Supo entonces que tenía que buscar alguna fórmula para subsanar el problema. Se acordó del viejo burro que dormitaba en las cuadras de la casa de labranza de sus padres y pensó que si llenaba de libros sus alforjas y las subía a las veredas del departamento de la Magdalena durante los fines de semana descubriría a los niños un mundo estupendo.
Dicho y hecho, la idea cuajó entre los pequeños y el proyecto se fue extendiendo a otras zonas y ahora también funciona en la Sierra Nevada de Santa Marta. Luis Humberto Soriano explica que gracias a los biblioburros "en el valle de Nabusímake se ha creado la Biblioteca Atikinchukwua, en la que se han reunido cerca de 400 libros, que con la ayuda del mulo Bunzuganu se van rotando en ocho escuelas, de 32 que tiene el resguardo, con el trabajo voluntario de los padres de familia". El Proyecto Biblioburro en la Sierra comenzó a finales de 2006, y las escuelas que actualmente se benefician del proyecto son las de Piñumuke, Kurakatá, Atiurumuke, Makogeka, Zigkuta, Jeurwua, Gamuke y Busingekun... Un amplio reportaje en El País.
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