sábado, 26 de septiembre de 2009

El infierno de Comala

Más que la infausta vida de un cacique rural, Pedro Páramo es una épica existencialista, que trata laberínticamente acerca de los murmullos de un infernal pueblo desolado: Comala, que se transformó, por los pecados y desgastados anhelos de redención de sus habitantes, en un purgatorio ardoroso, con muchas características de Dante, y de los reinos de ultratumba prehispánicos.
Hay también mucho de Joyce en la técnica de Rulfo, mucho de Camus y de Knut Hamsun. Pero el sentimiento más marcado de la trama, en general, es el de una mexicanidad profunda: aciaga sabiduría resignada a un fracaso vital. Pedro Páramo es como un bizarro personaje de Homero, una olímpica deidad arrojada a los tiempos de la Revolución Mexicana. Su particular odisea expone el trágico sino de los seres humanos, que no pueden sino deshacerse como piedras -literalmente para Rulfo- ante el empuje del devenir de lo real, que supera todo, hasta la razón misma, y la ilusión de cualquier trascendencia. Un pasaje muy destacado de la novela Pedro Páramo, es cuando Juan Preciado, el narrador de la trama, muere, y la historia prosigue por cuenta propia, impulsada por los difuntos en pena, de Comala, que tratan de sobrellevar su melancolía eterna, relatando los avatares de su propia perdición... Más lectura vía Educacionyformacion.

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