacional de Economía y Cultura. Rescatamos la frase del economista austriaco Joseph Schumpeter: "El éxito económico se deriva de vendavales de destrucción creativa". Tal vez valga la pena entender la creatividad como una herramienta para cambiar formas de actuar y entonces cambiar también el contexto. Este post llega vía transit.
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