Leyendo El Confidencial encontré una nota dedicada a Judith Torrea, la única periodista extranjera en Ciudad Juárez, la urbe más peligrosa del planeta donde a diario la ola de crímenes contabiliza entre 6 y 27 muertos. Tras ganar el Premio Ortega y Gasset y el BOB-Reporteros Sin Fronteras, esta blogger sigue contando las historias desde su querido Juaritos en su primer libro, Juárez en la sombra (editorial Aguilar), idéntico nombre del blog que dirige.
En la obra, subtitulada Crónicas de una ciudad que se resiste a morir, busca “el porqué de las personas y las cosas”. La narración mantiene un ritmo de balacera y precisa contando cómo le atrapó la “alegría por vivir de los juarenses, que disfrutan la vida como un instante fantástico que se puede acabar en cualquier momento”. Aunque este modo de vivir (¿sobrevivir?) sufre de grandes riesgos y sacrificios.
“Soy muy localizable. La gente me conoce. Las autoridades, también. Lo que intento es no tomar riesgos en mi vida personal. Cuando termino de trabajar nunca voy por la noche a cenar porque los pocos restaurantes que quedan abiertos están vacíos y son muy peligrosos...".
Los riesgos del periodismo empiezan el día en que decidimos dar un paso adelante y dejar todo (la vida personal, familiar y un largo etecé) a cambio del bienestar de la comunidad en que vivimos; el riesgo no termina nunca (al menos mientras nos mantengamos en actividad). El reto dialéctico que el periodista asume es mucho más que evidente. Y cuando el periodista es además escritor y/o blogger las cosas se complican: es mayor el reto, el compromiso, el rol a cumplir. Nunca hemos hablado con Judith Torrea y tampoco hemos leído su libro (ya llegará a nuestras manos), pero hay muchas cosas que nos identifican.
El texto completo que leí en El Confidencial está aquí, vale la pena darle una atenta lectura.
“Soy muy localizable. La gente me conoce. Las autoridades, también. Lo que intento es no tomar riesgos en mi vida personal. Cuando termino de trabajar nunca voy por la noche a cenar porque los pocos restaurantes que quedan abiertos están vacíos y son muy peligrosos...".
Los riesgos del periodismo empiezan el día en que decidimos dar un paso adelante y dejar todo (la vida personal, familiar y un largo etecé) a cambio del bienestar de la comunidad en que vivimos; el riesgo no termina nunca (al menos mientras nos mantengamos en actividad). El reto dialéctico que el periodista asume es mucho más que evidente. Y cuando el periodista es además escritor y/o blogger las cosas se complican: es mayor el reto, el compromiso, el rol a cumplir. Nunca hemos hablado con Judith Torrea y tampoco hemos leído su libro (ya llegará a nuestras manos), pero hay muchas cosas que nos identifican.
El texto completo que leí en El Confidencial está aquí, vale la pena darle una atenta lectura.
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