sábado, 3 de enero de 2009

Por qué quedarse en silencio

Año nuevo en Antenor Orrego. Sandra, una historia adolescente.

Augusto Rubio Acosta

La peor desgracia le pasó a mi hermana. Siendo todavía niña, de doce años, mi padrastro la violó; la abusó y eso que él era el pastor de la iglesia... Él ya vivía con mi mamá varios años y tenía varios hijos, mis hermanitos y todo. Pero mi hermana zonza se quedó callada y no decía nada, joven. Pasó el tiempo y cuando todos se dieron cuenta de su preñez, mi mamá la cacheteó feo, para que hablara. Todos pensaban que el hijo era del César, el que tiene su puesto de purina en el mercado; pero no, ella delató a mi padrastro.

Al Shaya lo amenazaron para que se casara con ella, porque si no iban a ir al puesto policial a denunciarlo. Mi padrastro, así agachado, todo zonzo, dijo que se casaría con mi hermana y así fue, se casó a pesar que era mocosa. De ahí siguieron viviendo aquí mismo, con nosotros en la casa y tuvieron cuatro hijos; después de un tiempo él se endulzó y se fue con otra mujer a la selva, dicen. Mi mamá y mi hermana lloraban; se habrá vuelto terruco, decían, joven. Como será…


La voz de Mercedes se mezcla con el aullido de los perros chuscos que defecan al pie de los obsoletos y añosos postes de alumbrado público en este olvidado asentamiento humano de Chimbote. Es primero de enero, son las cuatro de la tarde y el sol castiga inclemente. Mientras en Antenor Orrego, las mujeres de edad y algunos jóvenes regresan de la fábrica donde filetean y enlatan pescado, la mayoría de vecinos ingiere licor en las esquinas, en la puerta de sus viviendas.

En el jirón Salaverry -en casa de nuestra interlocutora- aún no está listo el almuerzo, pero ya todos piensan, se alistan a madrugar al día siguiente para la campaña de barrido de calles -a cambio de unos cuantos soles- que promueve la iglesia del Padre Juan.

A mí me ha quedado un dolor de útero será, un dolor más o menos intenso, sobre todo cuando me enfermo me viene ese dolor, señala Sandra. En la posta me han dado pastillas, pero no me hacen nada, por eso me hago baños con yerbas, y además he comprado unas plantas en El Ferrocarril que me están haciendo bien... Yo primero pensé que era por los hijos que he tenido, por la preclampsia que me dijo el doctor Mayorga que tenía cuando iba a nacer mi Tomás, el primerito.

Mi hermana todo le echa la culpa al Shaya de lo que me pasa. Será que yo estuve bien mal... Se me hincharon los pies, las manos, joven, estuve en cama y con dieta, igual orinaba bien amarillo y mi corazón hacía tun tun, rapidito… Ahora el doctor me ha dicho que tengo problemas de cuello uterino, que debo hacerme análisis para saber si es cáncer. Ya ni sé ya, daño dicen será…

Las celebraciones de Año Nuevo no se detienen en esta parte de la ciudad. Salimos con Mercedes de Antenor Orrego y avanzamos por la avenida Perú. Vamos a la casa de Sandra, camino a Dos de Mayo. Hace calor, compartimos gaseosa…

Mi hermana no quiere reconocer todo lo mal que ha hecho. No ha querido estudiar, ella misma se ha fregado su vida, ¿quién sino?... Usted la ve, joven, la Sandra tiene 23 años, pero parece de cuarenta, ¿no? Flaquita. Vida jodida ha tenido, porque ella es chiquilla todavía para tener tantos hijos. Además enferma, sin marido…

El gesto adusto, el cabello negro y lacio; bajo el árbol de la entrada cuatro niños nos miran con curiosidad. La vivienda de nuestra nueva interlocutora es humilde: fachada de adobe a punto de derrumbarse, puerta de latón oxidada y maltrecha, piso de tierra, techo y divisiones de esteras. Al fondo un corral donde asoman los cuyes, un pozo ciego, el inmundo chiquero del chancho y la infaltable mascota canina que todos por aquí poseen. Nos han hecho pasar al dormitorio –forrado con bolsas plásticas y periódicos viejos para el frío- y preguntamos a quemarropa: ¿Por qué callarse, Sandra, por qué quedarse en silencio?...

… Mi mamá es evangélica y desde niña me ha llevado al Monte (de Sión) a escuchar la palabra de Dios. Antes mi padrastro, el Shaya, se emborrachaba todos los días, tomaba su alcohol y venía a pegarnos y chancarle su cabeza a mi mamá. Nos echaba agua cuando estábamos durmiendo, toda la plata se la gastaba y no teníamos qué comer. Vendíamos pan, primero; después hacíamos polladas, juntábamos y vendíamos botellas, cartones, plásticos viejos; íbamos al comedor que está acá en la losa deportiva, a la parroquia, ahí nos daban a veces comida...

Hasta que un día llegó mi tío y convenció a mi padrastro y mi mamá para que sean evangélicos; poco a poco los convenció y se convirtieron, dejaron de pelear, se dedicaron a la obra y todo. Yo sé que está mal, que el Shaya me ha malogrado primero y cuando era niña encima (llanto), pero después ha sido bueno cuando me vio con mi barrigota, me ha dado más hijos con el favor del Señor, se dedicó más al culto y me compró mis cositas, mi televisor -el de la sala- ¿lo ha visto?...

