Hace tiempo que quería decir postear algo sobre "El mundo", un libro que narra cómo Juan José Millás pasó de ser un niño pusilánime y espectral a convertirse en un escritor. En el camino descubrió su creatividad, la capacidad para contar historias, la fascinación por la lectura. La escritura aparece mucho en el texto. Hay cantidad de reflexiones al respecto, algunas de ellas muy buenas. Por ejemplo, encontramos una frase recurrente en el libro; la dice por primera vez el papá del autor, al probar un nuevo bisturí eléctrico: “‘cauteriza la herida en el momento mismo de producirla’” (p. 8). Inmediatamente comenta el narrador que en eso, como escritor, se ha parecido a su papá, porque “la escritura abre y cauteriza al tiempo las heridas” (p. 8). Hacia el final, el narrador la describe como la “frase fundacional de esta novela, quizá del resto de mi obra” (p. 225).
Y hay más, muchos más comentarios sobre la escritura. Destaco algunos: “Sueño, a veces, con una escritura que me hunda y me eleve, que me enferme y me cure, que me mate y me dé la vida” (p. 29). “A veces nos preguntan cómo surge el argumento de una novela y tenemos que callar o mentir porque la justificación real es demasiado inverosímil” (p. 136). “A veces, en las novelas se filtran fragmentos de realidad que dejan manchas de humedad, como una gotera en la pared de una habitación” (p. 136). Compren el libro, vale la pena. La reseña completa fue publicada por el Hermano cerdo.
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