Símbolo tecnológico de los años ochenta, a quienes alguna vez tuvimos un walkman nos ha producido cierta nostalgia saber que la semana pasada Sony ha dejado de producirlo y comercializarlo condenándolo a muerte. Lanzado al mercado en 1979, el magnetófono con auriculares de tamaño reducido apto para llevar a cualquier parte causó furor en el mundo y se convirtió en ícono ineludible entre los jóvenes de la época.
La irrupción de las nuevas tecnologías del sonido (el CD, los archivos digitales, el Discman y el Ipod) hicieron verse al walkman desfasado. Aunque las generaciones del MP3 ni siquiera lo conozcan, los hoy aparatosos reproductores de casetes portátiles aún se fabrican y Sony los seguirá vendiendo en Asia y Medio Oriente. Sin embargo, la reflexión se abre paso: que la transnacional diga basta en un mercado tan dinámico como el japonés, confirma que la música portátil en cassettes se encuentra en definitiva retirada.
Quien sabe los nativos digitales jamás conciban rebobinar una cinta magnética para volver a escuchar una canción; así era y funcionaba el mítico walkman, compañero musical de viajes, conciertos, estadios y aventuras. Treinta años después de haber producido la muerte del vinilo, el cassette se muere, pero el espíritu del walkman -gadget rebelde por antonomasia- continúa viviendo y aquí damos fe de ello, aquí dejamos constancia. Lea un interesante testimonio vía Microsiervos.
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