Montesinos dijo que no declarará más en el juicio. Primero trató de limpiar a Fujimori y terminó tirando barro a jueces y fiscales para luego escudarse en el derecho al silencio.
Con cinismo y descaro, el ex asesor presidencial Vladimiro Montesinos negó ayer que el procesado ex dictador Alberto Fujimori tenga responsabilidad en las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta, que dejaron un saldo de 25 muertos, pero después cayó en contradicciones –al señalar que el SIN, del que era parte el grupo Colina, respondía directamente a la autoridad de Fujimori–, lo que le hizo notar el fiscal José Peláez Bardales, a cargo del interrogatorio. Al término de la audiencia matinal, le advirtió al juez César San Martín que ya no contestaría más preguntas porque tenía otro proceso sobre esos temas.
Montesinos, vestido con terno de color azul marino, con finas rayas blancas, zapatos negros, camisa blanca, corbata labrada azul con celeste y pañuelo del mismo juego, ingresó a la sala de audiencias haciendo una venia con la cabeza en señal de saludo y llevando en la mano derecha un pequeño maletín color negro.
“He venido para esclarecer que el presidente Fujimori no tiene ninguna responsabilidad en los hechos materia de este proceso”, dijo al ser preguntado si se acogería al derecho a guardar silencio.
“Voy a declarar en la medida que lo estime pertinente”, manifestó Montesinos, quien se presentó como “subordinado” del ex presidente, en su calidad –dijo– de “oficial de inteligencia inactivo”. Desde el comienzo se mostró altanero y desafiante con los miembros de la sala que preside el vocal César San Martín.
Perdió compostura
En un momento determinado, el testigo perdió la compostura y se burló del ex vicepresidente Máximo San Román, de quien dijo tenía como única labor en Palacio de Gobierno preparar los panes con salame. “Él cortaba el salame”, dijo ante la sonrisa de Fujimori.
Montesinos Torres, respondió de forma altanera a las preguntas iniciales del fiscal José Peláez. Advirtió que no respondería “nada relacionado al 91 hacia atrás, ni del 92 hacia delante”.
No quiso responder ni siquiera cómo conoció a Fujimori. También negó que Francisco Loayza haya sido la persona que le presentó a Fujimori en 1990 para que se encargue de su defensa en algunos procesos judiciales que tenía en el Poder Judicial. En todo momento trató de demostrar que estaba mejor preparado que sus juzgadores e incluso llegó a utilizar el término “colombroño” –tocayo– para referirse a una persona que llevaba su mismo apellido, para desconcertar al fiscal.
El testigo, que durante toda la declaración miraba a Fujimori, como buscando su aprobación y hasta parecía copiar sus ademanes, hizo gala de una actitud irrespetuosa y provocadora y llegó a decirle al fiscal a cargo del interrogatorio que su hermano, Edmundo Peláez, también había defendido a un narcotraficante.
Asimismo, el mafioso manifestó que Avelino Guillén, siendo adjunto del entonces fiscal de la Nación, Pedro Méndez Jurado, archivó en abril de 1992 una investigación que se le seguía al entonces capitán Roberto Huamán Azcurra sobre ‘chuponeo telefónico’.
Al término de la audiencia matinal, en el preciso momento que el fiscal Peláez iniciaba sus preguntas por crímenes del grupo Colina, Montesinos sorprendió diciendo que ya no declarará más porque este tema es materia de otro juicio pendiente que se lleva a cabo en otro tribunal anticorrupción en la Base Naval, se acogió a su derecho al silencio, ante el desagrado del presidente del tribunal, y culminó su actuación con un guiño a Fujimori.
Montesinos dixit:
“Por razones de Estado sí se pueden cometer delitos”.
“Me desempeñé como subordinado de Alberto Fujimori. Soy un agente de inteligencia en inactividad”.
“El SIN aportaba las ideas y era el presidente quien tomaba las decisiones”.
“Fujimori me enriqueció con sus conocimientos. Me hizo abrir los ojos con su desempeño en los predios universitarios. Me enriqueció con su coraje que lo caracteriza, cómo ingresaba a las aulas, el conocimiento que tenía, como ningún otro jefe de Estado”.
“Sobre mi mando y comando en las Fuerzas Armadas, ya lo explicó Nakazaki, yo sólo suscribo lo dicho por el abogado Nakazaki”.
“Decir cuánto ganaba yo en el SIN es un tema de inteligencia, por eso, no toco esos temas. Tampoco voy a hablar sobre cómo conocí al presidente Fujimori, es un derecho al secreto profesional”.
“Con las reservas 1 y 2 (con que supuestamente se pagaba sueldos de los miembros del grupo Colina) se construyeron colegios, se capacitó a los maestros con la intención de captarlos para que no apoyarán a Sendero Luminoso”.
“El vicepresidente San Román se encargaba de prepararle el desayuno a Fujimori, pues el cerebro no le daba para más. Le preparaba el café y le rebanaba el salame”.
“Le entregué al presidente un file con la información sobre mi proceso por traición a la Patria, que es una patraña”.
“Nunca me echaron del Ejército, tuve un baja ficticia.
* Tomado de La Primera. El titular es nuestro.
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