En cualquier momento de una charla -puede ser en una entrevista o en una comida, no hay diferencia- el escritor Rodolfo Enrique Fogwill canta. Casi siempre canciones alemanas de Robert Schumann o Hugo Wolf. Hasta hace poco, llevaba cargadas en su iPod distintas versiones del Viaje de invierno de Franz Schubert. Bien mirada, esta preferencia musical resultaría en algunos ambientes intelectuales y literarios locales -ajenos casi por completo, y aun refractarios, a esas músicas- más escandalosa y necesaria que sus aparentemente imprevisibles desplantes políticos.
"Cuarenta minutos que valieron más que una vida, hoy", dice antes de empezar la entrevista. A continuación, enumera, con la misma precisión que aparece en las especulaciones financieras de sus novelas y en sus columnas periodísticas: "Missa Brevis en do mayor K. 259 , de Wolfgang Amadeus Mozart: catorce minutos y diecisiete segundos. Y la Sonata para violín y piano nº 2 , de Gabriel Fauré: veintitrés minutos y veinte segundos"... Lea la entrevista completa en adn.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
only write