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Desde hace quince años,
Aurora Bernárdez, viuda, heredera y albacea de
Julio Cortázar, había declarado que la obra inédita o no recopilada del autor de
Rayuela era considerable y el paso del tiempo no la ha desmentido. Editadas por
Saúl Yurkiévich, su amigo cercanísimo y crítico de cabecera, se publicaron postumamente novelas primerizas (
Divertimento y
El examen), ensayos como
Teoría del tunel o
Imagen de John Keats, tres tomos de correspondencia y algunas otras cosas que irán tomando su lugar en la edición en nueve tomos de las
Obras completas de Cortázar que está en curso de publicación en Galaxia Gutenberg/Círculo de lectores.
Papeles inesperados (Alfaguara, 2009) no es, entonces y para decirlo con propiedad, un libro inesperado. Y no lo es porque una buena cantidad de los artículos recogidos por Bernárdez y Carles Álvarez Garriga se habían publicado en muchas partes del mundo, en los últimos años de la vida de Cortázar, fallecido en París el 12 de febrero de 1984. El lector de
Papeles inesperados se reencontrará, si vivía en México en aquellos últimos diez años de la vida de Cortázar, con textos que habrá leído en El sol de México, en Proceso y en el suplemento Sábado de unomásuno....
Más lectura vía Letras Libres.
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