La historia de la segunda novela de Hernán Ronsino empieza donde termina Operación Masacre. Con un epígrafe que retoma un momento clave del texto de Walsh (el de los oficiales al dejar en los basurales a algunas de sus víctimas todavía con vida), Glaxo está contada desde cuatro voces en cuatro tiempos históricamente muy diferentes. Una de ellas, la que narra el último capítulo, es la de uno de los oficiales que erró aquel tiro sin darse cuenta, pocos años después de los asesinatos fallidos en José León Suárez. Al retomar a uno de esos militares como personaje para una ficción, Glaxo se convierte en una especie particular de secuela de Operación Masacre que gira en torno de conflictos aparentemente pequeños, pero ligados a sentimientos y situaciones no menores como la envidia, el sexo, el crimen pasional y la traición.
Los capítulos de la novela arman una cronología invertida (1973, 1984, 1966, 1959) que se propone dilucidar un misterio que no se resuelve prácticamente hasta la última página. La vista panorámica de la historia queda bastante en la sombra, tal vez porque la escritura de Ronsino se asienta con insistencia sobre el detalle... El artículo completo está en Página 12.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
only write