Fogwill es un personaje. La prensa, los encuentros de escritores, los debates donde a veces predica en el desierto son los escenarios más frecuentes de sus actuaciones. En un ambiente donde las discusiones suelen ser mediadas por los cálculos de interés y las buenas maneras, sus opiniones sobre los colegas, las instituciones culturales y el “poder editorial”, de por sí contundentes, resuenan todavía con mayor fuerza. Y el personaje es tan espectacular que puede dejar en segundo plano al gran escritor que lo sostiene. La reaparición de Vivir afuera, novela que tuvo una primera edición accidentada; la compilación de sus Cuentos completos, y el proyecto de reedición de Los pichiciegos, quizá la nave insignia de la obra, permiten apreciar esa figura, todavía más perturbadora en sus textos.
“No sé qué es literatura”, dijo Fogwill en el último Encuentro Argentino de Literatura (Santa Fe, 12 al 14 de agosto). Y no se trata de un juego de palabras ni de la búsqueda de escándalo sino de una posición, que puede seguirse en sus intervenciones periodísticas y en el interior de sus propios relatos: la literatura está asociada con la incertidumbre y el riesgo... Lea la nota completa vía Crítica de la Argentina.
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