Katya Adaui
Cuando tenía 14-15, José B. Adolph fue mi profesor de alemán en el instituto Goethe. Sus bigotes entraban antes que él al salón y muchas veces su cigarro también. Era enérgico, impaciente, pausado y divertido al explicar las conjunciones de los verbos en dativo y acusativo. Me asustó enterarme que era escritor. Descubrí en la biblioteca del instituto Mañana, las ratas y lo leía esperando las clases. Era un golpe de aire en la cara verlo llegar, arreglándose la chompa -yo escondía el libro- y me preguntaba cómo podían caber en él tantas palabras que calzaran.
Lamento que permanezca el libro y él ya no esté.
La foto es de Andina.
* Tomado de Casa de estrafalario.
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