En días como los que nos tocan, cuando el país cultural reclama y se indigna con absoluta justicia que el gobierno peruano haya olvidado a José María Arguedas, intentando silenciar su voz narrativa y ocultar su legado, hay quienes también recordamos a Emilio Westphalen, poeta y ensayista nacido en Lima en 1911 y uno de los más importantes poetas surrealistas del país. Westphalen participó y contribuyó al enriquecimiento de la cultura nacional, dirigiendo las revistas Las Moradas, la Revista Peruana de Cultura y Amaru. Trabajó además como traductor para las Naciones Unidas y ocupó el cargo de Agregado Cultural de la Embajada Peruana en Roma. En 1977 obtuvo el Premio Nacional de Literatura, en 1991 recibió un Homenaje de la Universidad de Salamanca, en 1995 Las Palmas Magisteriales, la Orden del Sol y el grado de Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Entre sus libros publicados figuran: «Las ínsulas extrañas» en 1933, «Abolición de la muerte» en 1935, «Arriba bajo el cielo» en 1982, «Amago de poemas de lampo de nada» en 1984, «Ha vuelto la diosa ambarina» en 1988, y «La poesía, los poemas, los poetas» en 1995. Westphalen falleció el 2001, éste también es el año del centenario de su natalicio y aquí les ofrecemos algunos de sus poemas, vale la pena recordarlo.
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