Quisimos decirle que la entendíamos a pesar de sus incongruencias, que le podíamos dar una mano con algún amigo médico que pudiese tratarla sin costo alguno, pero fuimos –de pronto- interrumpidos por su hermana:

Di la verdad, Sandra, tú nunca has sido china de un solo hombre. ¿Tú crees que no sé, que no me acuerdo?... Si tú le quitaste su marido a la Lucha, de allá de Miraflores, cuando el Shaya todavía estaba acá...

Tú desde chibola has sido avispada, así has sido; parabas con el uno, con el otro. ¿Te acuerdas cuando te bajaba ese líquido espeso, blanco?, tricoma, triconoma, la bacteria ésa cómo se llama… Eso era de tanto que parabas con los vagos de acá del barrio, los fumones éstos; y en las fiestas te encamabas uno una noche y vuelta de nuevo y así, dijo el doctor, por eso te salieron esas cosas; así que no te hagas la santa… Si el joven ha venido no sólo es para preguntarte cosas, que le cuentes, también te puede dar una mano. Amigos hay que quieren ayudarte pa` que te sanes, hermana. Todavía no se sabe si es cáncer de cuello además, de repente se puede curar…

Pero Sandra, que aparentaba no escuchar lo que su hermana dijo, se echó a llorar apenas ésta se fue. Se echó a llorar y nadie pudo decir palabra. Nos contó sus cosas; recordó entre sollozos su infancia interrumpida, la hora aciaga en que su familia se instaló en Chimbote apenas llegados de Pallasca, y cómo un hombre cruel y adulto se cruzó en su vida para arrastrarla a la mayor de sus frustraciones.

Yo sólo quiero que si me detectan cáncer, alguien se haga cargo de mis hijos, para eso siempre oro. La mayora ya puede cocinar y todo pero no quisiera que anden sueltos como yo anduve... A mí nadie me habló de prevención de embarazos ni de esas cosas, además en la iglesia eso lo prohíben porque no es de Dios sino que son cosas del mundo… Ahora ya sabe por qué me quedo callada, joven; estoy enferma, por qué me quedo en silencio…

14 comentarios:

  1. caramba, augusto. una excelente historia. veo que tu año nuevo la pasaste chambeando. que tengas feliz 2009.
    benggi

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  2. hola augusto!
    me alegra saber que marea cultural no descansa ni en fiestas ¡¡que bueno!!
    ojalá esta crónica sea leída por todos en todas partes.
    cuidate
    verónica d.

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  3. debo reconocer, estimado, que escribes muy bien.
    emhrabuena.

    merodeador

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  4. Tremenda y sórdida historia, digna de una novela neorealista.
    La pesadumbre y tremebunda que suele ser la existencia que a veces nos devela las más tristes y consternadoras historias en la que la mujer siempre suele ser la víctima.
    Gracias Gucho y Feliz Año.
    literaverba.

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  5. Gracias Gucho, gracias por escribir sobre lo que escribes, tienes raza de periodista, no de intelectual de escritorio sino de fisgoneador pulcro y desatado de nuestra realidad, tan cruda, tan desalmada.
    Gracias por este tiempo y por los que vendrán con sus glorias y sus fracasos.
    Gracias por tu amistad que con mano franca arrimo a mi cuando leo esta crónica.
    Gracias por tu libertad y tu lucha de vista aguda.
    No desmayes jamás.

    Un miserable lector.

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  6. estimado roberto,

    da gusto contar con lectores y amigos como tú que siempre dicen lo que piensan. ojalá las personas fuesen ás críticas con todo lo que pasa a su alrededor.

    sabes, ya he empezado de manera seria mi novela añun intitulada. vamos a ver qué pasa con el tiempo.

    un abrazo. que tu 2009 sea mejor que todos tus años anteriores. que sea el mejor año para todos. que leamos muchos más libros y pirateemos los que aún nos faltan piratear.

    ya es hora que te animes por lanzar un blog propio amigo. sugiero debiera llamarse "miserable lector o lector miserable". qué dices...

    un abrazo (crónico)

    de augusto

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  7. Mi querigo Gucho: redonda, cruda, bella y precisa la crónica. Felicitaciones. Oye, he dejado la página cultural de "La Industria de Chimbote". Con mucha pena debo reconocer quer me quita tiempo para lo mío. ¿Crees que podrías retornar a ella? ¿En qué quedó lo de "Caretas"? A ver si puedes hacerte cargo, o ver quién puede hacerlo. Un abrazo, maestro,
    Ricardo A.

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  8. La cadena aún no rota del abuso perpetuando inercia degradante.
    Gracias por compartir la experiencia y que la solidaridad no caritativa sino socialmente responsable sea el rescate y la liberación de una vez por todas de la marginalidad esclava.

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  9. mi querido gucho: redonda, cruda, bella y precisa la crónica. felicitaciones.

    ricardo ayllón.

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  10. Augusto mis saludos y felicitaciones. "Por qué quedarse en silencio" muy interesante. Es una historia que da para más
    Fraternalmente
    Leonidas

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  11. una lamentable realidad escrita de la mejor manera... ojalá tus letras puedan cambiar algo... de eso se trata, no?
    d.

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  12. interesante y mucho más porque hace referencia al periodismo literario, género en el que pocos por no decir ninguno de los medios de comunicación chimbotanos cree, pese a que periodistas como tu han logrado trabajarlo muy bien... ojalá que con tu merecido premio se abran nuevas ventanas para exponer esta exquisita forma de escribir la realidad... una vez más, felicitaciones g.

    te escribe desde el exilio, dela

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  13. es una buena crónica, sí, pero como que nos queda algo corta...

    ¿por qué no alargar hasta donde se deba esta historia de por sí realista, contundente, total?

    sugiero se den una vuelta por nuestro viejo rioba... el miedo no existe.

    jorge
    rafa
    trespa
    la NBA de renova

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