William Burroughs, no se te escapa el dato, fue uno de los más formidables escritores del siglo XX. Polémico y extravagante, su novela más famosa -según la revista Time una de las cien mejores en idioma inglés entre 1923 y 2005- es "El almuerzo desnudo", aquella obra sobre cuyo propio autor decía que podía leerse de cualquier forma, empezando por donde se quisiera. Una especie de Rayuela cortazariana, pero anterior. O mejor ejemplo todavía, "62 modelo para armar". En el caso de The Naked Lunch, las experiencias del propio Burroughs, esas que alternaron en dósis iguales la narrativa y la ingesta de cualquier droga que le pusieran a su alcance, están narradas de tal manera que cualquiera que sepa algo de la biografía del autor sabe que el libro es casi cien por cien autobiográfico.
Pues bien. Publicado en 1959, en estos días se cumple medio siglo de ese libro cuyo título - como se verá fue acortado- se lo sugirió a W.B su discípulo y amigo Jack Kerouak: "Almuerzo desnudo: un instante helado en el que todos ven lo que hay en la punta de sus tenedores"... Lectura impresicindible vía el blog Miradas cotidianas.
Anoto la anécdota que esta novela fue sometida a juicio en Massachussets en 1959 por ser "ciertamente subversiva",algo que parece increíble teniendo en cuenta lo que sucedió con Flaubert y Baudelaire en el siglo XIX.Testigo de la defensa en aquel juicio fue Norman Mailer quien dijo que Burroughs era el único escritor norteamericano de la época poseído por el genio.
ResponderBorrarLa novela es,en sí,una crítica despiadada a la medicina siquiátrica por el control mental de las personas y un oscuro viaje a las más escatológicas formas de coctéles entre los que se encontraban los barbitúricos,el demerol y la codeína.La novela se sostiene por breves lapsos puesto que hay mucho de collage aplicado a la narrativa y disgresiones,además de rompimiento de la sintaxis,lo que Burroughs hará notar nuevamente en novelas como en Nova Express y La máquina blanda,novelas posteriores.
Por su espíritu subversivo en todo sentido y no señirse a los corsés del lenguaje esta novela es un clásico en una sociedad contaminada por las poses y las exigencias estilísticas y el abuso de poder.
lector miserable,un abrazo a Josemaría (con una resaca de la patada Gucho).