De la noche inaugural del Festival Latinoamericano de Poesía "Un par de vueltas por la realidad" destacamos muchas cosas: el numeroso y cálido público que llegó a la Estación de Desamparados, el magnífico recital del legendario grupo Hora Zero, la presencia de poetas llegados de toda Latinoamérica y el gesto de hermandad en la mano y la conversación amiga de quienes se conocen muchos años de la lectura pero recién coinciden en la real life.
Párrafo aparte merece la presencia del ya célebre poeta Enrique Verástegui, autor de libros inolvidables como "En los extramuros del mundo", "Angelus novus" y "Monte de goce". El cañetano le obsequió al auditorio una canción francesa y "Giordano Bruno", su extraordinario poema que a continuación reproducimos.
Giordano Bruno
"Toda potencia de la naturaleza o del espíritu debe formar su opuesto como única condición y medio de su manifestación" (citado por Joyce, Cf. The Critical Writings).
Follajes de Noli
y aire suave de Labor,
Nápoles –fábricas de Nápoles tan llenas de Gramsci
y en Gramsci relampaguea el aura de Bruno:
Giordano Bruno nacido en 1548, poeta,
filósofo que en el temblor de la duda
encontró la verdad
tan delicado como sombras
de lilas que el viento arrastra –el
saber alejandrino brotó fresco
en el jardín ya florido
de una mente severa.
Tuvo lo que su época le dio (fue clérigo intratable)
mas convino que toda época está en retroceso
y el pasado -¿donde está?
que no esté arrumado
entre murallas de prejuicio
y largos trámites burocráticos, la represión,
las relaciones mercantiles.
Oh campo aún velado en nieve espesa
y con ligeros brotesde verdor: núcleos semánticos
núcleos de meditación
entre pétalos no más desesperados que este abismo
abierto entre el día y la noche mientras nuestro paso es un siglo
tenuemente vacío levemente extraviado como hipótesis
que van rechazándose y negándose en un texto que a lo a priori
prefirió la luz de lo móvil y el soñar y errar en la vida
buscando belleza y sabiduría = gramática de flores
aunque penumbras del vivir sin más pobre lumbre
que haber regado un poco este misterio del verdor
hoy signos sólo y flores turbias de un muy viejo manuscrito:
el tuyo, Giordano.
Y 30 años tenías, vestidos trashumantes cabellera oscura y larga:
hombrecillo de rostro moreno y oscura y rala barba –cuando
insultado y desterrado vagó vagaste vagón perdido como chispa rápida
de un detonante que ya en la mecha de tu propia expresión
revienta los sentimientos de tu/mi éxodo poético
al sueño –tierra de promisión inhollada.
Milán, Venecia, Niza, compuertas de Génova que han recibido a tantos extranjeros
te cerraban puertas y persianas
-sus bandos bien claro (decían) que no debías pisar sus yerbas
y has dormido al sereno contemplando la elíptica del cometa en tu estilo
el cabello escarchado la materia infinita y algún texto de Sedulius Scottus
te complace: Scriptor sum (fateor), sum Musicus et Orpheus, sum bos triturans, prospera quaeque volo, sum vester miles sophiae praeditus armis: pro nobis nostrum, Musa, rogato patrem...
Te amparaba tu propio desamparo
y cielo infierno: suggetto – á doi contrarii eterno,
Bandito son dal ciel, et dal infierno
están lejos de tini te reciben
vagabundo al llegar el día.
En Londres y París en Wittemberg
al dictar tus clases aprendías la pesada luz de tus alumnos. Y Praga te vio volar como una antorcha de Joan Huss, Caballería Roja, cerebro de flores en el sueño.
¿Quién decidirá-pensabas -entre Aristóteles y Platón? ¿Quién entre Tomás y Agustín? ¿Entre la forma racional y la forma ideal de un mismo lenguaje represivo?
Y ya habiamos decidido Giordano: contigo en tus escritos.
No la verdad –no sino el conocimiento de la causa en el efecto
y me crucé contigo en la penumbra de la ante cámara materialista
almácigos tiernos dialéctica aún suave como un crepúsculo.
Tu Opera de ligar/ desligarlos misterios y problemas de la física las leyes de la naturaleza que tu mnemotecnia dominaba (tu práctica analógica) te valió el lodo de tu nombre-ser el brillo que alumbra este pasado de hombres que pagaron caro su arrogante deseo de saber.
y te juzgaron te desnudaron te maniataron te humillaron
y el proceso penoso y largo duró años:
Giordano Brunoni transa ni se retracta - no pierde
el nolano judío errantela altivez de su verdad.
Lo declaran ateo impío corrompido –lo excomulgan
y viene la condena: "que sea castigado
con la mayor dulzura posible y sin efusiónde sangre,
sine ulla sanguinis effusione"
que en maligna lengua eufemista represiva
y clasicista dictaminaban los Inquisidores de siempre
morir quemado vivo
y entonces Bruno replica
ya bellísimo su alto testamento:
más os intimida pronunciar mi sentencia a vosotros
que a mí el oírla
y entró sereno en la brasa
lúcido entre las ávidas llamas.
Toda época está en retroceso y todo presente es pasado
devorado en el futuro y aquel 9 de febrero 1600
Giordano Bruno, poeta, loco y filósofo
que en la duda encontró su verdad
nació para todos
y yo nací con él,
yo soy Giordano Bruno.
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