miércoles, 6 de octubre de 2010

Resistencia y participación ciudadana

En los días oscuros que nos tocan, resultados electorales a la vista, nos preguntábamos ayer en Twitter cuál era el camino a tomar, la decisión correcta. Largarnos de Chimbote y de Áncash para evitar ser parte de la podrida y corrupta maquinaria gubernamental que una vez más (por ciega, masoquista y mayoritaria decisión del pueblo) se acaba de legitimar en las más altas esferas del poder, era una posibilidad; la otra: quedarnos a vivir donde siempre para ejercer la resistencia.
Por estos días en las calles todo el mundo se queja y lamenta, muchos critican y se enervan soterrada o abiertamente por lo ocurrido, cerrando el viejo y mediocre círculo vicioso que achaca resignada y únicamente las desgracias que vivimos al gobierno, a la ONPE, al stablishment, a quienes dicen ser autoridades y mal conducen nuestro destino.
¿No es mediocre decir no terminé la escuela, percibo un miserable sueldo, no me alcanza para la leche, soy un profesional más que egresó de la universidad y no tengo chamba por culpa del alcalde, del presidente regional?, ¿no es mediocre quejarnos de la desgracia electoral que acaba de ocurrir si a lo largo de nuestra vida no hemos aportado nuestros puntos de vista, nuestras inquietudes y soluciones a los problemas que nos aquejan como urbe, como país?, ¿cuándo vamos a dar el salto cualitativo de la democracia representativa al sistema participativo que tanto necesitamos?
Mientras al ciudadano común y corriente le resbale ejercer un control sobre los gobernantes, y no le interese hacer escuchar su voz para mejorar la política y la gestión pública, gobernarán quienes gobiernan y asistiremos (como testigos privilegiados) al saqueo inmisericorde del dinero del pueblo, al festín de la corrupción galopante, a la impunidad, al continuismo en la gestión pública que se va a seguir repitiendo y legitimando siempre mediante el voto popular desinformado (alimentado por la prensa basura y vendida que todo lo trastoca y direcciona; y por los escasos medios de comunicación decentes que dicen ser “ciudadanos” pero les queda estrecho el adjetivo).
Ejercer la resistencia ciudadana en los tiempos que nos tocan, no representa para el suscrito escuchar el llamado de los viejos, tradicionales y caducos “líderes” que nuevamente pretenderán reciclarse e “involucrarse” en la lucha contra las lacras que nos afectan. Ellos (los obsoletos ídolos de barro, los perdedores de la política local y regional) no han sido capaces de dejar de lado sus ambiciones de poder y figuración en aras de la conformación de un frente social único que bien podría haber dado pelea en Chimbote y Áncash en las elecciones que acaban de concluir. Afuera, en las calles, hay quienes desean construir la democracia fomentando el interés por la información sobre el manejo de la cosa política, la cooperación con las demás personas y el respeto con los que son diferentes. Hay quienes desean ser “más ciudadanos” y no saben cómo. Por eso es importante generar un nuevo espacio, una resistencia civil, pacífica, cultural y organizada frente a lo que viene sucediendo, una instancia que surja desde la propia ciudadanía, que promueva la creación de colectivos ciudadanos entre los jóvenes, que permita hacerle sentir a los podridos e incapaces gobiernos que hoy se legitiman que aquí estamos de pie y con la cabeza erguida y la actitud vigilante, comprometida, denunciante, nunca sumisa, jamás en silencio.

4 comentarios:

  1. Felicitaciones por tan brillante analisis, espero que esta reflexión, nos permita un mayor compromiso de participación política sobre todo de parte de la juventud. Cuenta con mi disposición para "generar un nuevo espacio, una resistencia civil, pacífica, cultural y organizada"

    Yolanda Cadenillas.

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  2. Buena Gucho. Excelente artículo e iniciativa. Te leemos en casa, tus crónicas en La Industria. Un abrazo de reconocimiento
    Gerald Lòpez
    Nuevo Chimbote

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  3. ¡NUNCA EN SILENCIO, AUGUSTO, NUNCA EN SILENCIO!
    LAURA YENCI

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