Admitámoslo: un adicto es un tipo ingenioso y se adapta a las nuevas modalidades de compra. El adicto tuvo siempre al alcance de sus piernas esos locales plagados de la droga que él consume, llamados librerías. A él le gusta el formato libro, papel, lomo, tapas, olor a pegamento, hojas que al pasarlas hacen crinch crunch. Así que nada de e-books, pdf, Internet.
No obstante, las nuevas tecnologías aportaron lo suyo. Primero, fueron las librerías on line. O sea, cualquiera de las librerías -en especial grandes cadenas- que ponen a disposición del usuario el mismo catálogo que poseen en la venta al público. El lector adicto cliquea los libros que quiere, paga con tarjeta o depósito bancario y se lo envían a domicilio... Leyendo Ñ me encontré con este interesante artículo de Patricia Suárez destinado a lectores viciosos (y on line). A pesar que prefiero el crinch crunch de las páginas de un libro físico, vale la pena darle una leída aquí.
La otra vez leí un artículo de la "poeta" Giovana Pollarolo en la que hablaba del e-book,una suerte de almacenador de libros al alcance de un clic. no estoy deacuerdo en que el libro impreso vaya a ser desplazado por las nuevas tecnologías, más bien empiezo a pensar que nos quieren vender aparatos nuevos que finalmente nos van a servir de muy poco.Prefiero oler hojas de papel. A de paso, te cuento,acabo de releer Desayuno en Tifanys de Capote simplemente un pequeño clásico frase a frase en papel hongueado y gastadito como a mi me gusta.
ResponderBorrarLector miserable.