Frente al ruido de las excavadoras, desenterrando esqueletos, el silencio respetuoso de una casa vacía. Frente a la sumisión a las reliquias, el homenaje a los muertos. A todos. Frente a la obsesión por recuperar la noble calavera, la voluntad de recordar. Federico García Lorca descansa en paz junto a otras víctimas anónimas de la guerra civil española, y su familia así lo quiere. Es su decisión. Como fue decisión de la Fundación García Lorca invitar a Pere Portabella a realizar una película para recordar su figura por encima de los objetos que poseyó. Por encima de las reliquias. La película se llama Mudanza y el sábado la presentó Portabella en Venecia, dentro de la sección Orizzonti. Le acompañaba Laura García Lorca, sobrina del poeta.
"Los objetos son evocadores, es cierto - comenta Portabella-.Pero también pueden ser la prisión del recuerdo. ¿Qué tiene más fuerza, qué es más verdad, la supuesta casa de Shakespeare o la lectura de sus obras?", se pregunta el cineasta poco antes de la presentación pública de Mudanza. "Pues lo mismo pasa con García Lorca". Más lectura vía Ñ.
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