De João Gilberto Noll –escritor brasileño nacido el 15 de abril de 1945 en Porto Alegre– podría decirse que es, sobre todas las cosas, un gran equilibrista: autor de culto (una de las típicas gemas extranjeras dadas a conocer, en este caso, por la editorial Adriana Hidalgo con la publicación de cuatro de sus novelas: Lord, Bandoleros, Harmada y, muy recientemente, A cielo abierto) que no necesita esconderse ni preservarse más de la cuenta; escritor clásico que no deja para nada estelas de anacronismo; escritor moderno que no deja de reconocer tradiciones, influencias ni padres literarios; autor experimental absolutamente legible; autor prolífico –lleva editados quince libros– que nunca convirtió su literatura en una serie automática sin sentido, aun cuando sus libros se parecen mucho entre sí (lo cual se debe más a haber encontrado una voz que a cualquier otra cosa) ni, lo que es todavía más importante, dejó entrever en ningún momento de su obra un quiebre, un bajón de calidad alarmante como sucede con muchos prolíficos; autor existencialista –además de Pessoa y Sartre, su influencia más visible es Camus– que puede leerse en forma autónoma, es decir, sin manuales de literatura, ni guías filosóficas de estudio. Lea el interesante artículo sobre la vida y obra de João Gilberto Noll gracias a Radar libros.
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