Dicen que para ellos no hay estaciones. Que en verano trabajan más que en cualquier otro momento del año, y recuerdan, por ejemplo, que cuando Balzac comenzaba a escribir una novela, echaba las cortinas y no distinguía ni el día de la noche, ni el verano del invierno. También que J. D. Salinger escribió "Un día perfecto para el pez banana", uno de sus más célebres relatos, precisamente en una playa. Pero, ¿qué hacen este agosto los autores españoles? Una treintena de escritores ibéricos, de Antonio Gala a Muñoz Molina, nos descubren sus planes más literarios.
Para la mayoría de los escritores consultados, hoy son más ciertas que nunca las palabras de Manuel Machado: "para descansar, morir". Como explica Eduardo Mendoza, "yo no tengo ni vacaciones ni trabajo. Acabo de terminar la revisión, aburridísima, de las pruebas de mi próxima novela, Tres vidas de santos, trabajo en la adaptación de una novela de Sandor Marai para el teatro y doy vueltas a una nueva novela, a ver si alguna vez logro una que me guste". Un amplio informe en El Cultural.
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